Marisol Fernández explica que, en su Cáritas procuran «conocer la realidad que nos rodea para acercarnos, acompañar y aportar nuestro granito de arena para ayudar a paliar las situaciones difíciles que nos encontramos, que no son pocas».

Haciendo un estudio de su localidad comprueban que viven en ella «muchos inmigrantes con trabajos muy precarios; que hay una gran escasez de viviendas disponibles para alquilar y las que hay están a precios elevadísimos; que los salarios son muy bajos y, una de las realidades que más nos preocupa son las personas en situación de calle, sin hogar. En esta zona no contamos con ningún recurso como pueden ser albergues o casas de acogida y detectamos que una de sus mayores carencias es la posibilidad de asearse en condiciones dignas. Por ello, desde hace tiempo, en Cáritas les ofrecemos la posibilidad de ducharse, y cambiarse de ropa y calzado. Esto es sólo un grano de arena, un pequeño gesto con el que queremos hacernos prójimos de tantas personas que están en una situación tan difícil. La tarea es mucha, y a veces nos sobrepasa pero, sólo podemos decir «somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer».