DiócesisHomilías Mons. Dorado III Centenario de la Hdad del Rocío de Málaga Publicado: 11/03/2006: 995 Parroquia de San Lázaro III Centenario de la Hermandad de Ntro. Padre Jesús de los Pasos del Monte Calvario y María Santísima del Rocío. 1. Saludo inicial Querido Párroco, sacerdotes, Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Hermandad, Sr. Presidente de la Agrupación de Cofradías, Ilustrísimas autoridades, queridos hermanos y hermanas todos. Celebramos el Tercer Domingo de Cuaresma y los cristianos que nos hemos reunido en este Templo Parroquial, acudimos además con la alegría de celebrar el III Centenario de la Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús Nazareno de los Pasos en el Monte Calvario y María Santísima del Rocío, "la novia"de Málaga como es conocida y venerada. 300 años suponen muchas vidas cristianas que crecieron con la devoción a los titulares y con el deseo renovado de ser fieles al Evangelio, incluso en periodo de dificultades sociales y políticas. Tres siglos de vida de la Cofradía como asociación de la Iglesia. Vosotros conocéis muchas de las etapas recorridas, de los esfuerzos, de la generosidad, de la entrega de tantos hombres y mujeres que cada día rezaron aquí, que renacían a la ilusión de manifestar la fe en la procesión de la Semana Santa, calle de la Victoria abajo, como nazarenos o como penitentes. La Hermandad contempla este largo tiempo y da gracias a Dios. Con vosotros, como obispo, también doy gracias a Dios. Mas, junto a la acción de gracias, quiero expresaros cuál debería ser el compromiso de la Hermandad de Jesús Nazareno de los Pasos y María Santísima del Rocío contemplando el presente y el futuro. 2."Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrá otros dioses, frente a mí" Queridos cofrades y fieles: la Europa que conocemos como "primer mundo" vive un proceso rápido de secularismo, de laicización del cual España no es excepción. Dios, Cristo, ha dejado de tener resonancia en la vida de muchos contemporáneos. Algunos de nuestros conocidos se han alejado de la fe. Las palabras del libro del Exodo que se han proclamado deben resonar con fuerza en nuestro interior: "Soy el Señor, tu Dios que te saqué de la esclavitud…"Un Dios que es Padre, que nos ha salvado por la Muerte y la Resurrección de su Hijo, que es promesa de un más allá vivido en plenitud y en permanencia. Jesús es nuestro templo. Lo dice el Evangelio de este domingo, "Destruid este templo y en tres días lo reedificaré…" Sólo por Jesús tenemos acceso al Padre. Nuestra vida a partir del día gozoso del Bautismo está incorporada a Jesucristo. Mirad el rostro de Jesús Nazareno y de su Madre Santísima del Rocío, decidle a ella: Dame tu ternura, tu cercanía materna para que sea capaz de decirle a tu Hijo: Creo en Ti y toda mi vida quiere estar iluminada y fortalecida con tu Palabra, con tu ejemplo, con tu gracia. Dame, Señor, la capacidad de ser testigo tuyo no sólo durante la semana santa, sino siempre. No sólo en el templo sino en el trabajo, en la vida de familia, con los amigos. Que confiese siempre, con el estilo de los mártires si es preciso, la fe que recibí en el Bautismo y que la pertenencia a la Hermandad me ha ayudado a vivir. 3. Pido para vosotros que seais cada día más hermandad, más fraternidad. Se ha dicho a propósito del Concilio, que su enseñanza sobre la Iglesia tuvo una dimensión muy especial, la Iglesia-Comunión, esto es, la Iglesia que por la fe vive insertada en la Trinidad, en el Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo que tiene su morada en nosotros, como dijo Jesús. Pero también Iglesia que es fraternidad de los bautizados. El mejor testimonio ofrecido al mundo de hoy, que se desenvuelve en un competitivo individualismo, es que vivamos como hermanos, que sepamos compartir todo lo que Dios nos ha dado, incluido el dinero. Que nos amemos, nos perdonemos, nos ayudemos, seamos siempre apoyo. Es el gran propósito que en estas efemérides tan gozosas queremos pedir a Jesús Nazareno: Hermanos que le sigamos con fidelidad y valentía, con humildad y entrega. Pero no cada uno a su manera, sino como fraternidad de hijos de Dios. Tenemos que recordar las palabras del Nuevo Testamento a propósito de los primeros cristianos:"Mirad como se aman…" Y que los pobres encuentren en vosotros la seguridad de la acogida y de la ayuda que les podáis ofrecer o bien directamente o bien a través de instituciones eclesiales como Cáritas que tanto prestigio tiene incluso entre no creyentes. 4. Por último una fe que debe ser celebrada, principalmente por la Eucaristía. En la literatura de los primeros tiempos se encuentra la siguiente expresión: "Sin la Eucaristía no hay domingo." Por eso Juan Pablo II nos escribió una Exhortación sobre el sentido del domingo para un cristiano. En el centro del mismo el Papa nos recordó la celebración de la Eucaristía. Es un gozo inmenso celebrar la Eucaristía esta tarde con tantos de vosotros. Oramos juntos, acogemos la Palabra del Señor unidos, seremos fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de Cristo y seremos enviados a ser misioneros de la fe cuando, en nombre del Señor, os diga: "Podéis ir en paz…" Celebrar el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo es indispensable para nuestra vida cristiana. La devoción a los Sagrados Titulares a quienes rezamos, a quienes veneramos tan fuertemente, nos ayuda. Pero sin la Eucaristía es imposible una existencia cristiana. Por eso los cristianos, que han vivido cambios profundos, en diversos momentos de la historia, han mantenido siempre la Eucaristía como indispensable. Queridos hermanos: una vez al año vivís la emoción de la salida a la calle, de la entrada a la casa Hermandad de las imágenes tan veneradas. Una vez a la semana, el día del Señor, con la acción de gracias por lo que celebramos, debemos vivir la Eucaristía. En ella somos alimentados por la Palabra de Dios y por el Cuerpo y la Sangre de Cristo. 5. Conclusión. Queridos hermanos: os reitero mi felicitación, mi oración junto a vosotros, mi deseo de que este año, como tantos otros, la procesión sea catequesis y peregrinación de fe. Estad contentos y cada día pedid al Señor la gracia de ser lo que indican el mismo nombre de los Sagrados Titulares: Hermanos que acompañáis y os identificáis con Jesús Nazareno cuando había llegado a la cima del Monte Calvario y caminaba en busca del lugar de la Crucifixión. Y acompañantes de María Santísima del Rocio, que nos fue dada por Madre en lo alto del monte y en ella contemplamos la presencia del Espíritu Santo, el verdadero rocío que empapa nuestra vida de fe, esperanza y caridad. Celebramos la Eucaristía. Vivimos ahora el memorial que hace presente la Pascua del Señor. De ella vivimos. Jesús Nazareno de los Pasos y María Santísima del Rocío, ruega por nosotros. + Antonio Dorado Soto, Obispo de Málaga Diócesis Málaga @DiocesisMalaga Más artículos de: Homilías Mons. Dorado Inicio de las celebraciones con motivo del 150º aniversario del Dogma de la Inmaculada ConcepciónDomingo II después de Navidad Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir