Lectura (Lectio)
La novedad que trae Jesús es rechazada por sus paisanos y familiares, que mantienen frente a él una actitud muy parecida a la de los fariseos y maestros de la ley. Yo me sitúo, ante el texto, como un discípulo que acoge su palabra y quiere llevarla a la vida.

Meditación (Meditatio)
Jesús, en torno al lago de Galilea, ha mostrado con palabras y signos la irrupción de la soberanía de Dios en el mundo. Ahora se desplaza a su tierra, a Nazaret, donde encontrará la oposición de sus parientes y paisanos. Jesús llega a su tierra, a su pueblo, y en contra de lo que se podía esperar, la gente lo recibe con incredulidad. Marcos presenta la crítica en forma de cinco preguntas, tres de ellas sobre la actividad de Jesús y dos sobre sus parientes. La gente de Nazaret parece que se pregunta por la vida y los milagros de Jesús pero, en el fondo, se cuestiona algo mucho más serio: la misma identidad del Maestro. él fue rechazado porque resultaba incómodo. Removió, desde los cimientos, los pilares sobre los que se asentaba la vida del ser humano. En el ámbito religioso cambió la imagen que se tenía de Dios y, además, decía actuar en su nombre (Mc 2,1-12). En lo social no respetaba las normas establecidas que tenían carácter de ley (Mc 2,15-17). En lo familiar deja su casa, no sigue el oficio de su padre y habla de otra familia no marcada por los lazos de sangre. En lo político rehusó ponerse del lado de los opresores (Mc 10,35-44). En lo económico, proclamó el peligro de las riquezas que toman las riendas del corazón humano (Mc 10,17-25). Era evidente que los vecinos y familiares de Jesús no podían aceptar la novedad que traía su compatriota, porque rompía los viejos esquemas de convivencia social sobre los que se asentaba su mundo. Jesús se extraña de la falta de fe y por ello no pudo hacer ningún milagro. En el evangelio de Marcos existe una estrecha relación entre fe y milagros. La fe es la llave que permite mantenernos abiertos a la salvación que Dios ofrece.

Oración (Oratio)
La gente de Nazaret no descubre a Dios en lo conocido, en lo habitual, en el “hijo del carpintero”. En la oración, descubro las excusas que pongo para no creer más en él.

Contemplación (Contemplatio)
«Estaba sorprendido de su falta de fe». En mi vida de fe, ¿de qué se sorprendería hoy Jesús? En un momento de silencio y contemplación me dejo interpelar por esta pregunta.

Compromiso (Actio)
¿He experimentado en mi vida el rechazo por ser fiel a los valores del Reino? ¿Cómo he reaccionado? ¿Me desanimo ante la hostilidad?