DiócesisHomilías Mons. Dorado Festividad de la Ascensión del Señor Publicado: 20/05/2007: 896 S.I. Catedral de Málaga 1.- En medio de este camino de Fe que es la Pascua, la Iglesia nos invita a contemplar hoy, con la inteligencia y con el corazón, ese misterio deslumbrante y consolador que es la Ascensión del Señor, y que se narra, sobre todo en San Lucas: final de su Evangelio y comienzo de los Hechos de los Apóstoles; y que se describe en el Credo con tres afirmaciones redactadas en lenguaje bíblico: “subió al Cielo”, “está sentado a la derecha del Padre”, “de nuevo vendrá con Gloria”. Los autores del Nuevo Testamento usan una variedad de imágenes muy ricas para ayudarnos a comprender este punto central de nuestra Fe. Nos dicen que el Resucitado: • “ha sido exaltado” (Filp 2, 9). • “ha sido glorificado” (Jn 7, 39). • “ha sido acogido en la gloria” (1 Tim 3, 16). • “ha entrado en su gloria” (Lc 24, 26). • “ha regresado al seno del Padre” (Jn 13, 1). • “ha subido al Padre de donde salió” 8Jn 20, 17). • “a quien los hombres rechazaron, juzgaron, condenaron a muerte y crucificaron, Dios lo ha constituido Mesías y Señor” (Rom 4, 1). • “Él vive e intercede por nosotros (Rom 8, 34) y es fuente de salvación para quienes creen en Él”. 2.- En el fondo de estas imágenes Dios nos sigue hablando a los hombres y mujeres de hoy. Con la muerte y la Resurrección de Cristo, nuestra humanidad ha llegado ya hasta el seno más íntimo de Dios, hasta la patria Trinitaria. Nuestra humanidad está en Dios y nos invita a participar de la vida divina. Porque en el Hijo, Jesucristo, cabeza de la humanidad nueva, los hombres nos hemos hecho presentes en el seno acogedor de la Santísima Trinidad. Y por ello, la plenitud del hombre es imposible sin Dios. Con palabras del Concilio: “Jesucristo manifiesta plenamente el hombre la propio hombre y le descubre la grandeza de su condición” (GS, 22). La fiesta de la Ascensión que celebramos hoy es también una llamada a descubrir a Dios como plenitud y como meta del hombre. Porque sólo la fe en Dios nos permite ser plenamente hombres y plenamente libres. 3.- En cierto sentido, la Fiesta de la Ascensión apunta hacia el Cielo, hacia arriba. Pero también apunta hacia esta tierra. Y los hombres podemos y debemos descubrir el rostro de Dios en medio de nuestra historia de cada día. Pues la Ascensión no significa que Dios se haya alejado del mundo, sino que el mundo ha comenzado a ser transfigurado. Es cierto que no vemos a Jesús como lo vieron sus apóstoles y discípulos, pero Él sigue presente y activo en medio de nosotros. Lo que su presencia ha perdido en visibilidad lo ha ganado en intensidad y en cercanía. Y sabemos por la Fe: a). que también está presente en su Palabra, porque Él nos sigue hablando a cada uno si le escuchamos con fe. b). también lo podemos encontrar presente en los hombres, especialmente en los pobres, los que sufren y los marginados. c). y una forma privilegiada de encontrar a Jesucristo consiste en celebrar los Sacramentos: - Él es quien nos perdona los pecados en la Penitencia, - quien se nos da como Pan de Vida en la Eucaristía, - quien fortalece al enfermo en el Sacramento de la Unción, y - quien, en el matrimonio, ayuda a los esposos a amarse, a comprenderse y a permanecer unidos con una fidelidad a toda prueba. + Antonio Dorado Soto, Obispo de Málaga Diócesis Málaga @DiocesisMalaga Más artículos de: Homilías Mons. Dorado La Exaltación de la Santa CruzLa Ascensión del Señor Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir