Publicado: 13/04/2006: 1156

Misa Vespertina en la S.I. Catedral

Jueves Santo: ciclo B

1. Con la Misa vespertina de hoy, damos por concluida la Cuaresma e iniciamos
el Triduo Pascual, que es el centro del Año Litúrgico, y abarca los ritos sagrados del
Jueves Santo, el Viernes Santo y la Solemne Vigilia Pascual. En ellos reviviremos el
misterio de la muerte y Resurrección del Señor.

Son días propicios para volver a despertar en nosotros un deseo más intenso
de unirnos a Cristo y seguirle generosamente, conscientes de que nos ha amado hasta
dar su vida por nosotros. Los acontecimientos que nos vuelve a proponer el Triduo
Sagrado son la manifestación sublime de este amor de Dios para el hombre, del que
nos ha hablado el Papa en su Encíclica ‟Dios es amor‶.

Acogemos la exhortación que nos hace San Agustín:

‟Considera ahora atentamente los tres días Santos de la Crucifixión, de la
sepultura y de la Resurrección del Señor. De estos tres misterios realizamos en
la vida presente aquello de lo que es símbolo la Cruz, mientras realizamos a
través de la fe y de la esperanza aquello de lo que es símbolo la sepultura y la
Resurrección‶ (Carta 55, 14, 24).

2. ¿Qué celebramos hoy, Jueves Santo?

Además de la institución del sacerdocio, en este día se conmemora la entrega
total que Cristo hizo de sí a la humanidad en el Sacramento de la EUCARISTÍA. En
esta misma NOCHE, en que fue traicionado, nos dejó, como hoy recuerda la Sagrada
Escritura, el ‟Mandamiento Nuevo‶ del Amor Fraterno, cumpliendo el gesto del
LAVATORIO DE LOS PIES, que recuerda el humilde servicio de los esclavos.

Esta jornada singular concluye con la Adoración Eucarística ante el Monumento,
en recuerdo de la Agonía del Señor en el Huerto de los Olivos, de Getsemaní.
Sintiendo una gran angustia, cuenta el Evangelio, Jesús pidió a los suyos que velaran
con Él, permaneciendo en oración: ‟quedaos aquí y velad conmigo‶; pero los discípulos
se durmieron, como también los cristianos de hoy nos quedamos con frecuencia
dormidos. Esta fue para Jesús la hora del abandono y de la soledad, a la que siguió
en medio de la noche, el arresto, los juicios y la prisión; y el inicio del doloroso camino
hacia el Calvario.

3. El Papa Benedicto XVI acaba de ofrecernos su primera Carta Encíclica con
el título ‟Dios es Amor‶, como una ayuda pastoral y doctrinal para descubrir de nuevo
‟el corazón de la fe cristiana‶ en un momento de la Iglesia y del mundo necesitado
especialmente de esa luz que es Cristo. El tema central de la Encíclica es Dios, el
‟quiero‶ profundo de Dios en quien nosotros creemos, para mirar y comprender a su
luz, quién es el hombre y cuál debe ser la base de todo comportamiento
verdaderamente humano.
La encíclica del Papa -‟Dios es amor‶-, es una espléndida catequesis sobre el
significado del Jueves Santo: la íntima y necesaria relación que existe entre el Misterio
de la Eucaristía y la Caridad fraterna: ésta, la Caridad fraterna -amar al hombre como
Cristo lo amó-, no es posible sin la Eucaristía; y no es verdadera la Eucaristía sin la
necesaria manifestación en el amor al prójimo. Pues, como dice el Concilio, ‟la
Eucaristía nos comunica la Caridad, que es el alma de la vida cristiana y del
apostolado‶ (LG, 33). La ‟mística‶ del Sacramento de la Eucaristía, como dice el Papa,
lleva consiguientemente a descubrir lo que significa la comunión en el Cuerpo y en la
Sangre del Señor para la Iglesia como ‟Comunión de Amor‶ y para el ejercicio del amor
por su parte: ‟la unión con Cristo es al mismo tiempo unión con todos los demás a los
que Él se entrega‶. No puedo tener a Cristo solo para mí: únicamente puedo
pertenecerle en unión con todos los que son suyos.

‟No se puede ya jugar con la contraposición del amor a Dios y el amor al prójimo
o su separabilidad‶.  Ambos amores, decía el Papa, ‟viven del Amor que viene de Dios,
que nos ha amado primero. Así pues, no se trata ya de un mandamiento externo que
nos impone lo imposible, sino de una experiencia de amor nacida desde dentro, un
amor que, por su propia naturaleza, ha de ser necesariamente comunicado al otro. El
amor crece a través del amor‶.

El Jueves Santo nos ayuda a comprender mejor y más vivencialmente que ser
cristiano y vivir como cristiano descansa en un conocimiento y una experiencia del
Amor. ‟Nosotros hemos conocido el Amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él‶.
Así, pues, el cristiano ya puede expresar la opción fundamental de su vida confesando:

‟Hemos creído en el A mor de Dios‶.

Termino con estas hermosas y profundas palabras del Papa: ‟María, la Virgen,
la Madre, nos enseña qué es el amor y dónde tiene su origen, su fuerza siempre
nueva‶ (DC, 42).


+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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