DiócesisHomilías Mons. Dorado 500 años de la cofradía de la Vera+Cruz Publicado: 17/09/2005: 1075 Quiniento Aniversario de la Cofradía de la Vera+Cruz 17 de septiembre de 2005 S.I. Catedral 1.- Saludo e introducción. Queridos hermanos y devotos: Estamos celebrando el V Centenario del comienzo de la Ilustre Archicofradía de la Santa Vera-Cruz y Sangre. Quinientos años suponen esfuerzos y saber responder a diversas vicisitudes. Momentos de exaltación y de crisis, de paz y tensiones, muchas de ellas provocadas por la sociedad, pero que han tenido su repercusión profunda en el seno de la Archicofradía, como los sucesos con motivo de la guerra civil española. Al querer celebrar esta efemérides, los hermanos de la Vera Cruz habéis deseado, como motivos de estos actos, dar gracias a Dios y responder con vuestra vida cofrade y personal al significado de la Archicofradía de la Vera Cruz. 2.- Acción de gracias. Dar gracias a Dios porque el centro de vuestra devoción está en el misterio de la cruz de Nuestro Señor Jesucristo, escándalo y necedad para unos, pero, para los creyentes, como nos enseña San Pablo, ‟fuerza de salvación‶. Desde hace unos años, las mañanas del Viernes Santo os contemplan en silencio portando por las calles del centro de nuestra capital, hasta llegar a la Catedral, la imagen sobria del crucificado y la reliquia de la cruz de Nuestro Señor. Ha sido una positiva recuperación para nuestra Semana Santa. Es procesión con características que ayudan a iniciar la vivencia de la riqueza litúrgica del Viernes Santo. Por eso debéis permanecer en esa singularidad con que se inició la procesión: silencio, oración, sobriedad... que constituyen también el lenguaje propio de la religiosidad popular para el Viernes Santo. Gracias a Dios porque la Archicofradía de la Vera Cruz ha resurgido siempre que, por diversas circunstancias, sufrió dificultades para su salida. Gracias a Dios porque, al mismo tiempo que en la Sagrada Liturgia del Viernes Santo se adora la cruz y se expresa la fe y el amor a Jesucristo Crucificado, en las calles, la misma cruz descubierta, invita a miles de fieles, e incluso no creyentes, a ‟mirar el árbol de la cruz donde pende la salvación del mundo!. Queridos hermanos, he ahí también vuestra responsabilidad. Sois portadores del signo más fuerte de la vida cristiana: Jesucristo que muere en la cruz. Sólo con fe firme y con vida coherente con la fe, podemos legítimamente levantar al crucificado para que sea admirado pro unos y adorado por los más, como anticipo de lo que después será acción litúrgica en los diversos templos. 3.- El significado de la cruz. La cruz es signo de un Dios que, en Jesucristo, asume la pequeñez del hombre, sufriendo en su carne el dolor, la impotencia, la injusticia y al muerte. La novedad del cristianismo consiste en haber descubierto y confesado que la cruz, misterio de un amor que se autoentrega, pertenece en primer lugar a Dios y después se aplica a nuestra historia. La cruz del Señor se extiende desde el cielo hasta la tierra y nos descubre la fuente de un Dios que es amor, que es compasión, que es perdón, que es promesa definitiva de bien, que es redentora para todos los que, desde su pobreza de pecadores, llegan hasta El en busca de lo que nos ha venido a dar y que tiene su expresión y acontecimiento más fuerte en la cruz. Ante este misterio que adoramos cada día del año, y que tenemos presente desde el día lejano en que nuestra madre nos enseñó a santiguarnos, cuando nuestros ojos curiosos descubrieron una cruz colgada en alguna de las paredes de la vivienda, cuando aprendimos a besarla y a llevarla colgada alrededor de nuestro cuello, debemos contemplar con la mayor fuerza la riqueza e importancia de la cruz de Nuestro Señor, cuya imagen portáis con deseo de verdadero espíritu cristiano en Semana Santa. Como nos ha recordado hace unos días (11 - IX - 2005) el Papa: ‟El signo de la Cruz no debe ser un gesto rutinario, sino el pronunciamiento de un si visible y público al amor de Cristo que murió por nosotros‶. 