DiócesisHomilías Mons. Dorado

Domingo XV del Tiempo Ordinario. Ciclo B

Publicado: 16/07/2006: 1184

El Domingo pasado, sobre esta misma hora, se clausuraba en Valencia una riquísima experiencia eclesial: el V encuentro Mundial de las Familias, que tenía como objetivo central la reflexión y la celebración de la “Transmisión de la Fe en la Familia”. Bajo la presidencia del Papa y con la participación de más de un millón y medio de personas, la Iglesia se ha puesto a la escucha de la Palabra de Dios para descubrir cómo evangelizar o cómo transmitir la fe al mundo de hoy y cómo fortalecer la fe de los creyentes.

Las lecturas de la Palabra de Dios de este Domingo nos hablan del primer ensayo misional de los primeros cristianos en Galilea.

El apostolado hereda el espíritu de los profetas. La Primera Lectura recuerda a uno de ellos, a Amós, un evangelizador del siglo VIII a.C., que se nos presenta como un hombre:

- dócil a Dios,

- y fuerte ante los poderosos de la tierra.

En la Segunda Lectura se nos describe al cristiano como la persona que siente la admiración, el gozo y el reconocimiento ante cada realidad que encuentra en la vida, considerándolas “regalo” o “don” de Dios, que nos colma de bendiciones en Cristo, como son:

- el destino eterno a la santidad en el amor,

- la filiación divina, y

- el gozo de sentir que la vida es fruto de la gracia de Dios.

El Evangelio nos recuerda aquella limitada experiencia misional o evangelizadora de Galilea. El hilo conductor de todo el Evangelio de Marcos es la idea de que Jesús forma con sus discípulos (los cristianos) una familia: les trasfunde su pensamiento y espíritu para que ellos sean prolongación y continuidad suya en el mundo.

San Marcos describe la vocación de los cristianos en dos fases:

- la primera, “estar con Él”,  con Jesús, y

- la segunda “enviarles a predicar”.

La misión o la evangelización comunican la previa experiencia de la intimidad con Cristo.

En el texto se pueden anotar, entre otras, las siguientes ideas o características:

- “empezó a enviarlos”: conservando el contacto afectivo y doctrinal con quien le envía, el apóstol lo ofrece a quien todavía no goza de Él, de Jesucristo.

- “de dos en dos”: el apóstol es un ”testigo” y su fiabilidad exige el testimonio de dos: aspecto comunitario de la evangelización; “la parroquia”.

- “consignas de pobreza”: ligeros de equipaje, libertad de espíritu. Confianza en Dios.

- “poder sobre los espíritus inmundos”: el Evangelio como Salvación. Jesucristo es “el Mesías”, el Hijo de Dios vivo.

+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

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