Lectura (Lectio)
Llegamos hoy al final del capítulo sexto del evangelio de Juan. Jesús se nos ha revelado como el enviado del Padre que se ofrece para la vida del mundo. Pero creer en Jesús no es tan sencillo y la fe de algunos de sus discípulos entra en crisis. Leo el texto intentando descubrir mis dificultades como seguidor de Jesús.

Meditación (Meditatio)
Las palabras de Jesús en este discurso del pan de vida son demasiado duras, incluso para sus seguidores. El mismo escándalo que sacudió a “los judíos” pasa también factura a “los discípulos”. Tampoco ellos pueden asumir esta doctrina ni las implicaciones que conlleva y se retiran a sus casas. Este dato lo recogen todos los evangelios; todos ellos coinciden en señalar un momento crítico en el que los que iban con Jesús dudaron sobre el seguimiento (Mc 8,27-30 y par.). Ante los primeros comentarios críticos, Jesús responde hablando a sus seguidores con mucha más claridad. No se trata de suavizar las cosas para evitar el abandono. Sigue presentándose como el enviado de Dios. Deja claro que para pasar del signo del pan al Signo que es Él mismo, se necesita la ayuda que viene de lo alto, el don del Espíritu. El anuncio de Jesús es presentado con radicalidad. Ante Él no caben las medias tintas: hay que optar a favor o en contra. La claridad con la que habla hace que incluso algunos de sus seguidores más cercanos le abandonen (Jn 6,66). Ante la pregunta del maestro, Pedro, en nombre de los pocos que han quedado, de los últimos, de los Doce, señala las razones por las que ellos deciden permanecer junto a Jesús. Pedro reconoce a Jesús como el Santo que viene de Dios, sus palabras son palabras de vida y ellos han creído en Él. Jesús ha perdido a casi todos sus discípulos. El signo del pan y el discurso-revelación pronunciado a continuación ha obligado a sus seguidores a optar. También a mí sus palabras me piden que tome una decisión. Las crisis en la vida de fe son inevitables. Más aún, son momentos privilegiados que me invitan a tomar una decisión, a definir mi modo de ser, de estar en la vida ante Dios y ante los demás.

Oración (Oratio)
«Señor, ¿a quién iríamos…?» En la oración hago memoria de tantos momentos en mi vida en que he optado por Jesús gracias a la fuerza del Espíritu Santo. Y abro mi corazón al agradecimiento

Contemplación (Contemplatio)
Pedro no entiende del todo pero confía, se arriesga y opta por Jesús. Esta opción solo se madura en el silencio y la contemplación.

Compromiso (Actio)
¿Qué palabra o mensaje del evangelio de hoy me gustaría recordar en los momentos de crisis?