DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

Salid alegres al encuentro del Señor

Publicado: 14/05/2000: 872

Pastoral de Mons. Dorado
Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

Los evangelistas presentan a Jesús de Nazaret como un gran orante. Además de pasar largas horas en trato amistoso con su Padre Dios, practicaba de manera asidua la oración de petición y de súplica. Se dirigía a Dios buscando luz y ayuda para vencer la tentación, para aceptar y cumplir la voluntad del Padre, para realizar sus signos en favor de los enfermos, para acertar en la elección de sus discípulos y para sostener la fe de éstos ante la inminencia de la prueba.

Además de practicar esta forma de oración, Jesucristo se la recomendó vivamente a sus discípulos, con esas afirmaciones tan contundentes de “pedid y se os dará, buscad y hallaréis” (cf Mt 7, 7-11), y asegurándoles que Él mismo se uniría a sus ruegos ante el Padre (cf Jn 16, 23-26). Les dijo también que, entre las cosas que habían de pedir, no olvidaran los obreros necesarios para trabajar sus campos, proclamando el Evangelio con obras y con palabras  (cf Lc 10, 2).

Fiel a este mandato del Señor, la Iglesia ha fomentado siempre la oración de petición, dándole especial relieve en la Eucaristía, “fuente de toda vocación y ministerio en la Iglesia”, como dice el Mensaje del Papa. En ella, va desgranando los afanes, las necesidades y la vida de los hombres, a la par que las preocupaciones de la comunidad cristiana. Y hace más de tres décadas, en una situación de dolor por los copiosos abandonos, Pablo VI estableció que se celebrara cada año una Jornada de Oración por las Vocaciones religiosas y sacerdotales.

Es lo que se viene realizando en la Iglesia desde hace más de treinta años. En primer lugar, para rogar por las personas consagradas, a fin de que vivan siempre la alegría del Evangelio, se mantengan vigilantes en la búsqueda de la santidad y pongan el mayor empeño en afianzar su vocación y su elección (cf 2P 1,10). Pero también, para que, en las comunidades y en las familias cristianas, se valore la vida religiosa, su actualidad y su importancia para vivir y proclamar el Evangelio. Y finalmente, para que los jóvenes presten la atención debida a los indicios de la llamada divina que descubran en su historia personal de fe y para que no tengan miedo en responder con la entrega de su vida.

Vistas así las cosas, espero que a nadie se le oculte la importancia de esta jornada, que nos invita a orar y a fomentar el hábito de la oración por las vocaciones en todas las parroquias y comunidades. Me consta que son numerosos los lugares en los que se practica esta oración, y que el trabajo constante y sólido de la Delegación de Vocaciones va calando por doquier. A la luz del Evangelio y del misterio de la Iglesia, lo que se pretende es ayudar a cada creyente a descubrir qué lugar le ofrece el Señor para vivir su fe. Sin disminuir la grandeza y la belleza de cada una de las vocaciones laicales, hay que poner de relieve la importancia de una vida que lo deja todo por el Reino y pedir que los jóvenes cristianos acojan alegres la llamada del Salvador.

+ Antonio Dorado,

Obispo de Málaga.

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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