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Cincuenta años de encuentro entre la Iglesia y el mundo obrero

Publicado: 00/11/1996: 1492

Pastoral del Obispo de Málaga sobre la HOAC

CINCUENTA AÑOS DE ENCUENTRO ENTRE LA IGLESIA Y EL MUNDO OBRERO (1946-1996)


1.INTRODUCCIÓN
El próximo día 30 de noviembre la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) clausura en nuestra Diócesis la celebración del cincuenta aniversario de su nacimiento como movimiento apostólico obrero. Con este motivo deseo unirme a este gozoso acontecimiento y a la vez comunicaros,  a vosotros militantes de la HOAC y a todos los demás diocesanos, algunas reflexiones, con el deseo de alentaros en la importante tarea, hoy más urgente que nunca, que a todos nos compete: la evangelización del mundo obrero, la mayor parte de la sociedad.
Con el lema Cincuenta años de encuentro entre la Iglesia y la clase obrera la HOAC ha querido expresar que a lo largo de su historia siempre ha tenido un hilo conductor y una finalidad básica: hacer posible el encuentro entre el mundo obrero y la Iglesia. La HOAC surgió y ha trabajado con constancia durante estos cincuenta años para plantar la Iglesia en el corazón del mundo obrero y para hacer presente las esperanzas y anhelos del mundo obrero en la Iglesia.
La celebración de este cincuentenario nos lleva a hacer memoria del pasado, a dar gracias a Dios por todos los dones recibidos y a proyectar esperanzadamente el futuro, confiados en la fuerza del Evangelio.

2.CLAVES DE UNA HISTORIA SINGULAR
Del tronco fecundo de la Acción Católica, en las circunstancias nada propicias de la postguerra española, nació la HOAC, promovida por la Jerarquía de la Iglesia. Desde su inicio asumió el difícil reto de anunciar y hacer presente en el mundo del trabajo la Pastoral sobre la HOAC.

Salvación que Jesucristo le ofrecía a través de la Iglesia. Y lo hizo desde unas claves fundamentales que en estos tiempos de nueva evangelización cobran fuerte actualidad:


1.Conciencia de la prioridad de la misión
La HOAC, impulsada principalmente por el genio apostólico de Guillermo Rovirosa Albert (+ 1964), entendió desde su nacimiento en 1946 que su tarea debía ser netamente evangelizadora. Para llevar adelante esa misión, que la Iglesia le encomendaba, tenía que superar el tradicional enfrentamiento de la clase obrera con la Iglesia. La experiencia de la II República y la guer¬ra civil habían sido la expresión más trágica de la oposición que entonces se daba entre lo católico y lo obrero.
En estas circunstancias resulta ejemplar que el intento de la HOAC desde su origen fuera netamente misionero: poner de mani¬fiesto que el Evangelio podía elevar, purificar y robustecer los valores históricos auténticos del mundo obrero y mostrar que sólo en Jesucristo podía encontrar verdadera liberación. Este intento, a pri¬mera vista utópico, es, sin embargo, la clave fundamental sin la que no se entiende la HOAC y la base del éxito que tuvo. Cristalizará en la fórmula síntesis "fidelidad a Cristo y a la clase obrera" que constituye el centro de la mística hoacista.


2.Profunda experiencia espiritual.
Una segunda característica de la HOAC fue la profunda espiritualidad que le caracterizó: Guillermo Rovirosa decía que el cristiano debía ser un "especialista en Cristo". Una espiritualidad recia, honda, vibrante, centrada toda ella en Jesucristo, en el Mandamiento Nuevo, en el Cuerpo Místico, en el Reino de Dios. La nota más destacada de la misma era el ser una síntesis entre la dimensión religiosa y la dimensión comprometida de la fe: oración y compromiso, experiencia mís¬tica y actividad social, contemplación y acción, sentido de Iglesia y sensibilidad obrera, aparecían fundidas en una unidad indivisible. Esto es lo que entonces resultaba nuevo.
Tal novedad no provenía de añadir nuevos elementos a la espiritualidad cristiana auténtica, abandonando otros. Por el contrario, el intento de la HOAC fue tomar en serio lo nuclear de la espiritualidad cristiana, contenida en el Nuevo Testamento, en la gran tradición de la Iglesia y en los grandes santos y místicos cristianos, para vivirlo y expresarlo desde la situación, la cultura y la conciencia de la clase obrera española. Para los creadores de la HOAC lo auténticamente nuevo es el Evangelio vivido en la Iglesia y con la Iglesia.

Así, la espiritualidad de la HOAC subrayará la seglaridad frente al clericalismo, la solidaridad con el pobre frente al intimismo, las bienaventuranzas frente al espiritualismo y el moralismo, la encarnación frente al asistencialismo y al paternalismo, el espíritu comunitario frente al individualismo, la valoración de lo humano frente a la deshumanización, etc. Pero todo ello no en virtud de que al cristianismo haya que quitarle o añadirle nada esencial, sino por ser cristianismo.


