El saber en manos de quién hemos puesto nuestra confianza, el conocer con seguridad quien guía nuestros pasos y reconocer la presencia de Dios en nuestra vida es clave para poder acceder a vivir de manera plena.  Para poder experimentar los milagros cotidianos que la vida regala de la mano del Señor. Unas sorpresas que Dios por doquier presenta y ofrece. La vida de fe abre a unas posibilidades preciosas que solo demandan y saborean quienes tienen corazón limpio. Quienes se saben y sienten arropados, cuidados y mimados por Dios. ¿Sabes que el poder de Dios reside en el amor? Es una pregunta determinante para conocer la salud de la fe que decimos tener.