DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

La responsabilidad cristiana ante la declaración de la renta

Publicado: 03/05/1995: 1118

Sobre la Asignación Tributaria

Dicen los más recientes sondeos que, durante los últimos cuatro años, ha aumentado en España el número de personas que se confiesan creyentes y católicas. Y aunque muchos no se consideran habitualmente practicantes, sólo Dios sabe qué hay en lo profundo de los corazones.

Para la comunidad cristiana, es todo un desafío. Mediante la Nueva Evangelización, tiene que abrir espacios de diálogo y de acogida a esos hermanos y hermanas. Muchos de ellos no se sienten identificados con la Iglesia. E incluso dicen que la Iglesia no es fiel a Jesucristo.

Pienso que el mejor lenguaje -y el más evangélico- es el lenguaje de los hechos. Por ello, es de capital importancia que quienes nos confesamos católicos practicantes, demos muestras sinceras de madurez y de responsabilidad. Esta madurez y esta responsabilidad tienen muchos y variados aspectos: saber dar razón de nuestra esperanza a quien nos la pida; tratar de encarnar, en nuestra conducta, el estilo de las Bienaventuranzas; participar activamente en la construcción del Reino de Dios; asumir, en nuestras parroquias, las tareas que corresponden a cada uno... Y preocuparnos seriamente del sostenimiento económico de la Iglesia.

En estas fechas, cuando tenemos que hacer la Declaración de la Renta, deseo llamar vuestra atención sobre este aspecto: el sostenimiento de la Iglesia. Porque "la Iglesia" somos todos, y entre todos tenemos que avanzar hacia su plena financiación.

De momento, está en vigor el sistema de financiar una parte de los presupuestos del Pueblo de Dios a través de nuestros impuestos. Ciertamente es un sistema mejorable, pero es el que tenemos. Al hacer la Declaración de la Renta, tú marcas con una cruz el apartado correspondiente. "Tu Iglesia también se sostiene con el cero cinco por ciento de tus impuestos", dice el eslogan de este año. A ti no te cuesta nada, porque no vas a pagar más. Y sabes a qué se va a destinar ese cero cinco. Lo sabes y lo decides tú.

Es también una forma de ejercer tu responsabilidad cristiana. Además, no basta con que tú mismo pongas la cruz en tu Declaración. Puedes y debes animar a otros, para que también ellos lo hagan. Seguramente no se extrañen de tu invitación. No olvides que en torno al noventa por ciento de los españoles nos consideramos creyentes y católicos. Y puede constituir una ocasión propicia para dialogar con ellos, lejos de toda polémica; y para ofrecer la necesaria información que elimine tantos prejuicios como hay en el ambiente.

La madurez cristiana se concreta en una fe motivada, activa y responsable. No basta con declararse hijo fiel de la Iglesia. Hay que ayudarla en su misión evangelizadora y también económicamente, para que pueda contar con los medios que le permiten existir y evangelizar al hombre de hoy.

Ahora tienes en tus manos la posibilidad de alentar a otros, de informar con claridad y de cumplir tú mismo con un deber cristiano ineludible: cooperar al sostenimiento económico de la Iglesia. Es otra forma de ser coherente y confesar tu fe.

+ Antonio Dorado,
Obispo de Málaga.

Diócesis Málaga

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