DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

La visita pastoral: un encuentro de familia

Publicado: 00/03/1997: 1000

Carta del Obispo de la Diócesis a los fieles de los Arciprestazgos de Marbella-Estepona

1.- En vísperas de nuestro encuentro.

Quiero anunciaros, a los católicos de las comunidades cristianas de los Arciprestazgos de Marbella-Estepona, mi próxima Visita Pastoral. Y os ruego que recibáis, junto con este anuncio, mis mejores deseos de paz y de alegría en el Señor. 

Una de las experiencias más gratificantes para un Obispo es la de visitar a las diversas comunidades de la Iglesia diocesana. Sobre todo, cuando estas visitas pueden realizarse de forma sosegada, con tiempo para orar juntos, para escucharnos, para intercambiar puntos de vista y palabras de aliento. Es entonces cuando la palabra "Iglesia" recobra su sentido original: al congregarnos en torno al Señor. En alguna medida, se vuelven a cumplir, entre nosotros, aquellas palabras tan hermosas del libro de los Hechos: los discípulos seguimos acudiendo también hoy a profundizar en la enseñanza de los Apóstoles, a vivir la comunión fraterna, a celebrar la fracción del pan y a compartir la vida y las oraciones (Hch 3,42).

En el lenguaje técnico, estos encuentros del Obispo con sus comunidades se llaman Visita Pastoral.

2.- ¿Qué es una Visita Pastoral?

Un encuentro de familia, que nos recuerda, a los Obispos, la misión que tenemos de servir, mediante la triple función de enseñar, de santificar y de apacentar. Entre todos formamos el Pueblo de Dios. Cada domingo hacemos la misma confesión de fe, al celebrar la santa misa. Día a día tratamos de vivir y de proclamar el mismo Evangelio. Y es Jesucristo, el Señor resucitado, quien nos ha re-creado por el bautismo y nos ha hecho sus testigos en la Diócesis de Málaga. Para seguir hablando a los hombres de Dios y para hablar, en la oración, a Dios de los hombres. Nos ha dado el Espíritu Santo para anunciar, con obras y palabras, que el Reino de Dios está al alcance de todos. Y para hacer presente en nuestro mundo la misericordia de Dios, mediante nuestras celebraciones litúrgicas, nuestro amor desinteresado a todos y especialmente a los más pobres, y nuestra palabra tan humilde como llena de pasión evangelizadora.

Dentro de esta actitud de servicio, la finalidad primera es la de ayudar a todos y la de dejarme ayudar por vosotros. Pues necesitamos apoyarnos y sostenernos mutuamente en la misión de evangelizar que se nos ha encomendado.

Como acontecimiento de Iglesia, la Visita Pastoral es una expresión de la comunión fraterna que existe por el bautismo -y que debe existir también de forma tangible en la vida de cada día-  entre todas las comunidades de la Diócesis; y entre cada comunidad y su Obispo. Comunión en la misma fe, en la misma vida sacramental y en el mismo amor de hermanos. Una comunión que brota de nuestra fidelidad al Espíritu del Señor y que nos une también a la Iglesia universal y al santo Padre, Juan Pablo II, que nos preside en la caridad.

Y tiene también un sentido práctico muy interesante. Podemos revisar juntos la vida de la comunidad: sus proyectos apostólicos, sus dificultades y sus logros. A todos nos viene bien una palabra de aliento, una confrontación de experiencias, una sugerencia pastoral y una confirmación en la fe que compar-timos.

Además, pretende ayudar a las parroquias a no cerrarse en sí mismas, sino a sentirse comprometidas en un mismo Proyecto Pastoral Diocesano. Pues nunca se consigue del todo trabajar en una pastoral de conjunto, sino desde esa unidad pastoral que debe ser el Arciprestazgo.


3.- ¿Qué podemos ir haciendo?

El que este encuentro fraternal de fe tenga hondas repercusiones sobre la vida de nuestras comunidades y sobre la vida personal de cada uno de nosotros, depende de todos. La gracia de Dios no nos va a faltar, pero necesita nuestra cooperación seria.

Os ofrezco algunas sugerencias que me parecen importan-tes. Y sabed que estoy también abierto a recibir las que vosotros consideréis convenientes. He aquí las mías:


3.1. Situarnos en una actitud de fe. Estos encuentros son una gracia de Dios, que tenemos que tratar de vivir con espíritu de hermanos. Por mi parte, intentaré vivirlos desde la óptica del Vaticano II, que nos recuerda que, "aun cuando algu-nos, por voluntad de Cristo, han sido constituidos pastores... existe una auténtica igualdad entre todos en cuanto a la digni-dad y a la acción común" (LG 32)

3.2. Orar para que el Espíritu abra nuestros corazones. Debemos recorrer un camino de conversión. Pero es un camino que, vivido con hondura, nos conduce hasta la Pascua. Si nos mantenemos "velando en oración y cantando su alabanza", también nosotros hoy recibiremos la fuerza del Espíritu, para ser los testigos del Señor resucitado y para anunciar el Evangelio con obras y palabras.


3.3. Un esfuerzo de cada parroquia para preparar este encuentro. Me interesa compartir vuestra vida, vuestros logros y vuestras dificultades. Y es necesario que os reunáis, reviséis vuestros trabajos y pongáis en común lo que realiza cada grupo. Así podré comprender mejor vuestra situación y deciros también una palabra de aliento y de esperanza.


3.4. Confrontar vuestro proyecto pastoral con el arciprestazgo y con el Proyecto Diocesano. Es importante que aprovechemos esta ocasión para avanzar en la pastoral de conjunto. Así tendremos un sentido de Iglesia más vivo y más abierto, y cada comunidad podrá convertirse en estímulo y en punto de referencia para las demás.


4.- Rezad todos por mí

Me gustaría poder hablar con todos y escuchar a todos. También a aquellos vecinos que no comparten nuestra fe. Andalucía es una historia compartida y un proyecto común, en el que todos somos necesarios. Tal vez no profesemos la misma fe, pero podemos tener en común la pasión por el hombre y el esfuerzo por la jus-ticia, por el desarrollo y por una vida más solidaria.

De una forma especial, deseo saludar a los enfermos, a los ancianos y a todos los que os encontráis en situaciones de sufrimiento grave. Os pido especialmente a vosotros que oréis por mí. Y estad seguros de que también yo rezaré por vosotros.

Os envío a todos mis mejores deseos y os dirijo el ruego de que encomendéis a María, nuestra Madre, esta Visita Pastoral.


+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga.

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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