DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

El amor de Jesucristo nos apremia (Día de Caridad)

Publicado: 10/06/2007: 702

Carta Pastoral de Mons. Dorado Soto
con motivo del Día de la Caridad
Stmo. Corpus Christi

Una hermosa ofrenda para celebrar la fiesta del Cuerpo y de la Sangre del Señor consiste en la lectura compartida y comentada de la Exhortación Apostólica del Papa Benedicto XVI, que lleva por título “El sacramento de la caridad”. Dicha lectura, además de ayudarnos a comprender la Eucaristía y por qué se celebra el Día de Caridad en esta fecha, puede enriquecer nuestra mente y nuestro corazón, uno de los objetivos centrales del actual Proyecto Pastoral Diocesano que estamos tratando de aplicar.

Este año deseo centrar la atención sobre estas palabras del Papa Benedicto: “El Señor Jesús, Pan de Vida eterna, nos apremia y nos hace estar atentos a las situaciones de pobreza en las que se halla todavía gran parte de la humanidad: son situaciones cuya causa implica a menudo una clara e inquietante responsabilidad por parte de los hombres” (SC 90ª). Los responsables de Cáritas Nacional, y con ellos Cáritas diocesana, han visto la conveniencia de concretar esta pobreza en la imposibilidad en que se hallan millones de hermanos de acceder a la educación, uno de los derechos fundamentales de toda persona. Según cálculos fiables, en el mundo hay en torno a 115 millones de niños a los que se les niega el derecho elemental de una escuela y no tienen oportunidad de acceder ni siquiera a la enseñanza primaria.

La gravedad de esta situación injusta se advierte en que el hecho de no saber leer ni escribir les impide el desarrollo personal de sus capacidades, el poder relacionarse con el otro en situación de igualdad, el disponer de la capacidad básica para expresarse y el salir de la situación de pobreza general en que se encuentran. Incluso en los países que han logrado un alto grado de desarrollo, la falta de estudios adecuados, aunque sean sólo los básicos, va siempre unida a la situación de marginación y de pobreza. Según datos que he recibido de nuestra Cáritas, en Málaga capital existen barriadas en las que “la tasa de analfabetismo en edades superiores a los 17 años se sitúa en torno al 80 %”. Por otra parte, es conocido el porcentaje de fracaso escolar entre nosotros y la realidad preocupante de que Andalucía ocupe uno de los últimos lugares en calidad de enseñanza dentro del conjunto de España.

Ante semejante panorama, tenemos que reaccionar no sólo en favor de los niños de los países que no tienen escuelas, sino también ante la cruda realidad que existe entre nosotros. Cada uno desde nuestro ámbito y con nuestras posibilidades podemos hacer algo. Muchos sois padres con hijos en edad escolar y tenéis la oportunidad de incidir en la enseñanza por medio de las asociaciones de padres y de los consejos escolares; otros, como profesionales de la enseñanza, aportando vuestra competencia, vuestro esfuerzo y, si es preciso, vuestra denuncia; y todos tenemos la posibilidad de informarnos mejor y potenciar esta campaña, creando un estado de opinión ciudadana que no se resigne ante dicha lacra social, tanto la doméstica, como la más dramática de numerosos pueblos.

Finalmente, todos podemos compartir algún dinero que permita la realización de aquellas acciones bien programadas y pensadas que se ha marcado Cáritas en diversos lugares. Tiendo la mano a toda persona de buena voluntad que quiera implicarse en esta empresa, con la garantía que ofrece Cáritas de que cada euro será bien utilizado. Y de manera especial, me dirijo a vosotros, los que celebráis con fe y gratitud la Eucaristía, y buscáis la manera de vivirla a fondo, pues como ha escrito también el Papa Benedicto, “los cristianos han procurado desde el principio compartir sus bienes y ayudar a los pobres. La colecta en las asambleas litúrgicas no sólo nos lo recuerda expresamente sino que es también una necesidad. Las instituciones eclesiales de beneficencia, en especial Cáritas, (...), inspirándose en la Eucaristía, que es el sacramento de la caridad, se convierten en su expresión concreta” (SC 90b).

+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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