DiócesisHomilías Mons. Dorado

500 años de la cofradía de la Vera+Cruz

Publicado: 17/09/2005: 1046

Quiniento Aniversario de la Cofradía de la Vera+Cruz
17 de septiembre de 2005
S.I. Catedral


1.- Saludo e introducción.

Queridos hermanos y devotos: Estamos celebrando el V Centenario del
comienzo de la Ilustre Archicofradía de la Santa Vera-Cruz y Sangre.

Quinientos años suponen esfuerzos y saber responder a diversas vicisitudes.
Momentos de exaltación y de crisis, de paz y tensiones, muchas de ellas provocadas
por la sociedad, pero que han tenido su repercusión profunda en el seno de la
Archicofradía, como los sucesos con motivo de la guerra civil española.

Al querer celebrar esta efemérides, los hermanos de la Vera Cruz habéis
deseado, como motivos de estos actos, dar gracias a Dios y responder con vuestra
vida cofrade y personal al significado de la Archicofradía de la Vera Cruz.


2.- Acción de gracias.

Dar gracias a Dios porque el centro de vuestra devoción está en el misterio de
la cruz de Nuestro Señor Jesucristo, escándalo y necedad para unos, pero, para los
creyentes, como nos enseña San Pablo, ‟fuerza de salvación‶.

Desde hace unos años, las mañanas del Viernes Santo os contemplan en
silencio portando por las calles del centro de nuestra capital, hasta llegar a la Catedral,
la imagen sobria del crucificado y la reliquia de la cruz de Nuestro Señor.

Ha sido una positiva recuperación para nuestra Semana Santa. Es procesión
con características que ayudan a iniciar la vivencia de la riqueza litúrgica del Viernes
Santo. Por eso debéis permanecer en esa singularidad con que se inició la procesión:
silencio, oración, sobriedad... que constituyen también el lenguaje propio de la
religiosidad popular para el Viernes Santo.

Gracias a Dios porque la Archicofradía de la Vera Cruz ha resurgido siempre
que, por diversas circunstancias, sufrió dificultades para su salida.

Gracias a Dios porque, al mismo tiempo que en la Sagrada Liturgia del Viernes
Santo se adora la cruz y se expresa la fe y el amor a Jesucristo Crucificado, en las
calles, la misma cruz descubierta, invita a miles de fieles, e incluso no creyentes, a
‟mirar el árbol de la cruz donde pende la salvación del mundo!.

Queridos hermanos, he ahí también vuestra responsabilidad. Sois portadores
del signo más fuerte de la vida cristiana: Jesucristo que muere en la cruz. Sólo con fe
firme y con vida coherente con la fe, podemos legítimamente levantar al crucificado
para que sea admirado pro unos y adorado por los más, como anticipo de lo que
después será acción litúrgica en los diversos templos.


3.- El significado de la cruz.

La cruz es signo de un Dios que, en Jesucristo, asume la pequeñez del hombre,
sufriendo en su carne el dolor, la impotencia, la injusticia y al muerte.

La novedad del cristianismo consiste en haber descubierto y confesado que la
cruz, misterio de un amor que se autoentrega, pertenece en primer lugar a Dios y
después se aplica a nuestra historia.

La cruz del Señor se extiende desde el cielo hasta la tierra y nos descubre la
fuente de un Dios que es amor, que es compasión, que es perdón, que es promesa
definitiva de bien, que es redentora para todos los que, desde su pobreza de
pecadores, llegan hasta El en busca de lo que nos ha venido a dar y que tiene su
expresión y acontecimiento más fuerte en la cruz.

Ante este misterio que adoramos cada día del año, y que tenemos presente
desde el día lejano en que nuestra madre nos enseñó a santiguarnos, cuando nuestros
ojos curiosos descubrieron una cruz colgada en alguna de las paredes de la vivienda,
cuando aprendimos a besarla y a llevarla colgada alrededor de nuestro cuello,
debemos contemplar con la mayor fuerza la riqueza e importancia de la cruz de
Nuestro Señor, cuya imagen portáis con deseo de verdadero espíritu cristiano en
Semana Santa.
Como nos ha recordado hace unos días (11 - IX - 2005) el Papa: ‟El signo de
la Cruz no debe ser un gesto rutinario, sino el pronunciamiento de un si visible y público
al amor de Cristo que murió por nosotros‶.