3.Autenticidad obrera.
Una tercera nota característica de la HOAC es la autenticidad obrera. Impulsada por la mística de la fidelidad a Cristo y a la clase obrera, la HOAC dio origen en la Iglesia española a una nueva experiencia eclesial genuinamente obrera, y creó un modo nuevo de presencia de la Iglesia en el mundo del trabajo. La labor principal de la HOAC consistió en formar, teórica y prácticamente, varias generaciones de militantes obreros cristianos.
Lo característico de esa formación fue el desarrollar una conciencia y una visión de la realidad profundamente cristiana que, sin embargo, respetaba, asumía y potenciaba la conciencia y la cultura obrera en todo lo que podía ser compatible con el cristianismo. No se trataba de una adición: añadir a lo cristiano lo obrero, o añadir lo cristiano a lo obrero. Se trataba de una síntesis. Por primera vez nos encontramos en España con militantes cristianos que en virtud de que son cristianos hacen suya la conciencia obrera y de que en virtud de que son militantes obreros viven y expresan su fe desde la plena encarnación en el medio al que pertenecen.


4.Amor entrañable a la Iglesia.
La HOAC, al plantearse su tarea evangelidora y misionera, lo hizo desde una profunda y radical comunión con la Iglesia, expresada en un amor entrañable a ella. Se entendía a sí misma no como una obra apostólica particular, sino como la Iglesia en el mundo obrero. Si la autenticidad obrera era la condición para que el Mensaje llegara efectivamente a sus destinatarios, la autenticidad eclesial era el presupuesto para que el mensaje que llegara fuera en efecto el Mensaje cristiano. De ahí la inequívoca conciencia eclesial de la HOAC y su estrecha vinculación con la Jerarquía en el ámbito de la Acción Católica. Sólo así, enraiza¬da plenamente en el mundo obrero y en la Iglesia, es como podía cumplir su misión.

La HOAC entendía que esa comunión eclesial es la fuente de la misión, ya que lo que había que transmitir no era un particular modo de entender el cristianismo sino la fe de la Iglesia. Y a la vez es fin de la misión, ya que de lo que se trata es de hacer surgir la Iglesia en la clase obrera. Esto mismo le lleva¬ba a entender esa comunión eclesial no simplemente como fidelidad a unos mínimos exigibles para ser miembros de la Iglesia sino como lo más esencial de la Iglesia y de su misión.


5.Compromiso en la transformación cristiana de la sociedad.
Al llevar a cabo su tarea evangelizadora en el mundo del trabajo, la HOAC desarrolló una conciencia cristiana que impulsaba a un compromiso social y político orientado a la transformación de las injustas estructuras sociales de las que el mundo obrero era víctima.
La misma lógica interna del planteamiento evangelizador llevaba consigo el que un objetivo fundamental de la formación de sus militantes fuera el realizar un compromiso cristiano con todas sus implicaciones sociales y políticas. Se partía de la base de que la fe, sin reducirse nunca al compromiso, era motor, sentido y orientación para el mismo. Por eso la HOAC asumió con radicalidad la Doctrina Social de la Iglesia, llevando su mensaje a las fábricas, a los talleres, a las minas, a las escuelas, a las oficinas, etc. Concebida la fe como entrega total a Dios en la entrega a los hermanos, el compromiso por la justicia aparece no sólo como algo ineludible, sino como cauce privilegiado para el testimonio cristiano en el mundo obre¬ro.

3.ACTITUD DE GRATITUD A DIOS
La celebración de este cincuentenario debe fomentar en todos nosotros una actitud de gratitud, en primer lugar a Dios que, en su providencia amorosa, suscitó en la Iglesia española esta experiencia evangelizadora y que a lo largo de cincuenta años ha regalado a la Iglesia varias generaciones de militantes obreros cristianos que han testimoniado su fe en condiciones bien difíciles para el mundo obrero. Gratitud a Dios, porque aun en los momentos de crisis y desaliento, Él siempre ha estado presente abriéndonos a los caminos nuevos del Espíritu y llevando a la HOAC a ahondar en su identidad cristiana y en su misión eclesial.


En nuestra Diócesis la HOAC existe desde 1969. Son, por tanto,  veintisiete años de este movimiento apostólico obrero en Málaga. La celebración que conmemoramos ha de fomentar en todos nosotros una actitud de acción de gracias a Dios por todos los beneficios que la Diócesis ha recibido de la HOAC. Los militantes y consiliarios de la Pastoral sobre la HOAC.
HOAC, junto con otros muchos, impulsaron con entusiasmo el proceso de renovación que el Concilio Vaticano II desencadenó en nuestra Iglesia de Málaga. Y la voz y el compromiso de la HOAC se hizo sentir con fuerza, mostrando solidaridad y apoyo a las luchas que el mundo obrero llevó a cabo en el difícil período de la transición a la democracia. Gratitud especial a los militantes obreros cristianos y a sus familias por su entrega, por su sacrificio, por su testimonio, ofrecido a veces desde la persecución y la cárcel.
Gratitud también por parte de la HOAC a la Diócesis por todo lo que ha recibido de ella, como parte integrante de la misma. Especialmente por el don de la fe y la gracia del apostolado. Por la Palabra y los sacramentos. Por los sacerdotes de nuestro Presbiterio diocesano, que han acompañado con humildad y entrega la vida de los militantes y equipos; por los seglares, hombres y mujeres, que se han enriquecido compartiendo la vida cristiana y apostólica de nuestras parroquias, y por aquellos hoacistas que, formados en nuestra Diócesis, fueron enviados para asumir tareas y servicios eclesiales en Andalucía y en toda la Iglesia española.

4.MIRANDO HACIA EL FUTURO
Mirar con gratitud y responsabilidad nuestro pasado nos ayuda a proyectar más serena y evangélicamente nuestro futuro. Actualmente nuestra Diócesis se ha embarcado en la realización del Proyecto Pastoral Diocesano 1996-2000, con el que deseamos preparar el Jubileo que dará paso al nuevo milenio. El proyecto pastoral nos recuerda los siete criterios que, inspirados en la exhortación de Juan Pablo II Christifideles Laici, establecieron en diálogo fraternal los seglares, los obispos y los sacerdotes, cuando la Conferencia Episcopal aprobó el documento Cristianos laicos, Iglesia en el mundo. Estos criterios constituyen un verdadero programa de renovación evangélica para la HOAC y para las demás asociaciones y movimientos de apostolado seglar:
"1) Santidad de vida: La prioridad de la llamada a la santidad de todos los cristianos. Santidad que se verifica en las obras: testimonio de vida, confesión de fe, oración, comunión, trabajo por la justicia, solidaridad con los pobres y pobreza evangélica... Las asociaciones y movimientos ayudarán a la conversión personal -a superar el divorcio entre la fe y la vida de sus miembros- y a la liberación integral de cada hombre y todos los hombres: pues hoy la santidad no es posible sin un compromiso por la justicia, sin una solidaridad con los pobres y oprimidos .

2) Confesión y celebración de la fe: La responsabilidad de confesar la fe católica y de celebrarla: las asociaciones deben anunciar, proponer y educar para vivir la fe en todo su contenido, según la interpretación auténtica del magisterio, y hacer que sus miembros participen en la celebración de la Eucaristía, los sacramentos y la oración.


3) Comunión eclesial: El testimonio de una comunión efectiva y afectiva: con el Papa y la Iglesia universal; con el Obispo y la Iglesia particular; con otras comunidades eclesiales: parroquias y asociaciones.


4) Fin apostólico de la Iglesia: La conformidad y la participación en el fin apostólico de la Iglesia: evangelización, santificación, formación e inspiración cristiana del orden temporal.


5) Solidaridad con los pobres y pobreza evangélica: Las asociaciones, y toda comunidad evangelizadora, verifican lo que son, cuando los pobres son evangelizados , cuando viven lo que anuncian: según las bienaventuranzas .


6) Presencia pública: La presencia comprometida en la sociedad civil: según la Doctrina Social de la Iglesia, al servicio del reconocimiento efectivo de la dignidad de la persona humana y de la solidaridad entre los hombres y los pueblos.


7) Protagonismo seglar: La participación de los laicos en la triple función de Cristo -sacerdotal, profética y caritativo-social- y la cooperación con la jerarquía en la misión de todo el Pueblo de Dios, que tiene su fundamento en el bautismo, la confirmación y, para muchos además en el matrimonio. Y les exige aportar su experiencia, asumir la responsabilidad en la dirección de las asociaciones por ellos creadas, discernir las condiciones y métodos de acción y tomar las oportunas decisiones" .
Nuestro Proyecto pastoral nos dice que según el Concilio Vaticano II: "la Acción Católica es un ministerio laical necesario que debe ser fomentado y cultivado diligentemente" . También los documentos postconciliares subrayan la necesidad e importancia de la Acción Católica, en los momentos actuales, para la nueva evangelización . Y especialmente subraya que "la Acción Católica, general y especializada, no puede tener otros objetivos ni otro plan pastoral que el de la propia Diócesis y, por tanto, los que especifica este Proyecto Pastoral Diocesano" .

Nuestro Proyecto Pastoral nos marca tres grandes objetivos y sé que la HOAC, coherente con su historia, los quiere hacer plenamente suyos, desde su misión en el mundo del trabajo: la evangelización, la comunión y la formación .


1.Renovar el empeño de evangelización del mundo obrero
Toda la Diócesis se siente hoy llamada a renovar su ardor evangelizador y a buscar nuevos caminos de evangelización. Todos necesitamos aprender a ser "nuevos evangelizadores". Vosotros, hoacistas, debéis renovar ese ardor con entusiasmo, llevando el Evangelio al corazón del mundo obrero de un modo nuevo. Sed creativos como supo hacerlo la HOAC en sus comienzos.
Hoy es todavía más necesario que en años anteriores intensificar la evangelización del mundo obrero, porque se encuentra sometido a la presión de la nueva cultura secularista, hedonista  y consumista que nos invade y surgen nuevas formas de explotación, injusticia, pobreza y marginación. Espero que la HOAC renueve el empeño por hacer llegar el Evangelio con nuevo vigor a los compañeros de trabajo, siempre desde la solidaridad con los más pobres. Haced para ello vuestro el documento que recientemente nos ofreció la Conferencia Episcopal titulado La Pastoral obrera de toda la Iglesia.
Ese nuevo ardor sólo puede nacer de una más honda conversión al Señor y de una más atenta escucha de su Palabra, mediante la práctica asidua de la oración y la participación en los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Penitencia.


2.Acrecentar la comunión eclesial
Todos somos conscientes de que no podemos evangelizar aisladamente. Quien evangeliza es siempre la Iglesia, viviendo el Misterio de Comunión y Misión que ella misma es. Vosotros, miembros de la Acción Católica, evangelizáis en el mundo obrero en nombre de la Iglesia. Sed, por tanto, celosos para vivir y mostrar a todos una comunión eclesial, acogida como don del Espíritu y practicada como hijos fieles de la Diócesis.

Cuidad de un modo particular la comunión con los demás movimientos de Acción Católica y con las demás formas de apostolado seglar asociado. Así os lo dice el Proyecto Pastoral: "La Acción Católica que se está promoviendo debe estar impregnada de una profunda sensibilidad diocesana y de un sentido de comunión con los demás laicos asociados en las otras formas reconocidas también por la Iglesia. Al mismo tiempo, sin aspirar a ningún tipo de exclusivismo o privilegio, debe situarse como servidora e impulsora de la comunión entre todas las formas asociadas de apostolado laical" .
Acoged con mayor profundidad la luz que emana de los textos del Concilio Vaticano II y aportad, como ya venís haciéndolo, a toda la comunidad diocesana vuestra colaboración para que nuestra Iglesia de Málaga sea cada día más fiel al Evangelio.


3.Formar nuevos evangelizadores
Recordemos de nuevo lo que nos dice el Proyecto Pastoral: "Necesitamos cristianos de verdad. Cristianos que hayan acogido plenamente el don inefable del Evangelio y que, a fuerza de ser coherentes con él, vivan y proclamen con total claridad las implicaciones morales, personales y sociales de la fe. Sólo así podrá restablecerse la credibilidad del cristianismo ante aquellos sectores del pueblo andaluz que equivocadamente piensan que la Iglesia no ha asumido sus ansias de justicia, igualdad, libertad y solidaridad, y que desconfían de ella identificándola con los poderes de este mundo" .


Es conocida la seriedad y hondura de los planes formativos de la HOAC. Os pido que redobléis vuestro esfuerzo y, sobre todo, que deis una gran importancia a la iniciación de nuevos militantes en las populosas barriadas obreras de nuestra ciudad y de las demás poblaciones malagueñas. La Guía-marco de formación de laicos que acaba de ser publicada por la Conferencia Episcopal Española, puede ser un instrumento de gran ayuda para esta tarea capital.

5.CONCLUSIÓN
Os felicito por vuestro aniversario. Hago mías las palabras que Juan Pablo II os ha dirigido con motivo de este cincuentenario: "Os exhorto vivamente a no desfallecer en el compromiso por vivir como auténticos cristianos y caminar hacia la santidad en vuestra calidad de obreros y, al mismo tiempo, a evangelizar el mundo del trabajo [...] firmemente convencidos de la fuerza iluminadora y transformadora de Cristo..."


Al unirme a la celebración del cincuenta aniversario del nacimiento de la HOAC, pido a Dios que os bendiga a vosotros y a vuestras familias y confío vuestros esfuerzos apostólicos al cuidado maternal de Santa María de la Victoria. Que el tradicional saludo hoacista ¡Hasta mañana en el altar! nos recuerde siempre que quien nos une y nos envía es el Señor, que nos sienta como hermanos en torno a su Mesa, de la que recibimos toda la fuerza para ser testigos convincentes del Evangelio.

+ Antonio Dorado,
Obispo de Málaga.

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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