NoticiaFamilia El amor no busca su propio interés Roberto e Irene y sus dos hijos Publicado: 29/08/2021: 11734 Año Familia El papa Francisco propuso el Año Familia Amoris Laetitia, que se inauguró el 19 de marzo de 2021 y se clausurará el 26 de junio de 2022 con la celebración del X Encuentro Mundial de las Familias en Roma. Este año se enmarca en el quinto aniversario de la publicación de la exhortación apostólica Amoris laetitia y, desde la Delegación de Pastoral Familiar, os animamos a profundizar con estas pinceladas y testimonios. Toda la información del Año Amoris Laetitia y más testimonios en la web pastoralfamiliar.diocesismalaga.es Amoris laetitia “Hemos dicho muchas veces que para amar a los demás primero hay que amarse a sí mismo. Sin embargo, este himno al amor afirma que el amor «no busca su propio interés», o «no busca lo que es de él». «No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás» … el amor puede ir más allá de la justicia y desbordarse gratis, «sin esperar nada a cambio» (Lc 6,35), hasta llegar al amor más grande, que es «dar la vida» por los demás (Jn 15,13). ¿Todavía es posible este desprendimiento que permite dar gratis y dar hasta el fin? Seguramente es posible, porque es lo que pide el Evangelio: «Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis»” (AL 101-102). Testimonio Roberto e Irene: En mi trabajo como fisioterapeuta muchas veces durante el curso se alargan demasiado las jornadas, hasta más de 10 horas. Esto va en detrimento de la familia, porque queda poco tiempo para estar con Irene y con los niños. Este curso me he propuesto cambiar esta hoja de ruta, pero cuesta conseguirlo. Irene asume toda la faena del cole, (los deberes), las actividades deportivas de los niños, cenas y compras, mientras yo sigo trabajando. Hasta ahí puede parecer normal, y habitual en muchas familias, pero yo cada vez veía más distancia con Irene y con mis hijos. Una noche nos sentamos y tratamos de buscar las mejores alternativas. Le propuse a Irene desprenderme de todas las horas de trabajo de tarde en beneficio de pasar más horas con la familia, pero decidimos juntos que esa no era la mejor opción, ya que hay muchos gastos a los que hacer frente. Miramos mi horario y acordamos que lo mejor era que mientras Irene recoge a los niños del colegio para llevarlos al deporte yo podía ir a comprar y hacer las cenas de algunos días de la semana. No es una solución perfecta, pero la hemos visto juntos pensando qué era lo mejor para la familia. Con este pequeño cambio he encontrado que las cenas son más familiares, la relación con Irene es más cercana, mis hijos están más cariñosos conmigo y yo con ellos. Irene: Hace un par de años falleció un primo mío y su mujer quedó viuda con seis hijos. Las dos últimas hijas tienen la misma edad que nuestros hijos. Roberto y yo nos planteamos si podíamos ayudar a mi prima con las niñas de algún modo (a pesar de que ya con nuestros dos hijos nos falta tiempo). Hablando con Roberto, decidimos ofrecerle llevar a las pequeñas a la piscina junto con nuestros hijos. Ellas aceptaron la propuesta. Después nos vino el agobio, cómo lo íbamos a hacer. Yo debía estar en dos colegios diferentes a la misma hora, que nuestros hijos son chicos y ellas chicas, y cada uno tenía que entrar a un vestuario distinto, cuadrar los horarios y los turnos, las entradas, las salidas, etc. Finalmente, poniendo todas las dificultades en común íbamos encontrando cómo Dios también nos iba dando soluciones. Roberto también tenía que participar en esto, así que nos dividimos el trabajo. Durante estos dos años, hemos hecho una experiencia de “desprendimiento” en familia, en la que también hemos integrado a los niños, ya que a la vuelta a casa debían dejar sus asientos del coche a las primas, y tenían que compartir meriendas, etc. También hemos visto cómo a otros padres les llamaba la atención el hecho de llevar a unas sobrinas a la piscina y nuestra actitud. Esto ha influido en esas personas que, a su vez, han tenido un cambio de actitud hacia las niñas y también hacia sus propios hijos. Ha sido una experiencia en la que hemos percibido que recibíamos las fuerzas y los medios para superar cada dificultad en cada momento.