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El Bautismo del Señor

Publicado: 13/01/2008: 1067

1.- La Iglesia celebra en este Domingo el Bautismo de Jesús. Se trata de un acontecimiento muy importante, que nos hace pensar también en nuestro bautismo. Es posible que no captemos bien del todo el sentido de este acontecimiento que de por sí es sencillo –es un rito de agua- pero que tiene un hondo significado.

Con esta Fiesta termina la celebración de la Navidad cristiana y comienza la vida pública de Jesús y su misión evangelizadora, que describe así la Segunda Lectura, tomada de los Hechos de los Apóstoles (Hech 10, 36 ss.):

“Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él”.

Incluir esta fiesta en el ciclo litúrgico de la Navidad, significa que este hecho del. Bautismo, ocurrido cuando Jesús tenía 30 años, tiene la finalidad, como dicen los Evangelios, de:

a). Revelarnos quién es Jesús de Nazaret, el niño nacido en Belén de la Virgen María.

b). Y, en segundo lugar, hacernos ver qué significado tiene para nosotros: en qué sentido nos afecta.


2.- La Oración Colecta de hoy es una de las tantísimas cosas en que se comprueba de manera sobresaliente que las oraciones del Misal son una síntesis de la Palabra de Dios, que se proclama en clave de plegaria:

“En el Bautismo de Cristo en el Jordán quisiste revelar solemnemente que Él era tu Hijo amado, enviándole el Espíritu Santo…”.

Como se ve, la Fiesta de hoy es:

a). Una revelación de Dios, del Dios en quien creemos los cristianos. Podemos decir que es la primera manifestación de la Santísima Trinidad: “Tú eres mi Hijo, el predilecto”. La revelación de JESÚS HIJO DE DIOS es el tema central del Evangelio de hoy. Al mirar al cielo con sus ojos se ilumina la infinita alegría de saber y sentir que Dios es Padre. Y que el Espíritu Santo que los une es una infinita realidad personal, con que Dios se da a los hombres y la fuerza que impulsa a Jesús a realizar su actividad pública como Mesías o Salvador.

b). Es una revelación de lo que significa Dios para nosotros.


3.- El Bautismo de Jesús es una fiesta muy importante para nosotros hoy, en que Dios significa muy poco y no tiene interés para el hombre de hoy.
La verdadera cuestión de nuestro tiempo no es tanto la de creer que Dios existe, sino la de creer si el hombre existe o no para Dios. Dicho de otro modo: “¿Se interesa Dios por los hombres?”. “¿Puede intervenir Dios en la historia del hombre, para su bien?”.

La manifestación de Dios, en el Evangelio de hoy, pone de manifiesto:

• La entrada de Dios en nuestro mundo: “abrirse el cielo” es una manera bíblica de decir que Dios va a entrar en comunicación con el hombre.

• Y entra “compartiendo la vida del hombre”. El Bautismo fue un gesto de su voluntad redentora. Es un rito que tiene un valor simbólico muy recio. El agua tiene un doble valor en la Biblia: puede ser el agua que destruye el mal o el agua que vivifica. Las aguas destruyeron el mundo pecador en el Diluvio. Y, por otra parte, podemos ver cómo la lluvia fecunda la tierra y propaga la vida.

El Bautismo tiene este doble valor: significa la inmersión en las aguas que destruyeron el pecado y, por otra parte, el agua vivificante que hace vivir al “hombre nuevo”, como dice San Pablo. Así se cumple la justicia plena: queda eliminado el pecado y se comunica una vida de comunión con Dios. El agua simboliza, pues, por una parte los sufrimientos y la muerte y, por otra, el don de la vida divina.
Jesús, al sumergirse en el agua para ser bautizado, manifiesta su intención de hacer frente a la muerte para vencer al pecado. Y, al salir del agua, pre-anuncia la Resurrección que seguirá a la Pasión. Jesús anuncia su Pasión y su Resurrección bajo la metáfora del Bautismo.


4.- El Bautismo de Jesús es un recuerdo de nuestro bautismo, que es el medio por el que Dios nos hace “hijos suyos” y nos incorpora a Jesucristo.
Hoy debemos volver a tomar conciencia de nuestro bautismo. Debemos comprender que éste nos posibilita vivir como Jesús, es decir, a vencer el mal y a vivir cada vez más en comunión con Dios. Nuestro bautismo significa la muerte del pecador en nosotros y el nacimiento en nosotros del hombre nuevo, creado en justicia y santidad. Así podemos sentir el legítimo orgullo de haber sido bautizados.

Por eso, la Oración Colecta concluye así:
“Concede a tus hijos de adopción, renacidos del agua y del Espíritu Santo, perseverar en el cumplimiento constante de tu Voluntad”.

No hay mayor felicidad que la de saber, sentir y vivir que Dios también nos llama “hijos”, gracias a Jesús.
Hoy es un día muy oportuno para dar gracias a Dios por nuestro bautismo.

 

+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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