DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

El precioso ministerio de iniciar en la vida de fe

Publicado: 15/10/2006: 847

Carta Pastoral de Mons. Dorado Soto “Día de la Catequesis”

La Iglesia de Málaga celebra, hoy domingo, el “Día de la catequesis”, y numerosas parroquias aprovechan la ocasión para realizar “el envío” de las personas encargadas de ayudar a los padres en la iniciación de la fe de sus hijos. Con mucha sabiduría, paciencia y buen hacer, miles de catequistas inculcan a los niños que Dios existe, que es Amor, que es un Padre bueno, porque nos ha creado, que ha enviado a su Hijo Jesucristo para hacernos partícipes de su amor y manifestarnos su rostro, y que nos ha dado el Espíritu Santo para transformar nuestro corazón.

A la vez que inculcan estas verdades en la mente de los niños, los exhortan a amar a Dios, a confiar siempre en Él, a darle gracias, a pedirle su protección y a vivir en su presencia. Es decir, los acostumbran a rezar y a que se comporten con amor, según el espíritu de las Bienaventuranzas.

La ceremonia del “envío” es una manera simbólica de recordar a los catequistas que su misión no es un asunto personal de cada uno, sino que la comunidad cristiana los ha delegado para que transmitan fielmente la fe la Iglesia, no sus ideas y puntos de vista. Como miembros de la parroquia, han sido considerados aptos iniciar a los niños, el sector más delicado, en la fe católica, y ahora cuentan con el respaldo de la comunidad parroquial, que les da la preparación necesaria, los apoya y reza por ellos.

San Juan Bosco dijo que el secreto del buen educador consiste en el amor a los niños, pues éstos saben distinguir, con su mirada limpia e inocente, quién los quiere de verdad y quién los desprecia o rechaza. Pero ese amor entrañable y auténtico no se agota en la sonrisa y las expresiones cariñosas, sino que tiene otras muchas expresiones que un catequista debe cuidar con esmero. La primera es la preparación de la catequesis, para que hable a la inteligencia del niño, a su corazón y a su fantasía, pues no basta con que éste aprenda la doctrina y las oraciones, sino que es necesario que descubra, a través de las palabras y de las actitudes de su catequista, toda la alegría y la belleza de la fe. La segunda consiste en la escucha paciente, porque cuando le escuchan, el niño comprende que le toman realmente en serio. Y por fin, la exigencia y el estímulo razonados, pues sin una disciplina mínima no es fácil que descubran la grandeza las cosas de Dios.

Finalmente, no olvidemos que la fe es vida y brota de la vida.  Sólo quien tiene una fe pujante y alegre consigue contagiarla. Como dice el Proyecto Pastoral Diocesano, para evangelizar a otros es imprescindible que nosotros estemos siendo evangelizados constantemente. O lo que es equivalente, “necesitamos cultivar a fondo una profunda experiencia religiosa de Jesucristo y de su mensaje de salvación y redescubrir la perla valiosa del Reino de Dios con la consiguiente renuncia y desprendimiento de las demás cosas; necesitamos acrecentar nuestro afecto y nuestra vinculación a la Iglesia, como comunidad de salvación, en la que entramos en comunión con Jesucristo; necesitamos comprender mejor y vivir más coherentemente la integridad de la fe cristiana y superar parcialidades, polarizaciones y reduccionismos”.

+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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