DiócesisHomilías Mons. Dorado Domingo de Ramos. Ciclo C Publicado: 01/04/2007: 1108 1.- Uno de los momentos más característicos de la Semana Santa es la “lectura” o canto de la Pasión del Señor. Este año corresponde al evangelista S. Lucas. Las siguientes consideraciones se refieren a los elementos comunes a los cuatro evangelistas, indicando de paso alguno de los rasgos especiales de San Lucas. El acta evangélica de la Pasión considera a Jesucristo como afirmación de la Verdad, indicación del Camino y fuente de la Vida. 2.- Afirmación de la Verdad. Jesús enseña no solamente hablando, sino también y principalmente con sus actos. Los acontecimientos de la Pasión y Muerte fueron el momento culminante de su Magisterio. La lección más importante fue la de fundir el ideal de “Mesías” y “Cristo” con la experiencia de su Crucifixión. Afirmar un Cristo Crucificado ofendía escandalosamente las convicciones mesiánicas del judaísmo oficial de entonces. Pero la Pasión no desautoriza únicamente aquellas convicciones sino cualquier otro “rebrote” de mesianismo terreno que pueda nacer en el alma del Pueblo de Dios. La muerte violenta fue para Jesús el desenlace normal que él presintió y predijo. La Cruz es la consecuencia lógica del Sermón de la Montaña, las Bienaventuranzas. La Pasión tiene valor de martirio: testimonio y rúbrica de sangre de toda la doctrina anteriormente profesada. Los evangelistas contemplan la Crucifixión del Mesías al trasluz de la experiencia pascual de su Gloria. Su Gloria de Hijo de Dios. Pasión y glorificación están en la misma línea de continuidad. Las Apariciones demuestran a los ojos que el Resucitado es el Crucificado. Y a punto de morir, reo ante el Sanedrín, Jesús afirma su divinidad. Por eso el pueblo sencillo ha hecho de la Cruz su compendio del Evangelio. 3.- Jesucristo Camino: los evangelistas, y sobre todo San Lucas, dan el relato de la Pasión y Muerte un sentido de ejemplaridad. Ser discípulo comprometía a seguir a Jesús-Mártir por su mismo Camino: perdonar a los enemigos por amor, ofrecerse en oración de confianza, iluminar el sufrimiento con la Paz. El Huerto de los Olivos revela el corazón de esta actitud: el sentido filial, indentificándonos con la voluntad del Padre y su proyecto salvífico sobre el mundo. 4.- Jesucristo Vida. San Lucas interpreta la historia en Jesús como una liberación. Su Pasión y muerte es el paso decisivo de la liberación eterna: al otro lado está el Reino de Dios, la Resurrección. Dicho en lenguaje popular que podía entender el Buen ladrón: el Paraíso, fruto del poder salvífico del Resucitado. Por gracia de Cristo, su “con-crucificado” pasa en un instante de la situación de muerte a la situación de Vida. 5.- En estos días gloriosos de la Semana Santa hay dos cosas básicas que los cristianos tenemos que hacer: - leer el relato de la Pasión tal como lo cuentan los evangelistas. Todos los cristianos hemos de tener a mano los Evangelios. Unos minutos de tranquilidad bastan para leer el relato de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Sentiréis crecer en vuestro corazón la llama de la fe y del amor. - la segunda cosa es asistir en la Iglesia a los cultos o a los oficios. El Jueves y el Viernes Santo, la Vigilia de Oración en la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección, son convocatorias sagradas para nosotros. Allí se escucha la Palabra de Dios, se canta y se reza, se alimenta la fe del corazón. A partir de ahí, la Semana Santa en la calle será espontáneamente una manifestación de Fe y de agradecimiento, una invitación a ser mejores, una apasionada oración popular para que la vida familiar y social de los malagueños quede bendecida, humanizada y purificada y santificada por la mirada misericordiosa del nazareno y por la ternura maternal de la Virgen Dolorosa. + Antonio Dorado Soto, Obispo de Málaga Diócesis Málaga @DiocesisMalaga Más artículos de: Homilías Mons. Dorado Domingo de Resurrección. Ciclo CDomingo de Ramos. Ciclo C Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir