Carta del Obispo de Málaga
sobre la asignación tributaria

En breve, tendréis a vuestra disposición las cuentas de la Diócesis. Se vienen haciendo públicas desde hace ya muchos años, y todos tenemos el mayor interés en que se divulguen y se conozcan bien. Es la mejor manera de apreciar qué necesidades tiene nuestra Iglesia, con qué recursos económicos cuenta y cómo se invierte cada peseta que aportáis.

Si las analizáis detenidamente, veréis que es verdad  eso de que nunca con tan poco dinero se hicieron tantas cosas y tan útiles. Porque aparte de compartir un porcentaje alto con los países más pobres, se administra muy cuidadosamente lo poco que tenemos.

Esta convicción me lleva a pediros que, al hacer la  Declaración de la Renta, pongáis una cruz en la casilla que dice "Colaborar al sostenimiento de la Iglesia Católica". A vosotros no os cuesta nada, pues no tenéis que pagar más. Pero de esta forma, Hacienda entregará luego el 0,5 % de vuestros impuestos a la Iglesia Católica para su sostenimiento y el desarrollo de sus obras religiosas y sociales. Es también una manera de confe-sar vuestra fe y de vivir vuestro compromiso cristiano, como miembros del Pueblo de Dios.

Dado que la mayoría no hacéis vuestra Declaración de la Renta personalmente, sino por medio de un banco o de la misma Hacienda, no olvidéis de avisar que pongan la cruz en la casilla de la Iglesia Católica. Sabéis que cuando no figura dicha cruz, es el Estado quien se queda el 0,5 % para sus propios fines también de interés social.

Sé que en nuestro pueblo no sois pocos quienes, a pesar de no compartir o no practicar la fe católica, valoráis sus obras sociales y humanitarias, que os merecen gran respeto. Además, conocéis la minuciosidad con que administra los escasos recursos que tiene. Por eso, me dirijo también a vosotros, solicitándoos que pongáis la cruz en la casilla de la Iglesia Católica al hacer vuestra Declaración de la Renta.

De antemano, os agradezco a todos vuestra confianza y vuestro apoyo. A vosotros no os cuesta más, y estáis cooperando a la ingente labor religiosa, social, humanitaria y cultural de la Iglesia Católica.   

+ Antonio Dorado,
Obispo de Málaga