DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

Buena noticia en Málaga (Cursillo nº 500)

Publicado: 00/04/1997: 987

El 24 de Abril, a las siete de la tarde, comenzará el Cursillo 500 de nuestra Diócesis de Málaga. Y se iniciará con la celebración de la Eucaristía, para dar gracias a Dios. Pues sólo El conoce en qué medida ha podido ayudar este medio moderno de evangelización a las aproximadamente 15.000 personas que han hecho el cursillo a lo largo de treinta y siete años.

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad, que viene trabajando desde el año 1960, quiere tomarse una semana para reflexionar y revisar su tarea. A la par que alabo este alto en el camino para profundizar, mejorar los logros y corregir posibles carencias, me sumo a su acción de gracias al Padre y a su búsqueda de nuevas posibilidades. Porque considero que los cursillos  constituyen un instrumento de pastoral evangelizadora muy valioso.

En primer lugar, por su talante misionero, pues trata de llegar incluso a personas que no están militando en otros movimientos apostólicos ni en las comunidades parroquiales. Siguiendo el estilo del Buen Pastor, los cursillistas invitan ordinariamente a sus encuentros a personas que viven la fe en precario. Y el hecho de que sean los seglares quienes llevan el mayor peso del cursillo es signo de corresponsabilidad eclesial y de madurez cristiana.

Por otra parte, el cursillo tiene el acierto de ofrecer un núcleo sólido de la fe y de hacerlo de una manera vivencial. Sabe partir de la vida y aterrizar en ella con mirada evangélica. Es verdad que se trata sólo de una experiencia limitada, pero puede convertirse en el comienzo de una vida cristiana sólida, como lo atestiguan imnumerables ejemplos. Lo que en verdad impor-ta es que se pongan cimientos firmes.

A la par que os animo a seguir adelante con esta tarea, tenemos que buscar, entre todos, cauces de acogida para las personas que han realizado el cursillo. Para muchas, será suficiente con insertarse en su comunidad parroquial. Pero también es posible que el cursillo sea ese impulso inicial que estaban necesitando quienes están llamados a ser miembros de la Acción Católica General, del voluntariado de Cáritas y de otros servicios al Pueblo de Dios. Pues el estilo dinámico y gozoso que el cursillo sa-be imprimir a quienes participan en él, además de ser un signo indudable de la Pascua que estamos celebrando y de sintonizar con la necesidad de esperanza que tiene el hombre de hoy, constituye un aliento poderoso para entregarse al servicio del Reino.

+ Antonio Dorado,
Obispo de Málaga.

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