Cuando llegó a Málaga Don Antonio Dorado, en 1993, se encontró un  Seminario apunto de conmemorar sus 400 años de vida. El curso 1997-1998 tuvo lugar ese gran acontecimiento para la Iglesia de Málaga, y el Seminario y los seminaristas fueron noticia de portada en todos los medios.

Pero no ha sido el único motivo por el que el Seminario haya sido noticia. Cada año, durante la campaña del Día del Seminario, en torno a la fiesta de San José, abre sus puertas a los periodistas y a todos los grupos de niños y jóvenes que quieran conocer los tres pilares de la vida de un cura: formación, oración y servicio pastoral.

El anterior Rector del Seminario, Antonio Aguilera, afirmó que “con la llegada de D. Antonio, su diócesis se enriqueció con la experiencia y la entrega de un nuevo pastor, muy entendido en formación y vida de los sacerdotes”. Y es que el Don Atonio Dorado trajo al Seminario sus aportaciones: reformuló el plan de formación, restauró el pabellón de las aulas, insistió en el aprendizaje de idiomas y de las nuevas tecnologías y renovó la biblioteca, en la que hay más de 65.000 volúmenes, algunos con siglos de antigüedad.

PARA CHICOS Y CHICAS

El Seminario Menor (convivencias mensuales para chicos de 12 a 18 años, que se plantean lo de ser cura), ya existía a la llegada de D.Antonio.

Pero Monte Horeb y Sicar fueron experiencias novedosas. En cuanto a Sicar, un grupo de religiosas le preguntó a D.Antonio Dorado: “¿por qué las chicas de 12 a 18 años no tienen una experiencia vocacional parecida al Seminario Menor?”, y les contestó: “adelante, vamos a ponerla en marcha”.