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Cáritas somos todos (Corpus Christi)

Publicado: 22/06/2003: 757

El buen trabajo de Cáritas está calando con hondura en nuestras comunidades cristianas. Lo que surgió como un grano de mostaza, que sembró la Acción Católica de Hombres hace unas décadas en la Iglesia Española, se ha convertido ya en un frondoso árbol llamado a dar frutos abundantes. Las personas expertas que estudian la realidad de la pobreza y diseñan las campañas son un grupo que lo hace en nuestro nombre, pero todos los bautizados estamos llamados a ser testigos del amor que el Espíritu Santo ha derramado en nuestros corazones, para que demos respuestas eficaces a los desafíos de nuestro mundo. Pues Cáritas no es una organización añadida a la Iglesia, sino ese grupo de cristianos que ayuda a dinamizar el mandamiento del amor en nuestras comunidades. Se puede decir que Cáritas somos todos y todos tenemos que aportar nuestra respuesta.

Es así como Cáritas ha diseñado su campaña este año: afronta la pobreza y la exclusión social a lo largo de todo el curso, para que todos nos sintamos responsables de este doloroso fenómeno y todos comencemos a dar respuestas concretas. Sin embargo, la campaña tiene tres momentos fuertes: Navidad, por ser un tiempo en que se dispara el consumo; Jueves Santo, para que hagamos examen de conciencia; y el Corpus Christi, para que concretemos algunos cambios de conducta que vayan a las raíces del mal. 

Al proceder de este modo, está siguiendo la llamada del Papa, cuando dice que “es la hora de una ‘nueva imaginación’ de la caridad, que promueva no tanto y no sólo la eficacia de las ayudas prestadas, sino la capacidad de hacerse cercanos y solidarios con quien sufre” (NMI 50). Porque el amor cristiano no se agota en la hermosa tarea de la beneficencia, sino que impulsa a trabajar por la justicia y despierta la creatividad de las personas expertas, a quienes su fe y su saber llevan a buscar y proponer soluciones nuevas y audaces. Es lo que han llamado algunos la “caridad política y profesional”.

Ante la fiesta del Cuerpo y de la Sangre del Señor, la Iglesia nos invita a todos a revisar cómo nos acercamos a esa fuente de amor inagotable que es la Eucaristía. Pero el objetivo no se limita a invitarnos a compartir nuestros bienes con los más necesitados, sino a que nos hagamos presentes en el tejido social, sindical y político, para analizar a la luz del Evangelio la situación de pobreza y exclusión que degrada al mundo actual; y para que revisemos nuestras actitudes profundas y modifiquemos nuestra conducta.

Mediante el lema de la campaña, que presenta a una mujer y un joven, y nos dice “Podrías ser tú”, los responsables quieren que nos demos cuenta de que la pobreza está también entre nosotros y tiene rostro femenino y rostro joven. Ellos constituyen esa cuarta clase social que está creciendo en los países ricos. Pero no debemos olvidar lo que  sucede en los países pobres, donde su avance es desolador.

Comprendo que, ante la magnitud de la tarea y las fuerzas ocultas que controlan la marcha de la economía, podemos sentirnos insignificantes, pero ya sabéis lo que nos dice el Evangelio sobre el grano de mostaza. La fe en Jesucristo nos alienta para que no caigamos en el conformismo y para que seamos fermento de amor y de esperanza aquí y ahora. Con palabras del Papa, “el cristiano, que se asoma a este panorama, debe aprender a hacer su acto de fe en Cristo, interpretando el llamamiento que Él nos dirige desde este mundo de la pobreza” (NMI 50).

+ Antonio Dorado,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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