Publicado: 10/08/1997: 1042

Colecta Extraordinaria de Verano

Durante los diez últimos años, ha aumentado en España, el número de personas que se declaran creyentes. Y en Andalucía, no sólo se ha mantenido la asistencia a la misa dominical, sino que ha crecido el interés por el hecho religioso.

La Diócesis de Málaga ha visto la necesidad de apostar por el futuro y de preparar los medios necesarios para acoger a quienes siguen buscando a Jesucristo como Señor y Salvador del hombre. Y entre dichos medios, tienen primacía las parroquias, que terminan por ser algo así como el corazón de un barrio y de una población.

La parroquia de hoy, que es ya la parroquia del futuro, no se limita al templo donde se celebra el culto. La paroquia es punto de encuentro y núcleo que irradia fe en Dios, solidaridad fraterna entre las personas y diálogo fecundo con todo el entorno social. Para ello, necesita lugares de acogida, biblioteca, salas de reuniones y salones para encuentros masivos. Por supuesto que el templo sigue siendo el lugar más importante y más noble, como espacio donde se celebra el culto, pero requiere sus legítimos complementos para dar respuesta a la nueva concepción de lo que debe ser una comunidad cristiana.

En su apuesta por el futuro, la Diócesis de Málaga ha realizado una inversión de 2.418 millones de pesetas. Ahora nos sentimos legítimamente orgullosos de nuestro Seminario Diocesano, cuyo IV Centenario estamos celebrando; de nuestro recién creado Instituto Superior de Ciencias Religiosas; de la restauración de templos antiguos, que nos legaron los mayores; y de los nuevos templos que se van erigiendo en nuestras barriadas. Ha sido un esfuerzo grande y una apuesta de futuro. Y aunque todavía debemos 450 millones, el esfuerzo ha valido la pena.

Pero no podemos conformarnos con lo realizado en estos últimos años. Para responder a las necesidades más perentorias del pueblo cristiano, necesitamos invertir aún en torno a 2.500 millones, como podéis ver en una hoja informativa que se reparte este domingo. Es un dinero que no tenemos, pero que podemos conseguir con el esfuerzo de todos.

Para salir al paso de esta situación de emergencia, hace ya siete años que se vio la conveniencia de realizar una colecta extraordinaria durante el verano. Y así lo hemos venido haciendo, con la esperanza fundada de que también los huéspedes que acogemos para sus vacaciones nos ayuden con su generosidad. Se trata de una firme apuesta de futuro de la Iglesia diocesana.

Como Obispo, pido vuestra colaboración generosa, pues lo que invirtamos hoy en parroquias es posible que lo ahorremos mañana en centros de rehabilitación de todo tipo. Durante el año anterior, se recaudaron en torno a 13 millones en esta colecta extraordinaria de verano. Una gota de agua vistas las grandes necesidades que tenemos, pero bienvenida sea. Lo importante es que todos los que, creyentes y no-creyentes, valoráis la labor de las parroquias, aportéis vuestra ayuda generosa.

+ Antonio Dorado,
Obispo de Málaga.

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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