4.- ¿Qué os pido con motivo de esta gran celebración que marcará para
siempre la vida de la Archicofradía?

Que confeséis con vuestra palabra, con el sentimiento cofrade, con vuestra vida,
la fe que recitamos en el Credo: ‟Creo que Jesucristo padeció, fue crucificado, muerto
y resucitado‶. Que éste sea el centro de la fe que manifestáis y que queréis mostrar a
otros.
‟La Cruz es la manifestación impactante del acto de acto de amor infinito con el
que el Hijo de Dios ha salvado al hombre y al mundo del pecado de la muerte. Por este
motivo la Cruz y el signo de la Cruz es el gesto fundamental de la oración del cristiano‶
(Benedicto XVI).

Y que a partir de ese núcleo básico de la fe cristiana, seáis verdaderos
seguidores de la doctrina y de la enseñanza de Jesús, que están en el Evangelio tal
como la Iglesia nos lo recuerda en su magisterio.

Ésa es la fidelidad fundamental a la que son llamados los cofrades y es lo que
da sentido a las procesiones, al culto a los titulares, a las peculiaridades de cada
Archicofradía.

Agradeced el acontecimiento doloroso de la pasión y de la cuz por todo el bien
que nos ha traído, confesadlo con valentía y sencillez y haced que nuestra vida se
transforme cada día más en vida de verdaderos discípulos que viven su enseñanza y
la trasmiten a otros.

Estoy convencido de que el futuro de las Cofradías está en ser, cada día más,
lugares de reflexión de la vida de Jesucristo, animadores de la fraternidad entre todos
los devotos y empuje para hacer, de cada uno de los que se acercan a las imágenes,
decididos testigos de Jesucristo


5.- De la procesión a la Eucaristía.

Nos encontramos celebrando el Año Eucarístico. Y es ocasión para reflexionar
sobre algo esencial de la vida cristiana.

Los acontecimientos que nos relatan los Evangelios de la pasión y muerte de
Jesucristo, se hacen presentes de forma sacramental en la Eucaristía. No en el
lenguaje realista de las imágenes, sino en el lenguaje real y simbólico del pan y del
vino y de la oración de la lglesia. Por la fuerza del Espíritu Santo celebramos el
memorial de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Benedicto XVI ha pedido a los jóvenes que celebren la Eucaristía todos los
domingos. Pues bien, cofrades de la Vera Cruz, jóvenes y mayores, todo lo que mueve
vuestro corazón al contemplar al Cristo de la Vera Cruz, se hace presente en los
altares de las Iglesias cuando se celebra la Eucaristía.

‟Cada Misa de hecho actualiza el sacrificio redentor de Cristo. La Eucaristía es,
por tanto, el memorial de todo el misterio pascual: pasión, muerte, descenso a los
infiernos, resurrección y ascensión al Cielo‶ (Benedicto XVI)

Creo que esta efemérides del V Centenario de la fundación de la Archicofradía,
nos debe traer una mejor celebración de la Eucaristía dominical por parte de todos los
cofrades, celebrada en vuestra sede o en las parroquias a la que pertenecéis cada
uno.

Y de ahí debe surgir una vida en caridad entre todos vosotros y como servidores
especiales de los más pobres en los cuales descubrimos la presencia del Señor que
se entrega y se nos da en favor nuestro.
Felicidades, queridos Archicofrades; mantened y mejorad vuestras principales
tradiciones, actualizar vuestro sentido de pertenencia a la Iglesia, y que la cruz de
Jesucristo, que os salva, os mueva a una mejor fidelidad de vida cristiana.


+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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