16 de julio de 2005, Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen

1. Saludos.
Sr. Vicario Episcopal, Párroco de Nuestra Señora del Carmen, sacerdotes,
Iltmo. Sr. Alcalde y miembros de la corporación municipal de Estepona

Alegrémosnos y demos gracias al Señor porque nos permite vivir este día tan
deseado por los esteponeros. Este pueblo de Estepona, marinero, ha vivido durante
años con su oración y su corazón vueltos hacia la imagen de la Virgen del Carmen. Y
ha sido tan intenso y permanente el amor a la Virgen que el obispo D. Ramón
Buxarrais la declaró Patrona de Estepona el año 1990.

Aquellos años durante los cuales la pesca era uno de los medios importantes
de subsistencia de los que vivían en este lugar y que estaba sometido a la dureza de
los vientos que hacían imposible la salida a la mar. En cuantas ocasiones las carencias
hacían difícil el subsistir y cuando no se percibía horizonte alguno, la mirada y la
oración breve a la Virgen del Carmen era el refugio al que acudir.

Quiero recordar cómo acompañó a aquellas generaciones de hombres aquél
párroco, el P. Manuel Sánchez Ariza que se desvivió por el pueblo. Con qué ilusión
consiguió las casas para los pescadores y ayudó en la creación de la cooperativa que
tanto bien consiguió para los marengos.

Del entusiasmo de D. Manuel puedo contar cómo durante los días de verano
que permanecieron en el pueblo los seminaristas mayores, en Los Llanos, les enseñó
las dimensiones sociales y religiosas que vivían muchos de los habitantes de este
pueblo. Y las soluciones que se podían ofrecer a los problemas. No podemos olvidar
que la Iglesia ha estado siempre presente, cercana, de sus  hijos más pobres.

Después cuando el obispo Ángel Herrera Oria crea la Parroquia del Carmen,
pide a la Hermandad que la capilla sea sede de la Parroquia. Pequeña iglesia, con dos
escuelas que tanto bien hicieron. Aquí acudisteis vosotros y vuestros padres para rezar
el Ave María ante la imagen,  para hacer una petición o una acción de gracias, para
bautizar a vuestros hijos, para santificar vuestro amor con el sacramento del
Matrimonio,  para rezar ante el cadáver de vuestros mayores.
Os pido una oración agradecida por los sacerdotes que han estado al frente de
la Parroquia del Carmen. Por el fallecido D. José María Sepúlveda que me consta
quiso tanto este pueblo y ahora D. Fernando que se ha desvivido para que fuera
realidad este templo y las dependencias parroquiales pero consciente de que la Ermita
del Carmen es parte principal de la historia de Estepona y de la Iglesia de Dios en este
bella tierra, tan cambiada desde que personas de otras ciudades y naciones se hicieron
vecinos de aquí.

Hermanos de Estepona, bendigamos al Señor por tanto bueno como hoy
tenemos presente y, especialmente, porque el amor a  la Virgen María del Carmen está
tan enraizado en vuestras vidas que es el mejor seguro de vuestra fe, de vuestra
esperanza y de vuestra caridad. 

2. Coronar la imagen de la Virgen es confesar públicamente que el amor a Ella
es profundo y permanente, que Ella es modelo de nuestra vida, que está presente
en nuestra vida y que a Ella acudimos en nuestras necesidades.

Que la Parroquia, el pueblo y muchos que viven más allá de los límites de
Estepona la veneran como Madre, como intercesora ante Jesús y que tenemos nuestra
confianza en Ella de que nos ayudará a vivir la fe, incluso en circunstancias no fáciles.

La Palabra de Dios ilumina nuestros sentimientos de esta tarde y nos da el
sentido hondo de lo que vivimos.

Y le expresamos los sentimientos del autor del Eclesiástico. Es nuestro canto
en esta mañana, es nuestro himno, son nuestros sentimientos a los que falta forma de
expresión y acogemos la del viejo libro del Antiguo Testamento.

‟Yo soy la madre del amor puro, del temor, del conocimiento y de la esperanza
santa.‶
‟Venid a mí, los que me amáis...‶

La Virgen del Carmen nos llama a que acudamos a ella, hoy y siempre. En
cualquier necesidad. Ella nos dice que es la Madre dada por Jesús en la Cruz: Ahí
tienes a tu hijo... Ella es la Madre de la esperanza que tanto necesitamos para poder
continuar la peregrinación de la vida, que está originada por la Gracia de Jesús.

Es la Virgen Madre del Carmen la que ruega a su Hijo Jesús para que nos
convierta, como discípulos que somos, en el mejor modelo de vida. San Pablo describe
el hábito con el que debemos revestirnos: ‟como elegidos de Dios, santos y amados,
vestíos de la misericordia entrañable, de la bondad, de la humildad, de dulzura, de
comprensión... Y, por encima de todo, el amor, que es el ceñidor de la unidad
consumada.‶

Queridos vecinos de Estepona, devotos de la Virgen del Carmen, he ahí la mejor
ofrenda que hacemos a la Virgen y que está simbolizada en la corona que imponemos
ahora a la imagen. Las actitudes que nos ha relatado San Pablo, valen más que la vela
que encendemos, que la flor que traemos. La vela y la flor significan lo que es nuestra
manera de vivir.

En Estepona los cristianos, devotos de María Santísima, deben cada día
manifestar su fe y amor a Jesús y a la Virgen en su misericordia, en su bondad, en su
comprensión, en su caridad,  Y, muy especialmente, en la confesión pública de la fe,
celebrada en la Eucaristía y vivida por el amor, especialmente a los más necesitados.

Es el ejemplo de María que olvida su estado de Madre que ha engendrado un
hijo y se dispone a visitar a su prima Isabel que está necesitada de su presencia y de
su ayuda y que proclama la primera gran Bienaventuranza que nosotros queremos
repetir esta mañana: BENDITA TU ENTRE LAS MUJERES Y BENDITO EL FRUTO DE
TU VIENTRE.

Hermanos, Bendita la Virgen María. Por todas sus virtudes pero especialmente,
como reconoció Isabel, porque HA CREIDO.

Es lo que pido a la Virgen del Carmen para cada uno de vosotros, para vuestras
familias, para las comunidades parroquiales: que viváis de la fe en el Señor Jesús, que
le imitéis en vuestra vida, que le améis.

Por la fe, dice San Pablo somos salvados. Este gesto del pueblo de Estepona,
de coronar la imagen de la Virgen del Carmen quiere ser garantía de que caminaréis
en el seguimiento de Jesús, que cada día vuestra vida estará señalada más
fuertemente por la fe en El.

Santísima Virgen del Carmen, aquí tienes a tus hijos de Estepona. Protégelos
siempre, pero especialmente de aquello que pueda alejar de Jesús y de Ti.

Estamos gozosos porque esta mañana hacemos pública nuestra devoción a tí
y decimos que tú eres la mejor discípula del Señor que nos enseña el mejor camino de
vida cristiana.

+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga