DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

Con la mirada y con el corazón de Dios

Publicado: 26/03/2006: 1906

La Cuaresma que estamos celebrando nos insiste en la importancia de avanzar por las sendas de la oración, de la limosna y del ayuno. A simple vista, este programa nos puede alejar de la realidad diaria y llevarnos a olvidar que el Hijo de Dios se hizo hombre para compartir nuestra existencia y liberarnos de todas nuestras esclavitudes, empezando por la del pecado. En realidad no es así, pues la oración nos enseña a mirar la vida con los ojos de Dios y nos lleva a actuar con el amor que Él ha infundido en nosotros, aunque ese compromiso de amor en favor de los más pobres nos pueda acarrear abundantes sacrificios.

Y al mirar la actualidad de nuestra diócesis con los ojos de la fe, descubrimos que el Espíritu nos invita a tomar postura ante situaciones que atentan contra el hombre y contra sus derechos. Por poner algún ejemplo, ahí tenemos la situación de desamparo en que se encuentran los trabajadores de Confecciones del Sur. No dudo de que la empresa cuenta con el apoyo de las leyes y de los principios económicos que rigen en la economía española, pero se trata de unas leyes y de unos principios que pueden dejar en la calle a más de 300 personas, en su mayoría mujeres. Muchas de ellas, con una edad en la que no será fácil que encuentren otro empleo, después de haber dedicado casi toda la vida a su empresa. Es un caso más en el que tenemos que recordar la enseñanza de Jesucristo, que pone a la persona por encima del beneficio.

Otro dato preocupante es la violencia escolar. Durante una manifestación reciente que se celebró en nuestra ciudad, los profesores han dicho a todos que los casos de violencia no son hechos aislados, sino un fenómeno diario preocupante. La violencia contra los compañeros más débiles y contra los mismos profesores es algo real que genera sufrimientos tremendos. La desmoralización de muchos profesores y el dolor de muchos niños es una especie de timbre de alarma para todos. Pero quizá lo más grave sea la personalidad que han desarrollado los artífices de dicha violencia y las causas que los han llevado a la misma. Tenemos que preguntarnos qué sucede en las familias, en la escuela y en los medios de comunicación para haber llegado a esta situación dolorosa.

Y un tercer elemento verdaderamente preocupante son los episodios de violencia por parte de algunos padres contra sus hijos indefensos y los casos de abandono de niños. En las últimas semanas han salido a la luz padres que maltratan a sus hijos casi bebés con una crueldad inusitada, y madres que abandonan a sus niños en casa o depositan a bebés en un contenedor de basura.

Cuando nos acercamos a Dios mediante la oración, todas estas situaciones dejan de ser simples fenómenos sociales y se convierten en llamadas apremiantes del Señor, para que actuemos con amor liberador, porque no se puede amar a Dios sin ocuparse del hombre, especialmente del más necesitado y el más pobre. Y como decía en otra carta pastoral hace unas semanas, la doctrina social de la Iglesia constituye una guía valiosa y sugerente para cada uno de nosotros, pues una vida de fe y oración que no nos lleven al compromiso en favor de las personas que sufren tienen más de adormidera estéril que de verdadero Evangelio.


+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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