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Juan Manuel Parra: «Con la música, hacemos más feliz al prójimo»

Publicado: 28/12/2013: 15815

«Son muchos los beneficios de la música en la educación integral de la persona», afirma Juan Manuel Parra (Málaga, 1984), desde aprender a compartir y a escuchar, hasta las capacidades que desarrolla en el cerebro del alumno.

Este joven músico es el nuevo director de la Escuela de Música Benedicto XVI y de la Banda de música Santa María de la Victoria, de la Fundación Victoria. Comenzó sus estudios en el Colegio Marista y se ha licenciado en piano y Musicología, además de hacer la diplomatura en Magisterio. En la actualidad, está cursando la licenciatura en Dirección de Orquesta por el Conservatorio Superior de Málaga.

–Tiene menos de 30 años y una extensa formación musical, ¿cómo recibió la noticia del nombramiento como director?

–Cuando el vicepresidente de la Fundación Diocesana de Enseñanza, José Sánchez, me comunicó que querían contar conmigo para este puesto, lo acogí con mucha ilusión por las muchas posibilidades que se me abrían para trabajar con la música y con los niños, los dos campos en los que me gusta trabajar.

–¿Qué lugar ocupa la música en la educación actual?

–En la Fundación, estamos convencidos de que una educación integral de la persona incluye la música y eso se ha demostrado incluso con estudios científicos. La música es buena y necesaria para la sociedad de todos los tiempos. Una sociedad con música es mucho más cívica y hasta tiene más sentido común. Además de los beneficios que supone para la comunidad, no olvidamos los beneficios individuales que supone la música. Con ella se educa en valores como la solidaridad, el trabajo en grupo... Por otro lado, el que escucha esa música recibe cantidad de sentimientos.

–En este tiempo de Navidad, en que ya estamos inmersos, la música es doblemente atractiva y útil para comunicar el nacimiento del Salvador, ¿cómo lo trabajan en esta Escuela?

–A mí me gusta mucho seguir las tradiciones y, Andalucía quizás sea la comunidad en la que más se canta la Navidad cristiana. Los villancicos populares mantienen, por un lado, viva la tradición de nuestra tierra, y, por otro lado, nos enseñan un poco de teología, algunos más que otros. La Banda de la Fundación tenemos varios compromisos en estos días. Estuvimos en Marbella el día 18 y volveremos el 23 y el 30. Y, como Escuela de Música, interpretamos un concierto de Navidad el día 20, en la sede de la Escuela. Un acto precioso, pues participan los alumnos, aunque llleven pocos meses. Todos dan lo mejor de sí.

–De sus palabras deducimos que se trata de dos instituciones; la Banda y la Escuela, ¿en qué consiste cada una?

–La Escuela de Música es la institución que cuida la música dentro de la Fundación Victoria. Consta de una Banda de Música y una Escolanía, con las que se potencian la música y el canto. Pero esta Escuela también se desplaza a diversos colegios para hacer cursos de instrumentos, por ejemplo, en el colegio Padre Jacobo ofrecemos un aula de violín y en el Colegio San José Obrero un aula de guitarra. Se trata de acercar la música a los colegios, a los barrios en los que se insertan los colegios y a los profesores que trabajan en ellos. Es una apuesta grande de la Fundación, por eso está abierta a la participación de alumnos que incluso no pertenezcan a la Fundación. Y no quiero olvidar el proyecto "Música, baile y movimiento", para niños a partir de tres años, así se potencian las habilidades desde pequeños.

–¿Qué es lo que más le llena de este trabajo?

–Que no es un trabajo sin más. En él convergen mi vocación musical y mi convicción personal, moral y cristiana. En la música tengo la herramienta, como cristiano, para poder hacer un poco más feliz al prójimo. Yo empecé con la educación musical gracias a mis padres, que no son músicos, pero querían que sus hijos tuviéramos esta oportunidad; y ahora los dos hermanos nos dedicamos a la música. Según mi experiencia, la música tiene una magia especial para los niños.

Autor: Encarni LLamas @enllamasfortes

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