DiócesisHomilías Mons. Dorado Celebración comunitaria en la muerte de Mons. Francisco Parrilla Gómez Publicado: 15/10/2006: 1099 La muerte de un ser querido –y Francisco Parrilla lo ha sido- es siempre para los cristianos un motivo especial de oración. Es lo primero que hemos hecho en el momento de su muerte en la Casa Sacerdotal. Necesitamos comunicarnos con Dios y ése es el motivo que nos congrega aquí esta noche: orar, ponernos en contacto con Dios, darle gracias, solicitar su perdón y su misericordia. Damos gracias a Dios por las maravillas que ha realizado en el P. Parrilla a través de su vida y de su ministerio sacerdotal. Bendecimos a Dios que le ha sostenido en su vida y le ha purificado en su larga y dolorosa enfermedad. Meditamos ante su cadáver en el misterio cristiano de la muerte. Recogemos con suma atención el aviso amoroso e interpelador de Dios, contenido siempre en la muerte de una persona próxima a nosotros. Deseamos y esperamos que nuestro hermano Francisco Parrilla ya esté experimentando la verdad de la Palabra del Señor: “Venid a Mi los que estáis cansados y agobiados, que Yo os aliviaré. Yo soy manso y humilde de corazón. En Mi encontraréis descanso”. Esperamos que ya haya comprobado, como decía San Pablo, que “nada ni nadie, ni la aflicción, ni la angustia, ni peligro alguno, ni la vida, ni la muerte, nos puede separar del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús”. + Antonio Dorado Soto, Obispo de Málaga Diócesis Málaga @DiocesisMalaga Más artículos de: Homilías Mons. Dorado Centenario de la Coronación Canónica de María AuxiliadoraCelebración de las Bodas de Oro Sacerdotales de Mons. Dorado Soto Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir