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Lectio Divina con el evangelio del Domingo XXV del Tiempo Ordinario

Coloquemos a los niños y a los pobres en el centro · Autor: FANO
Publicado: 18/09/2015: 6841

Emilio López Navas, profesor de los centros Teológicos de la Diócesis de Málaga y párroco de Arroyo de la Miel, ofrece esta Lectio Divina con el evangelio del Domingo XXV del Tiempo Ordinario.

Lectura (Lectio)
Dispongo mi interior y el ambiente que me rodea para leer este texto. Lo hago detenidamente, sin prisas, prestando atención a las actitudes, gestos y palabras de Jesús. «Iba instruyendo a sus discípulos» (Mc 9,31), como ahora te quiere instruir a ti. Subrayo, física o figuradamente, las expresiones que a priori me llaman la atención, por cualquier motivo o circunstancia.

Meditación (Meditatio)
Asistimos, atónitos, al segundo anuncio de la pasión y resurrección de Jesús. En un ambiente íntimo, el Señor quiere que sus discípulos entiendan hacia donde se están encaminando. Sin embargo, los que lo rodean físicamente parecen estar en las antípodas de sus sentimientos, emociones e incluso opciones. En primer lugar, porque tienen miedo, actitud que Jesús siempre ha pedido que destierren de sus vidas. Y en segundo, porque acto seguido, entran en una discusión estéril sobre quién era el mejor, el más importante. Como en tantas otras ocasiones, el Señor aprovecha la situación para dar una lección a estos indisciplinados discípulos. La grandeza, la importancia desde la óptica del Evangelio tiene claves diferentes a las del mundo: el servicio, la pequeñez, la entrega. El gesto de poner a un niño en el centro, tomándolo con actitud de cariño, es el último paso de esta enseñanza: Dios se identifica con lo pequeño, y el modo en que se acoge y trata a los pequeños y últimos muestra la manera en la que tratamos lo más grande e importante que existe. Es el momento de releer el fragmento evangélico tratando de responder a las preguntas que me surjan. Estas preguntas son, sin duda, lo que el Señor quiere que tengas en cuenta en estos días.

Oración (Oratio)
En este evangelio Jesús pregunta a sus discípulos y no obtiene respuesta. Que ni el miedo, ni la falsa humildad ni una actitud vacilante te impidan hoy entablar una conversación con el Maestro. Pídele que te siga enseñando, o que te dé fuerzas para cumplir su voluntad, que te haga pequeño, acogedor, disponible, atento a las necesidades de los demás…

Contemplación (Contemplatio)
El cariñoso gesto de Jesús, acogiendo a un niño en sus brazos, puede ser un modelo para este momento de contemplación. Siéntete en su regazo, rodeado de su amor; mírale a los ojos y déjate en esa mirada tierna pero certera. No mires el reloj, no consultes el teléfono… continúa en contacto “regalado” y confía tu vida a su manos.

Compromiso (Actio)
Un buen discípulo, como un buen alumno, sabe llevar a la práctica lo que su Maestro le enseña. De todo lo que has experimentado, sentido, vivido, orado… tómate un tiempo para concretar un compromiso que te ayude personalmente y sirva también para el bien de los hermanos.

Diócesis Málaga

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