Jesús se reúne con sus amigos. Comparte con ellos la vida. Visita la casa de Simón, en ella vive la suegra que está enferma. Se acerca a ella, la toma de la mano, la levanta, la cura… todo un signo de cercanía, de amabilidad, de poder. La cercanía al enfermo es necesario cuidarla, cuidarla y cultivarla.  En ellos se encuentra Cristo. En la debilidad y en la aparente sinrazón de la enfermedad. Cuando el cristiano, como Jesús de Nazaret, comparte la vida con sus amigos y hermanos fácilmente se encontrará con la oportunidad de ser otro Cristo. Dando vida, siendo solícito, compartiendo tiempo.