DiócesisCartas Pastorales Mons. Buxarrais

«Un carisma para la juventud»

Publicado: 00/10/1985: 881

Carta Pastoral con motivo del Centenario de las Hermanas Trinitarias (1985)

Queridos diocesanos:

La Congregación de Hermanas Trinitarias celebra con gratitud el I Centenario de su fundación. Ellas han recibido el “encargo” de ofrecer y actualizar en nombre de la Iglesia a toda la juventud el carisma que reci­bieron de su Fundador, el P. Francisco de Asís Méndez Casariego.

Por otra parte, las Hermanas Trinitarias celebran los sesenta años de su fundación en Málaga, donde con tanta generosidad y entrega han venido sirviendo a la juventud.

Estas dos efemérides nos obligan a todos, a mí el primero como Obispo y Pastor de esta Diócesis, a las Hermanas Trinitarias como actualizadoras del carisma recibido y a toda la Comunidad Educativa del Centro Trinitario, a revisar la identidad del mismo y a tomar posturas decididas para mejorar el servicio ofrecido a la juventud, tanto desde el punto de vista cultural y profesional, como especialmente cristiano.

Hoy, quizás como pocas veces en la historia, se habla de la juventud con gran interés y hasta preocupación. De la formación de la juventud depende la sociedad del mañana. Pero, esta preocupación debe ser com­partida por todos. En el caso concreto del Centro Trinitario de Málaga, es toda la Comunidad Educativa de dicho Centro (Hermanas Trinitarias, Educadores, Alumnas, Padres de Alumnas…), la que debe sentirse com­prometida.

En el Ideario para Centros Educativos de Hermanas Trinitarias apa­rece un triple objetivo que, a mi parecer, tiene una especial importancia:

  • La dimensión personal de las alumnas. Dimensión que compren­de la preparación para el uso progresivo y responsable de la libertad, que les capacite para hacer opciones responsables. También un espíritu críti­co y creador ante tantas ofertas que el mundo les ofrece. Yo añadiría tam­bién un sentido festivo que les haga vivir con optimismo el presente de cara al futuro.
  • La dimensión social aparece como segundo objetivo, pero no por ello es menos importante. Toda alumna debe ser preparada para vivir en una sociedad que, a pesar de tantos problemas, tiene necesidad de tender

 

hacia la formación de la gran familia humana donde el sentido de frater­nidad nos lleve a compartir lo que sentimos y tenemos a favor de los demás.

-Y por último la dimensión religiosa que es la que caracteriza de una manera especial los Centros Educativos de las Hermanas Trinitarias.

Si no se tuviera en cuenta esta importante dimensión u objetivo, el Centro Trinitario no tendría razón de ser como tal. De ahí que toda la formación de la fe de las alumnas: fe en Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, nacido de la Virgen María, que vino a salvarnos y a liberarnos de la esclavitud del pecado, de la incultura y de todo aquello que puede desfigurar la persona, tanto individual como socialmente sea considera­do.

Al felicitar a la Congregación de Hermanas Trinitarias con motivo del I Centenario de su Fundación y de sus sesenta años en Málaga, les expreso al mismo tiempo mi gratitud en nombre de toda la Diócesis por todo lo que han hecho y vienen haciendo a favor de tantas jóvenes que han encontrado en este Centro Educativo una prolongación de su hogar y una plataforma de proyección de cara a su futuro.

Que el Señor nos conceda la permanencia y desarrollo de la Con­gregación en nuestra Diócesis.

Málaga, Octubre de 1985. 

Autor: Mons. Ramón Buxarrais

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