DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

A la tarde, nos examinarán del amor

Publicado: 26/07/2002: 834

Pastoral de Mons. Dorado Soto
Día de los Abuelos

Por una providencial iniciativa del Padre Ángel, la fiesta de San Joaquín y Santa Ana se está convirtiendo en el Día de los Abuelos. Considero un notable acierto el interés por valorar el papel de los abuelos en el seno de la familia y por ocuparse de los problemas que afectan a las personas mayores.

Es digno de encomio el que la sociedad les ofrezca algunas posibilidades nuevas, como viajar, visitar museos, desarrollar aficiones artísticas y participar en cursos que organizan para ellas la mayoría de las universidades. Son conquistas sociales de las que tenemos que sentirnos orgullosos. Pero también es verdad que sigue habiendo cuestiones que no han recibido una respuesta adecuada. Entre otras, la falta de residencias, el escaso desarrollo de una medicina adaptada a su edad, la soledad afectiva en la que viven muchos mayores y la escasa relevancia social en que quedan cuando se jubilan.

Desde el punto de vista de la comunidad cristiana, debemos ocuparnos de todos estos asuntos humanos, pero no nos podemos olvidar de ofrecer plataformas y espacios para cultivar y alimentar su vida de fe. Si consideramos interesante que la universidad y los ayuntamientos presenten diversas ofertas para que las personas mayores ocupen su tiempo de una forma divertida y creativa, hay que secundar tales iniciativas también en el ámbito de la fe. No resulta muy difícil organizar peregrinaciones a los santuarios consagrados, cursos de Biblia y de profundización en la doctrina cristiana y encuentros de oración apropiados.

El movimiento Vida Ascendente es una oferta interesante, que ha ido calando en muchas de nuestras comunidades. Tiene la gran ventaja de que son ellos, los mayores, quienes le dirigen y llevan su organización. Con todo, no es ni mucho menos el único medio para que puedan cultivar su vida de fe y vivir el Evangelio, compartiendo con los demás su vida y experiencia creyente. Hay muchos mayores trabajando en otros movimientos y prestando un servicio a los demás por medio de múltiples voluntariados. A través de ellos, se sienten realizados y útiles, al mismo tiempo que aportan su sabiduría, comparten su esperanza con los demás y alimentan su vida cristiana.

La fiesta de San Joaquín y de Santa Ana nos brinda la oportunidad de hacer una seria revisión y preguntarnos si la comunidad cristiana ofrece a los mayores lo que necesitan, si sabe aprovechar su rica experiencia creyente y su disponibilidad en tiempo y en saber, si les da el protagonismo que les corresponde y si los ayuda a cultivar su fe. Por otra parte, no debemos olvidar a los otros, a los que apenas pueden visitar el templo y necesitan hablar con su sacerdote y que les lleven la comunión a domicilio; o un poco de compañía y de afecto. También estas personas pueden desempeñar un papel activo en la tarea evangelizadora, a través de su oración y de su testimonio, pero es necesario que se vean acompañadas y estimuladas.

Son cuestiones serias que debemos reflexionar entre todos. Por eso, he calificado de providencial la iniciativa del padre Ángel, que nos invita a mirar a nuestros mayores a la luz del Evangelio y a comprender que son una parte importante de la comunidad cristiana, que puede aportar mucho y que también necesita la ayuda de los demás.   

+ Antonio Dorado,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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