4.- ¿Qué os pido con motivo de esta gran celebración que marcará para siempre la vida de la Archicofradía? Que confeséis con vuestra palabra, con el sentimiento cofrade, con vuestra vida, la fe que recitamos en el Credo: ‟Creo que Jesucristo padeció, fue crucificado, muerto y resucitado‶. Que éste sea el centro de la fe que manifestáis y que queréis mostrar a otros. ‟La Cruz es la manifestación impactante del acto de acto de amor infinito con el que el Hijo de Dios ha salvado al hombre y al mundo del pecado de la muerte. Por este motivo la Cruz y el signo de la Cruz es el gesto fundamental de la oración del cristiano‶ (Benedicto XVI). Y que a partir de ese núcleo básico de la fe cristiana, seáis verdaderos seguidores de la doctrina y de la enseñanza de Jesús, que están en el Evangelio tal como la Iglesia nos lo recuerda en su magisterio. Ésa es la fidelidad fundamental a la que son llamados los cofrades y es lo que da sentido a las procesiones, al culto a los titulares, a las peculiaridades de cada Archicofradía. Agradeced el acontecimiento doloroso de la pasión y de la cuz por todo el bien que nos ha traído, confesadlo con valentía y sencillez y haced que nuestra vida se transforme cada día más en vida de verdaderos discípulos que viven su enseñanza y la trasmiten a otros. Estoy convencido de que el futuro de las Cofradías está en ser, cada día más, lugares de reflexión de la vida de Jesucristo, animadores de la fraternidad entre todos los devotos y empuje para hacer, de cada uno de los que se acercan a las imágenes, decididos testigos de Jesucristo 5.- De la procesión a la Eucaristía. Nos encontramos celebrando el Año Eucarístico. Y es ocasión para reflexionar sobre algo esencial de la vida cristiana. Los acontecimientos que nos relatan los Evangelios de la pasión y muerte de Jesucristo, se hacen presentes de forma sacramental en la Eucaristía. No en el lenguaje realista de las imágenes, sino en el lenguaje real y simbólico del pan y del vino y de la oración de la lglesia. Por la fuerza del Espíritu Santo celebramos el memorial de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Benedicto XVI ha pedido a los jóvenes que celebren la Eucaristía todos los domingos. Pues bien, cofrades de la Vera Cruz, jóvenes y mayores, todo lo que mueve vuestro corazón al contemplar al Cristo de la Vera Cruz, se hace presente en los altares de las Iglesias cuando se celebra la Eucaristía. ‟Cada Misa de hecho actualiza el sacrificio redentor de Cristo. La Eucaristía es, por tanto, el memorial de todo el misterio pascual: pasión, muerte, descenso a los infiernos, resurrección y ascensión al Cielo‶ (Benedicto XVI) Creo que esta efemérides del V Centenario de la fundación de la Archicofradía, nos debe traer una mejor celebración de la Eucaristía dominical por parte de todos los cofrades, celebrada en vuestra sede o en las parroquias a la que pertenecéis cada uno. Y de ahí debe surgir una vida en caridad entre todos vosotros y como servidores especiales de los más pobres en los cuales descubrimos la presencia del Señor que se entrega y se nos da en favor nuestro. Felicidades, queridos Archicofrades; mantened y mejorad vuestras principales tradiciones, actualizar vuestro sentido de pertenencia a la Iglesia, y que la cruz de Jesucristo, que os salva, os mueva a una mejor fidelidad de vida cristiana. + Antonio Dorado Soto, Obispo de Málaga Diócesis Málaga @DiocesisMalaga Más artículos de: Homilías Mons. Dorado Apertura Curso Académico de los centros de formación diocesanos150 aniversario de la Fundación de la Congregación de las Religiosas Adoratrices Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir