DiócesisHomilías Mons. Dorado

Fiesta de la Sagrada Familia

Publicado: 26/12/1993: 1077

1.- Cantad a Dios. Es lo que nos dice el Apóstol Pablo, en la segunda lectura, y es lo que estamos haciendo nosotros, que nos hemos reunido para celebrar nuestra fe en este día de domingo. Estamos cantando a Dios, alabando a Dios; dándole gracia de corazón. Y lo hacemos con salmos, con himnos y con palabras inspiradas y llenas de vida.

Vamos a dar gracias a Dios por la familia: por nuestra familia y por todas las familias del mundo. Porque celebramos hoy la fiesta de la Sagrada Familia. Y en el amor de María y de José, hogar y cuna donde el mismo Jesucristo aprendió a amar a Dios y al hombre; en ese amor de la Sagrada Familia, encontramos todos nosotros una luz, una fuerza y una nueva llamada de Dios.

A quienes sois maridos y mujeres, la Palabra de Dios os dice: dejaos guiar siempre por el amor, que es el ceñidor de la unidad que no se rompe. Dejad que la dulzura y la paz de Cristo, radicadas en vuestro corazón, sean el árbitro de vuestra vida y de vuestro cariño. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra el otro, porque también el Señor os ha perdonado muchas veces.

A quienes somos hijos, nos dice: El que honra a su padre, expía sus pecados; el que respeta a su madre, acumula tesoros. No abandones nunca a tu padre mientras viva; y si ves que ha perdido su lucidez, no te burles de él. Dios no olvida nunca lo que se hace por un padre o una madre.

A quienes sois padres os dice: padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan la alegría de vivir y confianza en sí. Dedicadles tiempo; tratadlos con paciencia y con ternura; corregidlos con cariño. Y el evangelio os presenta a María y a José llevando a su hijo hasta los pies del Señor; ofreciendo su hijo al Señor.

A quienes sois abuelos, os pone ante la vista el testimonio de Simeón y de Ana. Dos ancianos venerables. Un hombre justo y piadoso, Simeón; un hombre de Dios, que sigue abierto al Espíritu Santo, y que dice a los padres cosas sabias y profundas para que puedan educar mejor a su hijo. Y una mujer que, a pesar de sus ochenta y cuatro años, sigue acudiendo al templo noche y día; sigue sirviendo a Dios y a los hombres con su constante oración. Son los abuelos, como muchos de vosotros. Esos que, según los educadores, desempeñan un papel muy importante y muy decisivo en la educación y en el equilibrio de los niños que tienen la fortuna de tener abuelos en casa.

Y a todos nosotros, en esta fiesta de la Sagrada Familia, nos invita a ser hombres y mujeres que tienen como la mayor riqueza de su vida la misericordia entrañable, la bondad, la dulzura, la humildad, la comprensión. Todos esos valores que hemos recibido en el seno de una familia cristiana; de esa "iglesia doméstica" que es la familia de los bautizados.


2.- ¡Que el Señor te bendiga desde Sión! Familia cristiana, todas las familias de la tierra, dejad que el Señor os bendiga. Es lo que estamos pidiendo, en este momento, miles y miles de cristianos en todos los rincones de la tierra. Porque en este momento se acaba de proclamar, en la Basílica de Nazaret, el AÑO INTERNACIONAL DE LA FAMILIA. En la Basílica de Nazaret, donde Jesús vivió, donde aprendió a ser hombre, donde crecía en edad, en sabiduría y en gracia, arropado por el cariño de José y de María.

Se acaba de proclamar, en la Iglesia, el AÑO INTERNACIONAL DE LA FAMILIA. Han sido las Naciones Unidas quienes han tomado esta decisión, que los cristianos hacemos también nuestra: proclamar al año 1994 AÑO INTERNACIONAL DE LA FAMILIA.

Ya sabéis que dedicar un año a centrarse sobre un tema es una especie de voz de alarma. Porque se trata de una cuestión esencial para la vida de los hombres; y porque esa cuestión se ve gravemente amenazada.

Las Naciones Unidas nos recuerdan que la familia es "la unidad básica de la sociedad", algo así como sus cimientos. Que la familia "sigue ofreciendo el marco natural de apoyo emocional, económico y material para el crecimiento y desarrollo de sus mimebros". Y es bien sabido que un porcentaje muy alto de niños con problemas -llámese delincuencia, fracaso escolar, droga, alcoholismo- proceden de famlias rotas. Nos dice que la familia "sigue siendo medio esencial para la conservación y transmisión de los valores". Y tenemos que tenerlo muy en cuenta hoy, cuando tanto se habla de que vivimos una crisis de valores. Nos dice que la familia puede "formar, motivar, educar a cada uno de sus componentes, proporcionando futuro y sirviendo de recurso capital para el desarrollo". 

