DiócesisCartas Pastorales Mons. Buxarrais

«Obra de los niños y para los niños»

Publicado: 00/01/1980: 1118

Carta Pastoral Santa Infancia (1980)

 Queridos diocesanos:

Todos los años, al llegar el mes de enero, los niños del mundo cató­lico y sus educadores se ponen en movimiento para celebrar, con genero­sidad y entusiasmo, la Jornada de la Infancia Misionera, que este año tendrá lugar el próximo día 27, domingo.

Es la Obra Misional Pontificia y Episcopal de la Santa Infancia la que promueve y organiza esta Jornada misionera de los niños.

Se trata , pues, de una Obra de la Iglesia, que tiene por finalidad “infundir en los católicos, desde la infancia, el sentido verdaderamente misionero y universal” (A.G. 38). Es un cauce eficaz para la formación misionera universal de los niños.

Obra de los niños y para los niños

Los niños son los protagonistas y, al mismo tiempo, los principales beneficiarios de esta magnífica Obra. A los que han sido más favorecidos, por ser católicos y por vivir en países más desarrollados, los orienta y anima a ofrecer oraciones y sacrificios generosos, y a sentirse solidarios de todos los niños del mundo, compartiendo con ellos sus bienes espiri­tuales y materiales. Es una importante siembra de amor en el corazón de los niños de inapreciable valor, sobre todo hoy día en que la inmoralidad, el odio y la violencia invaden grandes sectores de nuestra sociedad.

También son beneficiarios directos de esta Obra Misional, los mi­llones de niños del Tercer Mundo que carecen de los medios más ele­mentales para mantener y desarrollar su vida física y espiritual. Ellos se sentirán queridos como hermanos por los niños más desfavorecidos de otros países, llegarán a descubrir el infinito tesoro de la fe y recibirán las necesarias ayudas espirituales y materiales.

Ayuda a los educadores

Otro de los aspectos importantes de este Organismo es la extraordi­naria ayuda que presta a los padres, catequistas y educadores en la delica­da tarea formativa que Dios les ha encomendado. Pone en sus manos unos medios de alto valor pedagógico que, inteligentemente utilizados, les darán sorprendentes resultados en la formación humana y cristiana de los niños. Lo que el educador siembre hoy en el niño, lo recogerán después la familia, la sociedad y la Iglesia. “El niño –dice Juan Pablo II- es el punto neurálgico, en cuyo derredor se forma o se quiebra la moral de las familias y a continuación la moral de las naciones y de la sociedad”.

La Virgen, Madre de Jesús y Madre nuestra

Un medio de excepcional eficacia para este renovado impulso de solidaridad, que el Papa desea y pide, nos lo presenta el lema de la Jorna­da de este año: “María es Madre de todos los niños; millones de niños no la conocen”.

Los niños tienen particular sensibilidad para captar el significado de lo que es una madre con toda la profundidad de su amor y de su singular cariño. Es importante que lleguen a descubrir que la Virgen es una verdadera Madre que Jesús ha dado a todos los hombres. Esto les llevará a sentirse amados por tan tierna Madre, a considerarse hermanos de todos los niños del mundo, a orar y a sacrificarse generosamente por ellos y a colaborar para que los muchos millones de niños que la ignoran, la conozcan y la amen. Y, así, comprenderán también que “a Jesús se llega por María”.

Magnífica labor eclesial

Deseo que mis palabras os animen a seguir adelante, con amor y generosidad, trabajando en el maravilloso e importante campo de los ni­ños. Ayudadles a formar su conciencia misionera desde pequeños. Así abrirán sus corazones al amor universal. Os recomiendo, para ello, la Obra Misional Pontificia de la Santa Infancia. Utilizad los medios que la misma os ofrece y no tardaréis en comprobar sus excelentes resultados.

Gracias a todos los que me ayudáis en la tarea de animación y for­mación misionera del Pueblo de Dios. Gracias muy especiales a los sacer­dotes, religiosos y religiosas, catequistas y educadores de la infancia que con fe, esperanza, amor y alegría os venís esforzando, año tras año, por establecer, en vuestros propios campos de acción apostólica, esta Obra Misionera de los niños. No cabe duda de que estáis realizando algo de suma importancia dentro de la pastoral de la Diócesis y de la Iglesia Uni­versal.

Que la Virgen Santísima, madre de todos los hombres, y especial­mente de los niños, nos alcance a todos la gracia de vivir con autenticidad el espíritu misionero que nos exige nuestra fe católica.

Málaga, Enero de 1980. 

Autor: Mons. Ramón Buxarrais

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