La Guerra de Granada (1482-1492) representa el fin del dominio islámico y la incorporación del Reino Nazarí a la Corona de Castilla. En Junio del 1484, Fernando el Católico toma la fortaleza de Álora (Málaga), expulsa a quienes viven en esta zona y reparte las tierras entre los cristianos viejos venidos de toda la Península Ibérica.

En 1490, al término de la Reconquista de Málaga, el caballero Diego Romero había recibido, por merced de los Reyes Católicos, 100 fanegas de tierras en el término de la ciudad de Málaga y en el 1494 le fueron dadas otras 20 fanegas, como parte de las 100 previamente otorgadas, en el lugar de La Piçarra (un agreste paraje poblado de cañas y palmas), junto a otras dos caballerías de tierras que había adquirido por compra a los vecinos pobladores de la villa de Álora. Sobre estas tierras levantó el primer edificio, su cortijo, y andando el tiempo se hizo edificar su casa solariega. Junto a él, erigió la primera iglesia, bajo la advocación de San Pedro y entregó los primeros solares para levantar casas. Su única hija, Doña Juana Romero de Orellana, casada con Gonzalo Suárez de Figueroa, fundó un Mayorazgo sobre las tierras heredadas de su padre, que subsistiría hasta el siglo XIX.

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