DiócesisHomilías Mons. Dorado Dedicación de la Iglesia de El Morche Publicado: 22/07/2006: 1018 Textos: Nehemías 8, 2-10 I Corintios 3, 9-17 Juan 2, 13-21 1.- Celebramos hoy la consagración del nuevo templo de la parroquia de Santiago el Mayor de El Morche. La Liturgia de la Consagración, como podréis comprobar, es muy bella, rica y expresiva en sus diferentes símbolos y ritos. Constituye, en su mismo despliegue, una magnífica catequesis sobre el significado de esta celebración. 2.- Se inicia con el anuncio de la Palabra de Dios, que evoca sucesivamente la Liturgia del Templo de Jerusalén, recién restaurado después del exilio o destierro de Babillona (Primera Lectura: libro de Nehemías 8, 2-10). Sigue la Segunda Lectura... La Liturgia se consuma con la celebración de la Eucaristía, que es la que consagra de verdad a toda la comunidad reunida para celebrarla y a este bellísimo templo alzado para proclamar la Palabra de Dios, para repetir la Eucaristía todos los días y para acoger a la comunidad cristiana. Con ella comienza en el barrio un nuevo principio de vida, un centro de encuentro y comunicación y una fuente de espiritualidad. Pero entre la Palabra y la celebración de la Eucaristía, se desarrolla la solemne oración dedicatoria; la unción del altar y de los muros con el crisma consagrado, la incensación de los fieles, del altar y de las paredes y la iluminación esplendorosa, de todo el espacio del templo. Cada uno de estos signos tiene su capacidad expresiva y su fuerza comunicativa. Dejemos que nos hablen por sí mismos los gestos y las palabras. Mantengamos el oído atento y la mirada despierta para que goce el corazón y la fe. Mientras tanto, os ofrezco estas sencillas reflexiones. 3.- Quiero recordaros que la construcción de nuevos templos no es el fenómeno más corriente de nuestro tiempo. Hoy son más frecuentes las torres de los bancos, los comercios gigantes y las oficinas elegantes de las multinacionales. Un templo digno y bello construido en un pueblo o en una ciudad, es un testimonio que habla por sí mismo. Es una manera de expresar que Dios existe y que Dios es Dios. Que Él no puede ser tratado como un valor marginal y residual. Que Él es el mejor guardián y el mayor amigo del hombre. Que Jesucristo es el primero en todo. Que adorar a Dios es una actividad nobilísima. Que la humanidad que olvida a Dios no tiene más remedio que volverse inhumana. Al contemplar vuestra Iglesia y vuestra torre os deseo que penséis y sintáis así. 4.- Quiero deciros asimismo que un templo es, ante todo, símbolo de un ser viviente: la comunidad cristiana parroquial y diocesana. Este templo está llamado a ser como el retrato de una parroquia llena de vida. Los templos hermosos, sin una comunidad cristiana piadosa y evangelizadora, no son sino mausoleos fríos que no pueden disimular su propio vacío. Deseo formularos un vivo deseo: que la consagración de vuestra Iglesia dinamice la vida cristiana de los grupos y de las personas que constituís esta comunidad; que deje en vosotros una huella indeleble y que riegue vuestras raíces. En vuestras raíces están, entre otros valores, la de fe de vuestros mayores y la vuestra propia. Que el nuevo templo os haga sentir la presencia del Señor entre vosotros: es la casa de Dios. Y que os ayude a ser una comunidad de fe, de oración y de caridad. Una comunidad que ayude a ver que Dios existe, que vive con nosotros y que nos ama. + Antonio Dorado Soto, Obispo de Málaga Diócesis Málaga @DiocesisMalaga Más artículos de: Homilías Mons. Dorado Dedicación de la Parroquia del Puerto de la TorreFiesta del Santísimo Cristo de Urda Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir