Carta del Obispo a los
Niños de la Diócesis de Málaga

Queridos niños:

Hoy tengo una noticia muy especial para vosotros. El Papa Juan II me ha dicho que os invite al cumpleaños de Jesús de Nazaret. ¡Por supuesto que yo  pienso participar, pues a Jesús le gusta que los mayores tengamos alma de niños!

Va a ser una fiesta por todo lo alto, para celebrar la venida del Hijo de Dios a nuestra tierra. Habrá globos, ser-pentinas, caramelos, cantos y juegos para poner de manifiesto toda nuestra alegría y nuestra gratitud. Tened en cuenta que Jesús cumple 2.000 años. Ese es el tiempo que lleva ya entre los hombres, repartiendo la bondad de Dios a manos llenas. Si no hubiera nacido, el mundo sería más triste, porque nos que-daríamos sin la Navidad, sin el Domingo, sin la fiesta de los Reyes Magos, sin la Virgen, sin el ángel de la guarda, sin esperanza de vida eterna y sin nadie a quien rezar cada noche para que ayude a los papás y para que se cure al abuelo de su tosecillla. Ni siquiera habría parroquias, curas y catequistas.

Cuando me puse a pensar en esta fiesta, enseguida me di cuenta de un problema: ¿dónde vamos a juntar a todos los niños del mundo? Pero vinieron pronto en mi ayuda vuestros pro-fesores y monitores, que saben bien lo que os gusta y de lo que vosotros sois capaces. Y entre todos decidimos tres cosas.

La primera, que vamos a reunir sólo a los niños de la provincia de Málaga, que sois un montón. Además, no resulta difícil organizar fiestas semejantes en Melilla, en Almería y en Granada. Ya veréis como lo harán y como tendrán también a Jesús en medio de ellos. Él sabe desplazarse en un instante a cualquier lugar en el que descubre un corazón que le espera.

La segunda cosa, que la fiesta se debe celebrar en primavera, para que  se unan a nuestra alegría el sol, los pájaros y los árboles. Por eso, elegimos el domingo 2 de abril. Aunque parece muy lejos todavía, ya veréis como llega enseguida.

La tercera, que los niños expresáis vuestra alegría con todo el cuerpo, y por eso, hace falta mucho espacio, para moverse, saltar y gritar... Vimos que el mejor sitio podía ser el Colegio de Los Olivos, que está construido pensando en los niños, para que se reúnan, hablen entre sí, dancen, jueguen y recen. O sea, que todos los niños estáis invitados a participar en el encuentro del día 2 de Abril, que se celebrará en el Colegio de Los Olivos y al que se debe acudir en grupo y con los monitores.

Y tenéis que traer algún regalo, pues aunque Jesús cumple dos mil años, muchos más que el abuelo, presume de tener alma de niño y le gusta ver esos gestos de amistad que son los pequeños regalos. El os dijo cosas tan bonitas como éstas: dejad que los niños se acerquen a mí; de la boca de los niños brota la mejor alabanza para Dios; para entrar en el cielo, hay que tener el alma de un niño... ¿No es maravilloso ver cuanto os quiere Jesús? Pues hay que corresponder. Como por mis años de cristiano, de cura y de Obispo, y por el tiempo que dedico a estar con Él, creo que sé lo que le gusta, os voy a dar algunas pistas para acudir a la fiesta.

Por lo pronto, hay que traer el corazón limpio: sin enfados, sin mentiras, sin mal genio... Y además, lleno de amor, de alegría y de confianza en Dios. Ya os explicarán los catequistas cómo hay que hacerlo. Acudís a una fiesta muy especial y hay que venir  sin violencia, sin egoísmo, sin caprichos y sin malas caras.

Sé que conocéis a Jesús, pero como ha venido desde la otra orilla, desde Dios, y lleva ya dos mil años entre los hombres, tiene mucho, mucho que enseñarnos. Espero que dedi-quéis algunas reuniones en vuestra familia y en vuestra parroquia a conocerle mejor, a saber dónde podéis encontrarle ahora, a buscar sus palabras más hermosas y descubrir por qué es tan importante que hasta el mismo Papa se arrodilla ante Él y nos dice que sin Jesús el hombre no puede ser feliz.

Además, como Él es amigo de todos los niños y en el mundo hay muchos que sufren por no tener para comer ni para comprarse ropa; o porque están enfermos y solos; o porque sufren malos tratos, quizá podáis hacer algo. Pues Él quiere que todos compartamos la alegría y seamos solidarios. ¿Cómo? Buscad juntos y descubriréis que es mucho lo que podemos hacer, rezando, visitando a quien sepáis que está solo, levantando la voz contra los malos tratos a los niños, entregando una parte de vuestros ahorros para que se compren ropa y comida...

Va a ser una fiesta inolvidable, en torno a Jesús Resucitado. Entre los invitados de honor estarán la Virgen y San José. Y seguramente también mucha gente de la que habéis oído hablar: San Ciriaco y Santa Paula, San Patricio, la Madre Petra que nació en el Valle de Abdalajís, el Venerable Don Manuel González que tanto jugaba con los niños...

No me faltéis, por favor, que la fiesta de Jesús hay que celebrarla todos juntos, para que todos se enteren de que el Hijo Dios está vivo en medio de nosotros y nos convoca a construir un mundo más justo y más humano.

Recibid todos un beso de vuestro Obispo,

+ Antonio Dorado,
Obispo de Málaga