DiócesisHomilías Mons. Dorado Misa de apertura del Jubileo Mariano de la Beatísima Virgen María del Amor Doloroso Publicado: 12/09/2006: 953 Parroquia de los Santos Mártires, Málaga Su Santidad el Papa Benedicto XVI ha concedido la gracia de un Año Jubilar Mariano con motivo de los 50 años de la incorporación de la Imagen de la Santísima Virgen del AMOR DOLOROSO a la Real Archicofradía Sacramental de Pasión, y de los 25 años de su coronación litúrgica. Esta concesión supone un motivo de gozo y de inmensa alegría para todos los devotos de la Madre de Dios. Un Año de gracia para la Archicofradía de Pasión, para la comunidad cristiana de esta Iglesia parroquial de los Santos Mártires Ciriaco y Paula, en cuyo templo se venera tan Bendita Imagen, y para toda la Diócesis. El Jubileo no es únicamente algo grande y extraordinario, lleno de actos religiosos y culturales, sino una invitación del Señor y de la Virgen a revisar nuestra vida, a fortalecer nuestra fe y a renovar nuestra comunidad parroquial, siguiendo las orientaciones de nuestro Programa Pastoral Diocesano. Queridos hermanos y hermanas: os propongo para este Año Jubilar un itinerario de vida que nace de la contemplación de la Virgen del Amor Doloroso. 1). Avivar la conciencia, como la Virgen, de la entrada de Dios en nuestra vida. ‟Feliz tú que has creído que se cumplirán las cosas que te fueron dichas de parte del Señor‶. Ante el don de la fe que se nos regala, uno es libre para vivir la vida en una adhesión absoluta a Dios o ponerlo al margen de la vida. Creo que hoy esta bienaventuranza sería programática para todo discípulo del Señor y para seguir llamando a muchos hombres y mujeres a que acepten en su vida ese don que Dios nos entrega. Como María, qué importante es sentirnos dichosos porque creemos en lo que Dios dice de sí mismo, del hombre y de todo lo que existe, y así ser constructores de la vida y de la historia. La adhesión de María a Dios es el centro de su vida y fue esto lo que la motivó siempre a tener en el centro, y como más importante que a uno mismo, a los demás. La fe no distancia de la vida; todo lo contrario, hace acometer los problemas y las situaciones de un modo absolutamente nuevo, con la fuerza, la gracia y la luz que Dios da. 2). Vivamos la fe, como la Beatísima Virgen María, en medio del mundo, haciéndola explícita públicamente. Nuestro mundo necesita de hombres y mujeres de fe vivida con explicitud, sin reduccionismos. La fe construye el sujeto personal y social. Sin ella la destrucción es fácil, pues los proyectos que nacen de los hombres serán siempre con medidas de hombres. No caigamos en el riesgo de sufrir estas tentaciones: a). Reducir el ser cristiano a una palabra más de las muchas que hoy se dicen, sin darnos cuenta de que ‟la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros‶, y por tanto es y dijo la única palabra. b). Reducir el ser cristiano a vivir unos valores donde cambiamos lo que es importante, que es el mismo Jesucristo. El centro de la vida cristiana es Cristo. Y por eso no se trata de defender unos simples valores, sino de hacer explícita una presencia verdadera que es la de Cristo. Los valores vendrán como consecuencia de la presencia de Cristo en nuestra vida. Volvamos a lo que fue la primera evangelización para saber hacia dónde debemos caminar en esta segunda. Aquellos mostraron con sus propias vidas a Jesucristo; pudieron decir y ser creídos: ‟Hemos visto al Señor‶. Fue el ‟encuentro personal con Él‶ lo que hizo tambalear los fundamentos del mundo pagano. La vida en Cristo es la que hace posible toda clase de transformaciones, también las sociales, políticas, económicas y estructurales, de la búsqueda de la justicia, de paz, de garantías de la libertad. c). Otra tentación es la de reducir el cristianismo a un puro conocimiento, de tal manera que desnaturalizamos la fe. Cuando se dan estas reducciones se hace aparecer a Cristo, y sobre todo a la Iglesia, como algo artificial que no tiene que ver con la vida y sus exigencias. Y también que Cristo y la Iglesia no son necesarios para resolver las preguntas del hombre. Y, por ello, lo cristiano se convierte en un museo para que vean las generaciones que vienen lo que sucedió. Sin embargo, la Virgen del Amor Doloroso, no nos presenta a un hombre más, sino a Dios que se hizo Hombre, pero es Dios mismo al que nosotros hemos conocido. 3.- Tengamos, como María, a Jesucristo como centro de la vida y de la historia. ¿Por qué insisto en la persona de Jesucristo una y otra vez? Porque, como decía el Papa Pablo VI, los valores cristianos en nuestra civilización son aceptados, pero no así la fuente de estos valores, que es Cristo, y así, a la larga, los valores son trastocados y eliminados. ¿Qué propuestas os propongo a todos en este Año Jubilar? Que conquistéis una auténtica libertad, sabiendo que ésta sólo es posible desde la verdad. Y ésta, la Verdad, es Jesucristo. Por ello, la obra de la nueva evangelización, en la que estamos empeñados, y a la que se nos llama a todos los cristianos, no es algo secundario, sino esencial. Por eso Jesucristo insiste en decirnos a los discípulos: ‟Id por el mundo y anunciad el Evangelio‶. Y por eso os digo también que es inaceptable, como decía el Papa Juan Pablo II, ‟como contrario al Evangelio, la pretensión de reducir la religión al ámbito de lo estrictamente privado, olvidando la dimensión esencialmente pública y social de la persona humana. ¡Salid, pues, a la calle, vivid vuestra fe con alegría, aportad a los hombres la salvación de Cristo, que debe penetrar en la familia, en la escuela, en la cultura, en la vida política‶. La lucha contra todas las lacras que azotan a nuestra cultura es una tarea en la que tenemos que empeñarnos todos: lucha contra el terrorismo, a la que os invito especialmente en estos momentos que vive el mundo, contra la injusticia, contra la falta de libertad, en defensa de la familia y contra el paro. Son tareas que tenemos delante y nadie que se llame cristiano puede decir que él no tiene nada que ver con nada de esto. La eliminación de estas lacras requiere de nosotros una posición ante la vida con el estilo y la manera de la Santísima Virgen del Amor Doloroso. Os invito a todos a asumir con decisión firme estos compromisos. Jesucristo, el Hijo de María, se va a hacer presente en este altar dentro de unos momentos. A Él que es el único Camino del hombre, le pido hoy ante la Imagen de su Madre, la Virgen del Amor Doloroso, que nos haga caminar como Él hizo y que nos haga sentir la vida y el compromiso por ella como su Madre lo sintió. + Antonio Dorado Soto, Obispo de Málaga Diócesis Málaga @DiocesisMalaga Más artículos de: Homilías Mons. Dorado Jubileo de la Compañía de JesúsJornada de renovación parroquial Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir