DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

Para nosotros, sois una bendición de Dios

Publicado: 16/06/2000: 1131

Carta del Obispo a los Turistas

Entre los derechos básicos de la persona está el descanso. Y seguramente una de las conquistas sociales más antiguas consistió en conseguir que, un día a la semana, cesara todo tipo de trabajo. El libro del Génesis fundamenta este derecho en que también Dios descansó el día séptimo y con su descanso, santificó esta jornada (Gn 2, 3). El desarrollo industrial cambió las condiciones de vida. Ahora, un día a la semana, que podía parecer suficiente para una economía de tipo agrícola cuando la vida se desarrollaba más en contacto con la naturaleza, resultaba insuficiente. Y surgió la necesidad de las vacaciones, para romper la monotonía de los meses y los años.

Muchos, que procedéis de otras regiones y provincias españolas y de otros países, habéis elegido las tierras de Málaga para descansar. A todos, os doy la bienvenida y os acojo como a hermanos, en nombre de la Iglesia Católica. Para nosotros, sois una gracia de Dios. Toda persona que nos visita nos aporta unos valores y nos abre a nuevos horizontes. Como habitantes de tierras volcadas sobre el mar, nuestras gentes, incluso las que habitan los pueblos de la montaña, son abiertas y sensibles a cuanto les ofrecéis, que es mucho. Y de estos encuentros suelen nacer amistades que son una riqueza para todos.

Por su parte, ellas os ofrecen cuanto tienen. Una cultura milenaria, que descubriréis al recorrer poblaciones que son únicas; unas, en la misma costa; otras, en la serranía del interior; y muchas, en la Axarquía. Pero nuestra vida no se agota en los monumentos ni en el clima y en las playas, pues lo más valioso de Málaga son las personas y la historia que han ido construyendo.

También podemos ofrecer a todos nuestra fe en Jesucristo, que es nuestro valor más preciado. Quienes sois católicos, siempre encontraréis una comunidad que os acoge para celebrar la Eucaristía, una ocasión para ganar el Jubileo en nuestra Catedral y numerosos encuentros de oración. Sabéis que el descanso es una ocasión propicia para encontrarse con Dios y para reavivar la fe.

Quienes no sois católicos, pero creéis en Jesucristo, encontraréis la paz de nuestros templos para orar y, con frecuencia, a personas que os escuchan y quieren conocer vuestra forma de entender el Evangelio. Hablando, podemos comprendernos y hacer avanzar esa unión que todos deseamos. Al menos, la unión de corazones, que es la base de lo demás.

Quienes sois creyentes no católicos, es bueno que nos conozcáis. Seguramente hay muchos valores básicos en los que estamos de acuerdo. Hablando, podemos derribar las  barreras que muchas veces nos separan; y podemos trabajar unidos por un mundo abierto a Dios, y por una visión transcendente del hombre.

Finalmente, también a vosotros, a quienes decís ser agnósticos o ateos, pero sois personas de buena voluntad, os abrimos los brazos. A veces, tenéis valores que nos ayudan a ampliar nuestros horizontes y profundizar en la comprensión del hombre. Y es posible que nuestras razones para creer despierten el sentido religioso que casi todos llevamos en lo más hondo del alma

Como Obispo de esta Diócesis de Málaga, que quiere ser acogedora y dialogante con cuantos nos visitáis, os doy la bienvenida y os ofrezco un espacio de amistad y de fraternidad en cada una de las comunidades cristianas. Os deseo una estancia sosegada y alegre y espero que vuestro paso por aquí sea una bendición de Dios también para nosotros.  

+ Antonio Dorado,

Obispo de Málaga.

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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