DiócesisHomilías Mons. Dorado

Vigilia de adoración de fin de Año

Publicado: 31/12/2004: 1007

1.-  Año tras año, y por iniciativa del Papa Pablo VI hace casi 40 años, los cristianos celebramos el día 1 de enero la Jornada Mundial por la Paz. Le dedicamos un día de oración porque estamos convencidos de que la paz del mundo no puede establecerse ni consolidarse sin respetar fielmente el orden querido por Dios. Cada año el Papa publica un mensaje sobre el significado y los objetivos de esta Jornada. El de este año tiene como lema la exhortación de San Pablo en la carta a los romanos:

“No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien” (Rom 12, 21).

Ante el dramático enfrentamiento fratricida que se da en varias partes del mundo, ante los sufrimientos indecibles e injusticias que producen, la única opción constructiva es “detestar el mal con horror y adherirse al bien”.

A veces nos parece que los caminos que conducen a la paz están cerrados. Los cristianos tenemos que proclamar que la paz es posible. Dios nos ha hecho para que vivamos como una gran familia, con los mismos derechos, en una gran comunidad donde impere la justicia y la generosidad.


2.-  Nosotros sabemos que esto no será posible sin una conversión general de los corazones que nos haga buscar sinceramente el bien de los demás con el mismo interés que el propio. El reconocimiento del verdadero Dios es el camino indispensable para llegar a esta comunión universal de respeto, estima y colaboración. El olvido de Dios nos aleja de estos bellos ideales de paz y de convivencia fraterna. Hoy muchos hermanos nuestros se ven privados de sus derechos fundamentales, como los alimentos, la vivienda, el reconocimiento de sus derechos políticos.

El Papa se detiene especialmente en la necesidad de la paz en Oriente Medio, en Tierra Santa y en África. Nosotros podemos añadir a estas preocupaciones del Papa, el interés y el deseo de que se establezca la paz entre nosotros, que terminen las tensiones, las desconfianzas y el odio; que terminen de verdad los atentados terroristas y el crimen del aborto que atropellan cruelmente el derecho a la vida de las víctimas y amenazan la seguridad y la libertad de todos los ciudadanos que se someten a las pretensiones de los terroristas o de sus colaboradores.


3.- El Papa nos anima a hacer gestos de paz. La convivencia es un patrimonio que se elabora con innumerables gestos cotidianos de paz, grandes y pequeños, que van poniendo a lo largo de la vida muchas personas honestas magnánimas, con la ayuda de Dios, en todos los ambientes y en los diferentes niveles de la vida. Estos gestos de paz son posibles cuando hay una visión solidaria y comunitaria de la vida humana. Por eso, “la religión tiene un papel vital para suscitar gestos de paz y consolidar condiciones de paz” (Juan Pablo II).

Quienes piensan y actúan contra Dios y contra la Religión, tendrían que reconocer que la apertura sincera a Dios promueve el reconocimiento de la fraternidad universal de los hombres y favorece actitudes de justicia y solidaridad.

Mañana es también la fiesta de María, Madre de Jesús y Madre nuestra. Con su asistencia e intercesión rezamos por estas intenciones del Papa y de la Iglesia Universal, por estos deseos y aspiraciones de todas las personas de bien de Málaga y de España entera.

Pedimos a Dios la conversión de quienes actúan contra los derechos del prójimo, consuelo y esperanza para quienes han padecido los golpes del terrorismo; pedimos sabiduría y fortaleza para nuestros dirigentes a fin de que impulsen decididamente cuanto pueda favorecer y consolidar la paz verdadera en el mundo; y pedimos la asistencia del Espíritu.

+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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