Este AÑO INTERNACIONAL DE LA FAMILIA es una voz de alarma y un desafío. Es una voz de alarma ante la facilidad con que se recurre al divorcio y a todo tipo de separaciones. Es una voz de alarma ante tendencias que querrían convertir a la familia en una cuestión privada, al margen de toda reglamentación social. Es una voz de alarma ante el abandono y los malos tratos a los ancianos. Es una voz de alarma ante el aborto y ante los intentos de presentar el aborto como una cuestión sin ninguna importancia, que podría quedar en manos del arbitrio de cada mujer. Es una voz de alarma ante la manipulación genética, que pretende apoderarse de las sagradas fuentes de la vida y fabricar personas según nuevos modelos. Es una voz de alarma ante la tremenda tragedia

de millones de niños de la calle, en los países hispanoamerica-nos, a quienes se les niega todo derecho a vivir. Es una voz de alarma ante los dramas que provocan el paro y la consiguiente pobreza, y que no tienen una salida fácil si no es mediante un nuevo modelo de sociedad: un nuevo modelo de distribución de los recursos humanos; un nuevo modelo de organización del trabajo, un nuevo modelo de funcionamiento de la economía, un nuevo modelo que permita a toda persona humana acceder a los alimentos, a la vivienda, a la educación y a la sanidad.

Y además de ser una voz de alarma, este AÑO INTERNACIO-NAL es un desafío. Entre todos tenemos que afrontar los problemas presentes y todos somos necesarios para abrir caminos nuevos. Eso sí, respetando lo esencial, que para nosotros, los cristianos, está sintetizado en la Carta de los Derechos de la Familia, proclamada por la santa Sede el 22 de octubre de 1983; y también en las Bienaventuranzas.

3.- Enseñaos unos a otros con toda sabiduría, nos dice el Apóstol. Y yo me pregunto qué puede significar para nosotros, cristianos de Málaga, este enseñarnos durante el AÑO INTERNACIONAL DE LA FAMILIA.

La respuesta la tenemos que encontrar entre todos. Pero os ofrezco algunas sugerencias como puntos de reflexión para concretar un programa serio de actividades.

En primer lugar, que todos los matrimonios y familias cristianas profundicéis en el significado de la familia y en el tipo de familia que nos está pidiendo hoy el Evangelio.  Tal vez sea necesario organizar grupos de trabajo, seminarios, semanas de la familia, formas de conocer y de iniciar movimientos familiares que pretenden vivir y proclamar el Evangelio de la familia. Juan Pablo II nos dijo, en la Familiaris consortio (n 70) que la pastoral familiar debe estar presente en todos los planes de la Iglesia Local y de las parroquias, porque "el futuro de la humanidad se fragua en la familia" (Id 86).

Crear un estado de opinión que lleve a exigir a los poderes públicos una política familiar diferente: en lo referente a la libertad de los padres para elegir el tipo de educación que desean para sus hijos; en lo referente a la legislación sobre el aborto, la legislación vigente y la que se pretende establecer desde algunos ministerios; en lo referente a una política fiscal más favorable a la familia; en lo referente a la política de viviendas...

Entablar un debate riguroso sobre la incidencia de los medios de comunicación social en los niños; sobre la forma de presentar el tema del matrimonio y de la familia; sobre un código deontológico por el que se deben regir quienes trabajan en estos medios...

Comprendo que son sugerencias muy generales. Pero es que Iglesia somos todos, y todos tenemos que sentirnos llamados a colaborar. Unas veces, iniciando acciones dentro de la comunidad cristiana; otras, apoyando todas aquellas iniciativas que favorezcan al matrimonio y a la familia; siempre, respetando otras concepciones que no son las nuestras, con un gran espíritu de tolerancia y de apertura. Pero sin adbicar del debate riguroso, del diálogo y de la exposición decidida y libre de la concepción cristiana de la familia. Del matrimonio y de la familia, como isntitución natural; y de la aportación cristiana, que enriquece a ambos.

4.- La familia es el "santuario de la vida", decimos los cristianos. Es el regazo cálido donde la vida, don maravilloso de Dios, puede ser acogida y protegida, para que la persona crezca sana de cuerpo y de espíritu. Creados a imagen de Dios, el hombre y la mujer alcanzan lo mejor de sí mismos cuando viven esa experiencia de amor gratuito y generoso que es la familia; esa comunión continuamente alimentada por el diálogo y por la ayuda mutua, que se convierte en "la más pequeña democracia en el corazón de la sociedad", como han señalado las Naciones Unidas.

Hoy se ha proclamado, en miles de templos cristianos, este AÑO INTERNACIONAL DE LA FAMILIA. El día 1 de enero, siguiendo el acuerdo de las Naciones Unidas, se proclamará en miles de foros seculares. Y es que el matrimonio y la familia son realidades humanas básicas, que nos hermanan a todos en una común preocupación y en una búsqueda compartida.

Nosotros hoy le vamos a dar gracias a Dios por nuestras familias: por haber sido nuestra primera escuela de vida; por tanto amor gratuito y heroico de nuestros mayores; por habernos transmitido la fe. Y le vamos a pedir también a Dios, por intercesión de María y de José, que imitando sus virtudes domésticas y el amor profundo que ellos encarnaron, intentemos convertir ya a esta tierra en un hogar para todos. Aunque sabemos que únicamente alcanzaremos la perfecta hermandad en el hogar del cielo.

Diócesis Málaga

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