DiócesisHomilías Mons. Dorado

Domingo XI del Tiempo Ordinario. Ciclo A

Publicado: 14/06/2008: 3875

1.- La Liturgia nos propone hoy el Evangelio de la Misión. El Evangelio en que Jesús siente compasión de la muchedumbre, elige a los apóstoles y los envía en misión.

(Debemos señalar que todo parte del corazón de Jesús: Él siente compasión de la muchedumbre,…)

Entre los temas fundamentales del Evangelio según san Mateo destaca el de que los discípulos tienen que extender y prolongar “hasta el fin de los tiempos” (28, 20) la misión de Cristo. Con prioridad en el pueblo de Israel y después en todo el mundo. Son “enviados”, “misioneros”, “apóstoles”. El capítulo 10 recoge en forma de sermón o monólogo seguido, una antología de las consignas, reflexiones y enseñanzas en orden a la misión que, en distintas ocasiones, les iba dando el Maestro. De este primer programa misional de la Iglesia, leemos hoy la introducción temática (cap. 9) y el comienzo (cap. 10).

Es objeto de la Misión preparar a la Comunidad de Israel y de todas las naciones para que, libres de pretéritas servidumbres, realice su vocación de ser Pueblo y Reino de Dios. Por eso leemos antes, en el Libro del Éxodo (Primera Lectura) el pasaje clásico de esta elección, cuando los israelitas acamparon junto al monte Sinaí y Dios estableció con ellos su Alianza.


2.- El Evangelista introduce el programa misional evocando la elección e institución de los doce apóstoles.

Le dan relieve dos reflexiones de Jesús sobre la situación del pueblo, expresadas por medio de dos alegorías: la del “rebaño sin pastor” (9, 36) y la “mies sin segadores” (9, 37-38).

a). La imagen del rebaño sin pastor evoca varios pasajes bíblicos sobre todo el capítulo 34 del profeta Ezequiel. El Evangelio alude a la deplorable situación contemporánea del pueblo de Jesús en cuanto a sus dirigentes religiosos (comparar con Juan 10, 8). Situación arquetípica de toda comunidad donde no hay pastores o fallan en su oficio o misión. La afirmación “se compadeció” expresa el afecto sensible de “entrañable misericordia”; característica de Jesús que tiene un corazón humano lleno de caridad divina, del que nace siempre un gesto eficaz de solución. Quiero decir que la idea de instituir el “oficio apostólico” nació del amor de Jesucristo a su pueblo.

b). La alegoría bíblica de la mies se orienta siempre a la fase escatológica o futura del Reino de Dios. Los braceros o trabajadores del campo del Señor durante la historia preparan la “cosecha de santidad” para la Casa Eterna del Padre (Mateo 13, 43). La “mies es mucha” significa y quiere decir que el mundo estaría a punto para Dios si hubiera suficientes segadores. El Evangelio advierte que este problema máximo tiene una solución: ORAR. Por metodología de la Gracia, ante un problema de espíritu y no de técnica, invita a la plegaria: “rogad al Señor de la Mies” (Lucas 6, 12), dice explícitamente que Jesús, antes de elegir a los apóstoles, pasó la noche en oración. Sólo Dios puede encender en la intimidad de la conciencia, en especial de los jóvenes, la llama del ideal más útil y hermoso.


3.- Jesús toma entonces una iniciativa: elige a 12 discípulos, a los que se designará más tarde como “los doce apóstoles”. El término “apóstol” significa “enviado”. Jesús elige a los discípulos para enviarlos a las muchedumbres, para comunicarles el mensaje del Evangelio y responder así a las necesidades espirituales de los hombres. Jesús les comunica su propio poder contra el dominio del Mal, manifestado en milagros de salvación, que son signos de que el Reino de Dios está cerca: curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios. Y todo: gratis.


4.- A partir del capítulo 10 del Evangelio de san Mateo, empieza un extenso “compendio de criteriología misional” en el que se recogen los consejos evangélicos que dio Jesús a los primeros apóstoles. El que desee conocer el programa apostólico de Jesús, puede leer el capítulo 10 de san Mateo en el que se describen los rasgos del evangelizador, o la espiritualidad del misionero.

Cada uno de nosotros hemos sido enviados a otras personas para anunciarles a Jesucristo y proclamar la salvación.

La misión no es una prerrogativa exclusiva de algunos apóstoles; debe ser también realizada por todos los cristianos. Todos tenemos una responsabilidad para con las otras personas; todos demos contribuir a la misión universal de maneras diferentes.

Acojamos en nosotros la compasión de Jesús por las muchedumbres, porque están maltrechas y postradas, como ovejas sin pastor. Si anida en nosotros esta compasión, nuestra vida estará orientada hacia una misión que corresponde al deseo de Dios.

En el Programa Pastoral de nuestra diócesis nos hemos propuesto como objetivos preferentes:

- Fortalecer nuestra fe, y
- transmitir la fe a los demás.


+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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