DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

La unión de los cristianos es una tarea de todos

Publicado: 16/01/2005: 934

El próximo martes, día 18, comienza en toda la Iglesia un tiempo de oración para pedir al Señor la unión de los cristianos. En vísperas de su muerte, Jesús pidió al Padre que nos mantuviera siempre unidos. “Padre Santo, dijo, cuida en tu nombre a los que me has dado para que todos sean uno como nosotros somos uno”. Pero los pecados de los hombres han roto la unidad del Pueblo de Dios. Hoy, junto a la Iglesia Católica, está la Iglesia Ortodoxa, a la que pertenecen muchos inmigrantes ucranianos que trabajan y que viven entre nosotros. Luego están todos los cristianos surgidos de la Reforma, en el siglo XVI, entre los que hay numerosos nórdicos, ingleses, holandeses y alemanes.

A lo largo del siglo XX han surgido por doquier diversas iniciativas para superar las divisiones y alentar la unión de todos los cristianos. En la Iglesia Católica, hay que recordar la figura singular del Papa Juan XXIII, que ya ocupa un lugar en los altares. Su bondad y su intuición evangélica hicieron que desaparecieran antiguas desconfianzas por parte de muchos católicos y que se dieran pasos importantes hacia la reconciliación. “Busquemos lo que nos une”, decía. Porque a todos los cristianos nos une la fe en Dios Padre, en su Hijo Jesucristo y en el Espíritu Santo, de la misma manera que el bautismo y la Sagrada Escritura, Palabra de Dios y fuente de vida.

Para superar viejos recelos, el Vaticano II nos propuso profundizar en el diálogo con los demás cristianos y en el trato y conocimiento mutuos. Por una parte, hombres sabios han estudiado las diferencias doctrinales y han superado malentendidos; por otra, ha habido un acercamiento de trato y de corazones entre los Papas que se han sucedido al frente de la Iglesia Católica y los responsables de las demás comunidades cristianas. Son ya proverbiales el abrazo de Pablo VI con el Patriarca Atenágoras y los encuentros de diferentes Papas con los Arzobispos Primados de Inglaterra.

Entre los cristianos de nuestras parroquias también se ha avanzado mucho. No es infrecuente que se trabaje unidos para ayudar a los ancianos, los enfermos y los pobres en general. En ocasiones, la Diócesis cede sus templos y locales a otros cristianos para que puedan celebrar el culto. Además, contamos con dos Centros “Lux Mundi”, en los que un grupo animoso de católicos comparte varias iniciativas con otros cristianos para avanzar en el conocimiento mutuo y en la unidad deseada.

Pero así como fueron nuestros pecados los que rompieron la unidad de la Iglesia, será la gracia de Dios la que nos lleve a esa unidad anhelada. Y el sentido de los ocho días de oración es precisamente éste: pedir al Señor que nos convierta, que nos muestre sus caminos y que nos conduzca a la unidad. Porque la oración, a pesar de que esté devaluada entre algunos creyentes actuales, es un medio poderoso con el que contamos los hijos de Dios.

Como Obispo de la Iglesia Católica de Málaga os invito a todos, especialmente a los sacerdotes y catequistas, a promover iniciativas a lo largo de las fechas que van entre el 18 y el 25 de Enero y a que os unáis a los actos de oración que se organicen para pedir a Dios la unidad que nos pide Jesucristo.


✝ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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