DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

Huellas de la Trinidad (Pro Orantibus)

Publicado: 18/06/2000: 882

Pastoral de Mons. Dorado Soto
Día Pro Orantibus

 

1. LA ACCIÓN DE GRACIAS DE LA DIÓCESIS POR LAS CONTEMPLATIVAS.

El domingo, día 18, la Iglesia celebra la Solemnidad de la Santísima Trinidad. Este año jubilar tiene especial resonancia, porque está dedicado a que la comunidad glorifique al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Con la alabanza y el servicio, con la oración que adora y la vida que testimonia a la Santísima Trinidad. Cuánta verdad en el lema de este año: las comunidades contemplativas son huella de la Santísima Trinidad.

Durante toda la Jornada, desde las primeras vísperas del domingo celebradas al atardecer del sábado, como en años anteriores tendremos muy presentes a nuestras hermanas que viven la vocación contemplativa en el claustro de los 24 conventos repartidos en la Diócesis.

Oramos a Dios y agradecemos su vida. Muchas son ancianas y profesaron, con gran confianza, en la juventud. Su fidelidad nos hace decir en este día, "gracias, hermanas".  Otras han ingresado recientemente. Su deseo de santidad, de amor a la Diócesis de la que se sienten parte entrañable, nos estimula. Las recordamos y pedimos por ellas: nos hace falta su oración, su vida de entrega.

Porque los monasterios son signo de dos valores insustituibles para la vida de fe.

En primer lugar, signo de la vida futura, de la dimensión escatológica de la Iglesia. Cuando tanto se afana la sociedad en conquistar niveles de bienestar, cuando la comunidad cristiana vive con profundas exigencias apostólicas, fieles a la misión recibida del Señor del anuncio del Evangelio, es necesario que encontremos monasterios y conventos de contemplativas que nos ayudan a mantener claro el horizonte al cual hemos sido llamados, la vida eterna; esto es, participar de la resurrección de Jesucristo, vivir después de la muerte en el gozo pleno de Dios y con todos los salvados.

Como dice el documento de la Iglesia "Venite seorsum", «la vida de las monjas no es otra cosa que un viaje a la Jerusalén celestial y una anticipación de la Iglesia escatológica, abismada en la posesión y contemplación de Dios».

En segundo lugar, la vida contemplativa tiene su sentido en la afirmación de San Benito: "buscar a Dios", que se nos ha hecho plenamente presente en Jesucristo. Desear encontrar a Cristo, conocerlo y llegar a vivir en El y por El, es el centro de la espiritualidad común de la vida contemplativa. "Buscar a Dios" es común empeño, pero los monasterios nos ayudan a no olvidarlo.

En su día, un insigne profesor de la Universidad española, D. Antonio Tovar, escribió: "Allá en su soledad, el hombre se hace todas las preguntas y se encuentra con que la vida es un milagro incomprensible. Y la única explicación es la religiosa".

El monasterio es convocatoria a que busquemos espacios de soledad, donde tenga especial resonancia la Palabra de Dios. Estar solo ante Dios es la vida de los contemplativos y es realidad que debemos buscar en la medida de lo posible.


2. ¿QUÉ PODEMOS HACER POR LOS CONVENTOS Y MONASTERIOS DE CONTEMPLATIVAS?

- Sentirnos fraternalmente cerca de ellas. Respetar su silencio, su oración, su vida, pero estar afectivamente cerca. Sentir su vocación como algo propio, pues son familia nuestra; son hermanas en la fe que peregrinan hacia la casa del Padre y que se interesan por nosotros y nosotros nos tenemos que interesar por ellas.

Cuánto bien les puede hacer unas letras felicitándoles en las grandes fiestas litúrgicas del año, dándoles a conocer deseos y necesidades espirituales y pastorales de las parroquias, de los movimientos y asociaciones, para que se unan con su oración, manifestándoles que su vida nos es necesaria y que también nosotros oramos por ellas.


- Orar por las vocaciones contemplativas. Muchos de nuestros monasterios viven la misma crisis vocacional que existe en otros ámbitos de la Iglesia. 

Si la vocación contemplativa es necesaria, tienen que surgir vocaciones. Con alegría os comunico que este año han ingresado cuatro candidatas en nuestros monasterios.

Nos parece que la cultura de nuestro mundo hace moralmente imposible una vocación al claustro. Y, sin embargo, es en este ambiente materialista, de superficialidad, de rapidez, en el que puede interpelar a más de un joven la llamada de Dios a una vida de oración, de ascesis, de comunidad, vivida en la Iglesia y por la Iglesia y el mundo.

- Ayudar económicamente. Os pido que seáis generosos en la colecta que se hace el domingo 18. Las comunidades contemplativas, que viven de su trabajo, necesitan ser ayudadas, porque los gastos superan los ingresos. Es una manifestación de que las consideramos, como son realmente, de nuestra familia diocesana.

Gracias por vuestra aportación del año pasado. Acrecentadla, si podéis, este año.

Como obispo me siento responsable, por lo que os pido vuestra aportación.


3. FELICITACION

A las comunidades contemplativas, hago presente mi felicitación con motivo de esta Jornada. Les expreso, en nombre de toda la comunidad diocesana, mi comunión fraterna; y en nombre de todos, les reitero la alegría por su vida entre nosotros. Espiritual y apostólicamente Málaga sería más pobre sin las contemplativas, sin los monasterios y conventos.

A todos os manifiesto mi confianza de que valoráis la vida contemplativa. El recuerdo de la misma os hace preguntar en qué medida somos llamados a un cierto grado de experiencia fuerte de oración, estimulados por el testimonio de vida de nuestras hermanas.

Muchos de los cristianos que formáis la Iglesia Diocesana sois jóvenes, otros habéis llegado recientemente a la diócesis. Os indico en relación adjunta cuáles son las familias religiosas a las que pertenecen los Monasterios y Conventos, y en qué Vicaría están situados. A los cristianos que viven en Málaga desde toda la vida y durante muchos años, también os puede venir bien.

Solemnidad de la Santísima Trinidad. Unidos a las hermanas de nuestros Monasterios y Conventos, glorificamos a la Santísima Trinidad con la oración: GLORIA Y ALABANZA A TI POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.

                                                                         + Antonio Dorado,
                                                                            Obispo de Málaga,

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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