DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

¿Qué dice verdaderamente la Iglesia en El Cairo?

Publicado: 13/09/1994: 1280

¿QUE DICE VERDADERAMENTE LA IGLESIA EN EL CAIRO?

Ante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Población y Desarrollo que se ha celebrado en El Cairo, son muchos los articulistas que han enjuiciado la postura de la Iglesia. Y me parece bien, siempre que se haga con honestidad y con argumentos. Pero no es justo poner en boca de la Iglesia lo que ella no dice ni tampoco despachar el tema a base de descalificaciones injuriosas y sin rigor intelectual: que si no le preocupan los problemas de la mujer; que si cierra los ojos a los hechos; que si adopta una postura fundamentalista...

Con el deseo de informar a todos los que buscan sinceramente la verdad, creo necesario manifestar lo siguiente:

1) La Iglesia colabora con todos los que trabajan por un futuro de la humanidad más solidario y más justo. Para ello, trata de informarse a fondo sobre los problemas del subdesarrollo y del crecimiento demográfico con el asesoramiento de la Pontificia Academia de las Ciencias, compuesta por sabios eminentes de muy diversas naciones. Aporta también su concepción cristiana del hombre y del mundo.  

2) La Iglesia propone que se centre la atención principalmente en el desarrollo, en el reparto más justo de la riqueza y en la ayuda a los pueblos pobres para que salgan de esa situación. Y está convencida, por criterios objetivos y parcialmente verificados, de que la limitación de la natalidad no es un medio adecuado para vencer las situaciones de pobreza.

3) Junto al tema del desarrollo, propone el apoyo a la familia, como institución natural básica, y el respeto del derecho de los esposos a decidir libremente el número de hijos. La Iglesia rechaza cualquier solución que trate de usurpar este derecho a los padres para dárselo a los Estados y cualquier método de control de natalidad que se base en la promoción de la esterilización y del aborto.

4) La solución que se ha manifestado más eficaz frente a una natalidad excesiva es el desarrollo: cuando un país mejora sus condiciones de vida y su desarrollo, decrece el índice de natalidad sin presiones del Estado y sin tener que recurrir a la esterilización ni al aborto. Por el contrario, cuando se ha tratado de frenar la natalidad en los países pobres no sólo no ha mejorado la calidad de vida de ese grupo sino que la pobreza se ha agudizado.

5) Por otra parte, la oposición de la Iglesia al aborto no es sólo por motivos religiosos, sino por motivos éticos y científicos. Es muy grande el número de médicos y de biólogos que considera que en el embrión hay, desde el primer instante de la concepción, una vida humana distinta de la vida de la madre. Y sabemos que es un principio del derecho que, en caso de duda, nadie puede atentar contra una vida humana y que el Estado tiene el deber de protegerla.

6) Falsear la postura de la Iglesia con descalifica-ciones poco rigurosas no ayuda al desarrollo de la paz ni de la justicia. Y decir que hay que expulsar a la Iglesia de la Conferencia de las Naciones Unidas porque se niega a aprobar con su firma métodos que su conciencia rechaza es una forma de negar el derecho a disentir, que es un pilar de la libertad democrá-tica.

+ Antonio Dorado,

Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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