DiócesisHomilías Mons. Dorado Clausura del curso 2000-2001 Publicado: 00/09/2001: 840 Clausura del curso 2000-2001 Seminario, Instituto Superior de Ciencias Religiosas y Escuela de Agentes de Pastoral 1.- “Alimentarnos de la Palabra de Dios para ser “servidores de la Palabra” en el compromiso de la Evangelización, es indudablemente una prioridad para la Iglesia al comienzo del nuevo Milenio”. (NMI, 40). Pablo VI nos recordó que la Evangelización sólo se hace realmente fecunda cuando llega a evangelizar la cultura. Es una cuestión en la que ha insistido continuamente el Papa Juan Pablo II. En la NMI nos recuerda que “el cristianismo del Tercer Milenio debe responder cada vez mejor a esta exigencia de inculturación” (NMI, 40). El texto evangélico de hoy es el final de la controversia que Jesús ha mantenido con todos los grupos y personajes más relevantes del judaísmo y que ha subrayado la clara superioridad de Jesús. Es una tarea fundamental de la Teología ayudar al hombre de hoy a conocer el Evangelio de siempre atendiendo a las diversas culturas, “de tal manera que no se nieguen los valores peculiares de cada pueblo, sino que sean purificados y llevados a su plenitud” (NMI, 40). En esta tarea os sugiero cuatro líneas de actuación. 2.- a). Centrad vuestra fe y vuestra búsqueda en Jesucristo, tal como lo presenta y lo confiesa la Iglesia (NMI, 21-22). b). Sed buscadores apasionados de la verdad. Amar la verdad, buscar la verdad y presentar la verdad. Es una de las inquietudes más grandes de Juan Pablo II. En Veritatis Splendor nos ha repetido que es posible conocer la verdad de Dios y del hombre. En medio de una cultura que sólo acepta verdades parciales y provisionales, se nos invita a confiar en la verdad y a buscarla. Es lo que nos dijo también Pablo VI: “para poder vivir y predicar el Evangelio hay que ser un buscador infatigable de la verdad” (EN, 78). c). Mantened la confianza en la razón. La cultura actual ha sabido valorar mucho los sentimientos; y eso es una riqueza. También ha puesto en evidencia la gratuidad de la fe. La fe, por ser humana, tiene que ofrecer un horizonte de sentido a la búsqueda del hombre y tiene que dar respuesta a sus anhelos más profundos. Es lo que nos dice el Papa en la encíclica Fides et Ratio. Y esto significa que hay que estudiar la Teología con hondura, hay que confrontar sus afirmaciones con nuestro saber y hay que saber dar argumentos. El riesgo de una Teología débil es caer en el relativismo de la llamada “Iglesia de la Unificación” y de la New Age. d). Llevar a la práctica cuanto vais asimilando. Una Teología que no esté respaldada por una intensa vida de fe, es una Teología muerta. Carece de aquella coherencia y de aquella autoridad que tanto llama la atención cuando hablaba Jesús de Nazaret. Para que vuestra misión de estudiantes de Teología y de evangelizadores sea fecunda, hay que adentrarse en la “Teología vivida de los Santos Padres”. Cuando se lleva a la vida lo que se ha asimilado con la inteligencia, la verdad de Dios y del hombre resultan más luminosas y el Espíritu nos ayuda a descubrir aspectos que la inteligencia no había logrado penetrar. + Antonio Dorado Soto, Obispo de Málaga Diócesis Málaga @DiocesisMalaga Más artículos de: Homilías Mons. Dorado 1 de enero de 1997Virgen de la Candelaria Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir