DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

Una semilla que está brotando con fuerza (Misión Diocesana)

Publicado: 27/04/2003: 1400

Pastoral de Mons. Dorado Soto
Día de la Misión Diocesana

Nuestro Proyecto Pastoral “Duc in altum... Rema mar adentro” dice a todos los cristianos de Málaga que “cada uno de nosotros somos misioneros de corazón, que con nuestros latidos impulsamos la misión ‘ad gentes’, recordada continuamente entre nosotros por la Misión Diocesana en Caicara del Orinoco (Venezuela) y por otros misioneros seglares, religiosos y sacerdotes diocesanos que trabajan en ‘tierras de misión’”.

Estoy seguro de que muchos sabéis poner nombres propios muy queridos bajo esta afirmación general. Porque estos hombres y mujeres, seglares, religiosos, religiosas y sacerdotes han nacido al Evangelio en nuestras comunidades, han crecido en medio de nosotros y han marchado a proclamar el Evangelio con la confianza puesta en Dios y en esta Iglesia diocesana que los ha enviado.

Esa hermosa afirmación de que todos impulsamos la misión con nuestros latidos quiere y debe ser verdadera cada día. Y se logra cuando tales latidos se traducen en una carta, en una oración especial, en un recuerdo amistoso y en los euros que necesitan cada mes para vivir y sacar adelante su tarea de evangelizar en primera línea. Como el sembrador de la parábola, ellos van arrojando la semilla del Reino al surco de este pueblo hermano de Venezuela, con el abono de la gracia de Dios y de la propia entrega. Por eso, es natural que sus corazones salten de alegría cuando ven que la simiente fructifica. En primer lugar, en sus corazones, pues todos regresan afirmando que han recibido más de lo que han dado. Pero también, se alegran al contemplar el compromiso de personas a las que han ayudado a avanzar en su fe y se han convertido en evangelizadoras; y al ver cómo surge una escuela, un dispensario o un nuevo templo con el esfuerzo de todos.

Este año, al celebrar el “Día de la Misión Diocesana” el domingo 27 de Abril, el sentimiento que embarga especialmente a nuestros hermanos de Caicara del Orinoco y a cuantos habéis vivido y trabajado allí en actitud de servicio es el de profunda gratitud. Según nos comunican, en el próximo mes de Mayo serán ordenados de sacerdotes dos jóvenes salidos de la misión diocesana. También han ido surgiendo, a lo largo de estos 16 años, muchas vocaciones laicales y algunas vocaciones religiosas. Debemos alegrarnos porque esa es la manera en que la Iglesia nos enseña a construir comunidades cristianas: tratando de que salgan de su seno todos los ministerios y servicios que necesitan. Sólo entonces descubrimos que se han puesto bien los cimientos.

Es un motivo para alabar a Dios Padre, para darle gracias de corazón y para afirmar con humildad y esperanza: La misión diocesana, testimonio de una Iglesia misionera, que es el lema de este año. Sólo dos sacerdotes en los 16 años de presencia misionera allí pueden parecer a alguno una semilla modesta como el grano de mostaza. Pero bajo esa apariencia superficial, la fe nos enseña que está destinada a multiplicarse y a crecer, porque cuenta con la fuerza del Espíritu Santo.

Para ello, nuestros hermanos misioneros y las comunidades cristianas de Caicara siguen necesitando esos “latidos” de los que habla el Proyecto Pastoral Diocesano y que son nuestra cercanía, nuestra oración y nuestra ayuda económica generosa.

+ Antonio Dorado,

Obispo de Málaga.

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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