DiócesisHomilías Mons. Dorado

La Sagrada Familia

Publicado: 31/12/2006: 1063

1.- Celebramos hoy la Fiesta de la Sagrada Familia. Al situarla junto al misterio de Belén, la Iglesia quiere:

1). Llamar nuestra atención sobre la importancia de la familia en general.
2). Al mismo tiempo, nos propone a la Sagrada Familia como ejemplo a seguir por todas las familias cristianas.
3). Y, finalmente, a través de este modelo espléndido nos invita a trabajar a favor de la familia.


2.- La importancia que la Iglesia atribuye a la familia se echa de ver en la atención que le ha prestado en los últimos años. El Vaticano II le dedicó el cap. I de la Gaudium et Spes, y Juan Pablo II la Exhortación Apostólica “Familiaris Consortio” del año 1981


3.- Los cambios profundos y rápidos de nuestro tiempo han incidido con fuerza sobre la familia, obligándola a adaptarse a las nuevas situaciones. Algunos querrían conseguir tal adaptación a costa de elementos irrenunciables como son la estabilidad, la fidelidad y la defensa de la vida.

Buscar la respuesta en el divorcio, en las parejas de hecho, en la promiscuidad sexual y en presentar en plan de igualdad con el matrimonio cualquier tipo de unión entre personas de diferente o del mismo sexo, es atentar contra el sentido mismo de la familia y del matrimonio.

En este contexto, la Iglesia nos pone como modelo a la Sagrada Familia. En el Evangelio que se ha proclamado la presenta como una familia profundamente religiosa: María y José acuden a Jerusalén para celebrar la Pascua y llevan con ellos a su Hijo. Esta Fe va a ser la fuerza que los mantenga unidos y fieles cuando se presenten las dificultades: cuando la duda trate de hacer mella en José, cuando se aproxima el parto y no disponen de unas condiciones mínimas para que María dé a luz, cuando tienen que emigrar a un país extranjero para proteger la vida del Niño. María y José tuvieron que pasar pruebas muy duras, pero encontraron su fuerza en el Señor, porque lo habían puesto como centro y fundamento de su amor.

La familia de Nazaret es también una familia que educa en la Fe. San Lucas acaba de presentar ese cuadro en el que llevan a Jesús con ellos al templo. Por los evangelistas sabemos de la profundidad de su oración, de su conocimiento de las Escrituras y de su fidelidad a su misión. Seguramente se lo debe a sus padres en gran medida, igual que les debe esa confianza en Dios que aparece en todas sus decisiones y en sus palabras.


4.- La familia, que es para la mayoría de nuestros jóvenes la institución más valorada, se ve amenazada por sombras que la oscurecen y la desfiguran. Y cuenta con muy pocos apoyos sociales para su estabilidad. En este sentido es una familia muy frágil. Son muchos los asuntos graves que reclaman vuestra atención, queridas familias cristianas.

Sin embargo, tales desafíos no pueden hacernos perder la esperanza. Como nos ha dicho San Pablo en la Segunda Lectura, contamos con la ayuda de Dios que nos ha dado el Espíritu Santo. Él es nuestra luz y nuestra fortaleza. Y tenemos que abrirnos a su presencia luminosa para que la familia recobre su solidez y su espiritualidad.

Apoyados en Él y siguiendo sus inspiraciones podremos diseñar una pastoral familiar de gran alcance, uniendo esfuerzos y proponiendo metas. Y pienso que tenemos que responder a tres cuestiones básicas:

La primera: cómo ayudar a la familia a ser fiel a sí misma y encontrar su identidad en los valores que la llamar a ser “creadora de humanidad”.

La segunda: cómo hacer que la familia sea una Iglesia doméstica y el primer sujeto de la evangelización.

Y finalmente hay que emprender las acciones necesarias para conseguir una política familiar más favorable en cuestión de natalidad, de vivienda, de enseñanza y de empleo.


5.- En esta Fiesta y en esta Eucaristía, que es también Acción de Gracias, deseo invitaros a dar gracias a Dios por la generosidad abnegada de tantos padres y madres, por los heroicos testimonios de fidelidad de tantos esposos, por el amor acogedor y cálido de innumerables familias que se han ganado el aprecio de nuestros jóvenes. A dar gracias, así mismo, por el trabajo abnegado y pionero de los Movimientos Familiares y de todos los agentes de pastoral familiar.

+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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