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XIV Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C

Publicado: 08/07/2007: 1432

XIV Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo C

8 de julio de 2007


1.- En la lectura del Evangelio del Domingo pasado empezaba la sección más característica del Evangelio de San Lucas, llamada el “Camino de Jesús a Jerusalén”, que comprende 10 capítulos: del cap. 9 al cap. 19.

Después de haber descrito quien es Jesús y cuál es su obra, en la segunda parte, San Lucas nos presenta a Jesús realizándose a sí mismo y a su obra a través de un Camino desde Galilea a Jerusalén, en que se nos presenta la vida cristiana como un “caminar con Jesús”, compartiendo su camino pascual.

Hoy escuchamos un capítulo programático de esta sección: un compendio de las consignas que daba Jesús a sus “enviados” o “misioneros”. San Lucas redactó este compendio pensando en las comunidades que lo iban a leer. Eran comunidades ardientes aún en el espíritu de San Pablo que las había fundado: cristianos ilusionados y muy activos que, siendo pocos, estaban convencidos de que iban a llenar el mundo de Evangelio. Son palabras de una actualidad perenne. Nos limitaremos a breves sugerencias sobre tres grandes temas o aspectos:

La acción misionera, el estilo de la misión y su Mensaje.


2.- La MISIÓN: es una iniciativa del Señor: es Él quien llama, selecciona y envía. La “mies” es suya y son muchos los puestos de trabajo, pero los que trabajan son pocos. Por eso conviene que los encargados de la “mies” hablen mucho con el Señor, porque donde haya oración habrá más apóstoles consagrados al servicio de Jesucristo. La falta de sacerdotes y de apóstoles seglares ¿no podría acusar una crisis de oración? En el mundo hay una ilimitada disponibilidad al Evangelio, pero está yermo en gran parte por ser tan pocos, por ser tan pocos los cristianos que se ofrecen a colaborar con Cristo en la salvación de los hombres.


3.- ESTILO DE LA MISIÓN: Describe las siguientes características: hay que estar siempre en camino, avanzando; “ID”, nos dice el Señor. No perder tiempo, porque el trabajo es grande. Y nunca aislados en grupos cerrados. Terminado el trabajo volver al Señor: “que tu gracia, Señor, inspire, sostenga y acompañe todo nuestro trabajo”.

Sin miedo, pero advertidos de que los lobos son lobos y hay que estar dispuestos al martirio.

Sin complejo de cobardía. Sencillos, seguros, felices y haciendo el bien como Jesús.


4.- EL MENSAJE: Igual que el de Cristo: “El Reino de Dios ha llegado a vosotros. Convertíos y creed en el Evangelio”. En la llamada a la Conversión está implícito el anuncio del Dios Viviente. El geocentrismo es fundamental en el mensaje de Jesús. La palabra clave del anuncio de Jesús es “Reino de Dios”. Y el Reino de Dios no es una cosa, una estructura social o política. El Reino de Dios es Dios. Reino de Dios quiere decir “Dios existe”, “Dios vive”; Dios está presente y actúa en el mundo, en nuestra vida, y nos salva. El verdadero problema de nuestro tiempo es “la crisis de Dios”; la ausencia de Dios, camuflada por una religiosidad vacía. Hablar de Dios y hablar con Dios deben marchar conjuntamente. Sabiendo que nosotros creemos en el Dios de nuestro Señor Jesucristo. Y sólo en Cristo y a través de Cristo el tema de Dios se vuelve realmente concreto. Porque Cristo es el “Enmanuel”, “el Dios con nosotros”.

En Jesucristo ya llega a nosotros “el Reino de Dios”. El Reino que pedimos al Padre Nuestro. El Padre que quiere hacer de todos los hombres sus hijos, una familia de hermanos donde tengamos seguro cada día el PAN que necesitamos como el PERDÓN y el PERDÓN que necesitamos todos como el Pan.

Sólo en aceptar a Dios está la PAZ que el Evangelio ofrece a la libertad del mundo.

 

+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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