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Cómo vivir la grandeza de la fe en el hoy de Dios

Publicado: 17/12/2006: 815

La Conferencia Episcopal Española ha aprobado, en su última asamblea general, un denso documento que lleva por título “Orientaciones morales ante la situación actual de España”. Los medios de comunicación social han centrado su interés en lo que dice a propósito del terrorismo, de la unidad de España y de los nacionalismos, y es verdad que también habla de estas cuestiones, pero sus planteamientos apuntan más hondo y tratan de ayudar a descubrir cómo nos tenemos que situar los cristianos españoles para vivir el hoy de Dios y para contribuir a crear un futuro más humano y más justo.

Os invito a todos los católicos a leer detenidamente el documento y a estudiarlo, para que podáis sacar las consecuencias oportunas. Tras analizar la presente situación, en la que se han olvidado los esfuerzos que hicieron posible la Constitución vigente y que nos ha permitido unos años de convivencia pacífica y de prosperidad, el documento constata que crece por días la división entre los españoles y que se incrementa el intento de grupos minoritarios por eliminar todos los símbolos cristianos y erradicar el mismo nombre de Dios.

Es una situación nueva y muy compleja, en la que tenemos que vivir y proclamar el Evangelio. Para ello, además de hacer examen de conciencia y reconocer los errores que hayamos cometido los católicos, añade que necesitamos fortalecer la fe y reavivar la esperanza, con el fin de que los seglares participéis más activamente en la vida pública, pues la gravedad y la importancia del momento exige que no nos dejemos tentar por la pasividad, ni por el sometimiento, ni por la confrontación.

Como seguidores de Jesucristo, tenemos que potenciar la identidad católica, la comunión eclesial y una vigorosa vida de fe, centrada en la Eucaristía del domingo. Es el cimiento firme para desarrollar la misión de la Iglesia, que consiste en proclamar el Reino de Dios con obras y con palabras. Para ello se debe respetar la libertad religiosa que garantiza la Constitución, pues un Estado laico no es un Estado beligerante contra la fe que profesan la mayoría de los ciudadanos.

Por otra parte, además de valorar la grandeza del sistema democrático, tenemos que preguntarnos sobre los valores morales que le sirven de cimiento, valores a los que se deben someter las leyes para ser justas; y tenemos que analizar si los proyectos de futuro que proponen los diversos grupos políticos contribuyen al bien común o están al servicio de unos pocos.

En este contexto, el documento habla también sobre la actitud que debe tener un católico frente el terrorismo y ante las propuestas de erradicación del mismo, que es el deseo de casi todos los ciudadanos, pero que no se puede negociar a cualquier precio. En la misma línea, habla de la actitud correcta ante los diversos tipos de nacionalismo que existen entre nosotros.

El documento de la Conferencia Episcopal intenta argumentar sus propuestas y ofrece a los católicos, y a toda persona de buena voluntad que lo desee, una importante serie de principios éticos para orientarse en nuestra compleja situación presente. Por eso es necesario que los grupos parroquiales y apostólicos lo estudiéis a fondo y que lo deis a conocer de primera mano, sin que os conforméis con la información y los comentarios que ofrece la prensa de cada día.

+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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