DiócesisHomilías Mons. Dorado

Solemnidad de San Ciriaco y Santa Paula

Publicado: 19/06/2006: 1414

Iglesia de los Santos Mártires

1. ¿Qué significan los Santos Mártires Ciriaco y Paula para la ciudad de Málaga?

Esta fue la pregunta que los redactores del Boletín Informativo de la Congregación nos
hicieron a algunas personas en el mes pasado.

Hoy, en el día de su fiesta, recuerdo lo que contesté entonces:

‟Detrás de cada Santo Patrón, o Santos Patronos, como es nuestro caso, suele haber
una profunda devoción popular. En el caso de Málaga, la devoción a San Ciriaco y Santa
Paula, dos jóvenes mártires del siglo IV, se vio interrumpida por la invasión sarracena del siglo
VII. Tras la reconquista de la ciudad por los Reyes Católicos, en el siglo XV, que mandaron
construir este templo en que estamos, el bondadoso Papa Inocencio VIII los propuso como
Patronos de Málaga‶

Mediante este gesto, la Iglesia nos viene a decir tres cosas:

La primera es una llamada a la santidad, que consiste en descubrir que Dios nos ama
y en pasar por el mundo practicando las tres virtudes teologales.

La segunda es la imitación y el seguimiento de Jesucristo, que dio la vida por
nosotros. Con palabras del Concilio: ‟al celebrar el tránsito de los Santos de este mundo al
Cielo, la Iglesia proclama el misterio pascual cumplido en ellos, que sufrieron y fueron
glorificados con Cristo‶ (SC, 105). Si esto es verdad en todos los Santos, lo es de forma
especial en nuestros dos jóvenes malagueños Ciriaco y Paula, que dieron su vida por ser fieles
al Señor.

Finalmente, como dice un Prefacio de los Santos, su veneración nos ofrece ‟el
ejemplo de su vida, la ayuda de su intercesión y la participación en su destino‶.


2. ‟¡Cuánto debemos a los mártires!‶, nos dice San Ambrosio, el Arzobispo de
Milán... El mártir no vive para sí, ni muere para sí. Nos enseña a convivir con su vida y con su
muerte nos estimula a sufrir con valentía. Los mártires nos enseñan que la gracia de Cristo,
que se actualiza en nosotros por la acción del Espíritu, es capaz de ir poniendo libertad en
aquellas áreas de nuestra vida en las que reina la esclavitud. La gracia de Cristo nos transmite
su energía vencedora para decir la verdad y renunciar al engaño. La gracia de Cristo es en
nosotros ‟fuerza para amar‶ de manera afectiva y comprometida. La gracia de Cristo es
atractivo interior que puede sacudir nuestra indiferencia religiosa y hacernos sensibles a Dios,
a la fe, al Evangelio.

La afirmación neta de este carácter victorioso de la gracia de Cristo no puede aceptar
una convicción extendida de nuestra sociedad:

- el mal es más fuerte que el bien en este mundo.

- la corrupción en todos los órdenes, es más persistente que la conciencia moral.

- el egoísmo es más compacto que la solidaridad.

- la frivolidad es más atractiva que la profundidad.

- el pecado es más fuerte que la gracia. ¡NO!


3. Sostener, en virtud de nuestra fe, que la gracia de Cristo es más fuerte que el
pecado, comporta, de nuestra parte, un compromiso:

- nos invita con apremio a definirnos en favor del bien y en contra del mal en todas sus
formas.

- nos conduce a confiar, a pesar de todas las apariencias en contra, en la modesta,
continua y definitiva acción salvadora de Cristo en nuestro corazón, en nuestra familia, en
nuestro trabajo cotidiano, en nuestras esperanzas, en nuestras penas, en nuestros ambientes
culturales, empresariales, sindicales, educativos, en nuestros proyectos y realidades
pastorales.

Muchos seglares han descubierto en los años precedentes su misión cristiana de ser
testigos activos del humanismo del Evangelio en los diferentes ámbitos de la vida civil y su
vocación de ser colaboradores responsables en las tareas pastorales. Los laicos no suplirán
nunca a los sacerdotes, al igual que éstos no han de suplir a los seglares.


4. En este año, la fiesta de los Santos Patronos coincide con la celebración de los
500 años de la creación de esta Parroquia, erigida en su nombre y bajo su protección.

Es necesario que en este curso nos preguntemos: ¿cómo poder avanzar por el camino
de la renovación y revitalización de nuestra Parroquia? A ello nos invita nuestro Programa
Pastoral Diocesano, que tiene como objetivo ‟Fortalecer y transmitir la fe‶. Es necesario
estudiarlo con detenimiento.

Me parece que nuestros Patronos, los Santos Mártires Ciriaco y Paula, nos enseñan
que el reto fundamental está en alentar decididamente una pastoral de la santidad que haga
de los cristianos -curas y seglares- testigos vivos del Evangelio, colaboradores en la
transmisión de la fe y testigos de ésta en medio del mundo.

El primer paso de la renovación tiene que ser el fortalecimiento del vigor espiritual de
la Parroquia.


+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
Más artículos de: Homilías Mons. Dorado
Compartir artículo