Ante la imposibilidad de llegar directamente a todas las personas que me habéis manifestado vuestro pesar y vuestro afecto con ocasión del fallecimiento de mi hermano Antonio, que fue Obispo de Málaga, deseo poner de manifiesto, a través de la revista DIÓCESIS MALAGA, en mi nombre y en el de mi familia, nuestra gratitud por vuestras oraciones, por vuestro cariño y por vuestras palabras de aliento.

Que Dios os pague todo lo que le habéis querido y vuestras oraciones, para que goce de la presencia de Dios. Me sostiene la fe en el Dios de la divina misericordia de que seguirá intercediendo ante el Padre por esta querida diócesis, por sus pastores y por sus fieles.